A ese sitio llegaba ella cada que quería deshacerse de algo que la
perturbaba. Una idea por ejemplo, un objeto que inicialmente había sigo
algo bueno pero que al correr el tiempo o se había descompuesto o había perdido
gracia a sus ojos.
Hoy iba al despeñadero a igualmente deshacerse de algo: El hombre
allí parado y que suplicaba por su vida, pedía perdón y juraba no volver a
hacerlo.
Pero ya era tarde, él se había vuelto
inservible, ya no prestaba la utilidad esperada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario