domingo, 16 de junio de 2019

Abajo de mi piel

Abajo de mi piel

Abajo de mi piel,
respira, se desliza.
Yo la siento arrastrarse
Justo sobre mis párpados,
en las bolsas azuladas de mis ojos cansados.
Me da miedo y hasta un poco asco,
pensar en ese ser que me posee,
que se adueña de mí,
que me controla, justo abajo de mi piel delgada.
Se desplaza, me acosa.
Tengo miedo que un día,
Aflore.
Rompa la delgada línea que existe;
entre mi adentro, y mi afuera.
Y me derrame
Impávida.
Tengo miedo
Que un día
Ella salga de mí
Y ya sea tarde.

Patricia Lara P

No seré aun famosa

No seré aun  famosa pero escribo.  Escribo para encontrarme en letras, en palabras que pueden ser monosílabas, pero aun así, palabras son.
Para descubrir y describir un torrente de ideas que fluyen sin cesar.  Que se convierten a veces en corrientes diáfanas, o en torrentes potentes que destruyen sin parar.
Escribo porque es mi destino perenne, perentorio.
Yo aún no entiendo muchas cosas, quizás no lo haga jamás.  Pero empecé a escribir para entenderme cuando en realidad quería entender a otros.  Y claro, desde mi propia percepción, es imposible hacerlo.
Escribo.  Porque es necesario para mi vida, pero no necesariamente es importante para los demás.  Después de todo.  Escribir es personal.


Patricia Lara P

Cajas

Cajas

En una caja guardé tus recuerdos,
en otra te guardé a ti.
En una más deposité mi corazón herido.
Qué haré con ellas.
¿Me pregunto yo?
Atrás de una pila de libros
Yacen dos de ellas.

Mi corazón ya sano y reluciente,
se alista de nuevo
Para comenzar.

En una caja yace tu recuerdo.
A mi nueva vida;
Jamás volverás.
Patricia Lara P

Anoche

Anoche
 
Anoche miré el cielo y estaba hermoso.  A mi lado derecho las nubes flotaban tan plácidamente que las envidié. A mi lado izquierdo la luna sonreía a mi modo de ver, un tanto siniestra; como debe ser.
Pensé en documentar ese momento. En guardarlo para la posteridad, así que busqué mi celular y no lo tenía conmigo.  Luego, la vida; que es tan ocupada me hizo olvidar ese deseo.
Así que me preguntó.  ¿Cuántas cosas que quise hacer, no hice o no he hecho aún. ¿Cuántas personas "importantes" dejé en mi camino olvidadas y quizá aún me esperan?
La memoria es afectada por la vida y los quehaceres jajajaja
Yo, como siempre pensando pensamientos pensantes, de esos que salvarán la humanidad entera.  Jajajaja
 
Patricia Lara Pachón.


Patuca

Patuca

La bruja Patuca
Se ha molestado
Porque su escoba
Se le ha extraviado.
Igual que los miércoles,
 desapareció.
Y ella aun no sabe,
 lo que aconteció.
Sospecha eso sí
Que ella se marchó
Con la otra escoba 
Que anoche encontró.
Espera que pronto
un día no lejano.
regresen las dos
juntas de las manos.
Y no vengan solas
Que traigan también
por lo menos dos;
escobas pequeñas,  
quizá aún bebés,
para que le alegren 
su actual vejez.
Espera que una
Se llame como ella
"Patuca chiquilla"
Y quizás el niño 
"Rinrin chiquitín"
Ojalá...
Dios quiera
La bruja Patuca
Al fin de los días
Sea muy feliz
Viviendo rodeada de tanto escobil.

Patricia Lara P

Y de nuevo

Y de nuevo
 
Hoy como casi todos los días salgo a caminar.  De nuevo está el sendero poblado de aquellos a los que les gusta consumir la mariguana.  Humo va y humo viene.  Intento alejarme, no hay forma de hacerlo.  Y yo que sólo salgo a caminar me ahogo en ese olor a mi modo de ver;  nauseabundo.
Entonces mi pensamiento se recrea en palabrotas dirigidas a aquellos que se avergüenzan de su vicio y entonces se alejan de sus sitios de trabajo y vivienda y contaminan la vida de "desconocidos".  Ahí caigo en cuenta que lo peor no son la palabrotas, son las miradas cargadas de ira y de desolación e incluso hasta de odio.  Pero ahí no para la cosa.  Los deseos, los terribles deseos de que se refundan todos ellos, en las más horribles profundidades de los infiernos.
Así están las cosas... Amanecí; "odiativa".
Yo.
Patricia Lara Pachón.


Nada

Nada

No le temen a nada, ni a la vida.
Eternidad que dura solo un suspiro,
conciencia latente del no ser
del no existir.
Ahogamiento en las palabras, en las miradas vanas, sin sentido total.
Absurdo devenir de la existencia.
Nada.

Patricia Lara P

La niña que no vivió

La niña que no vivió

Y esa nena partió
no, no partió
le fue arrancada la vida.
Con una mano enorme, apretó su pequeño cuello,
con la otra le quitó la ropa rasgándola en pedazos.
Al dejar de luchar, por cansancio seguro;
la vejó
Harto ya, habiendo obtenido lo que su sucia alma deseaba;
la dejó.
Abandonó su cuerpo sucio, mancillado, magullado.
Ella exhaló un último suspiro
sus ojos se cerraron viendo sin ver el pasto verde,
la tierra apisonada, el cielo azul.
Y también los ojos del malvado.

Patricia Lara P

Camina

Camina

A dónde va no importa,
lento o rápido tampoco importa
con ganas o sin ellas;
camina.
Su destino es hacerlo
A veces lo observan
otras tanta no.
Cómo fantasma se desplaza siempre.
¿A dónde va?
No importa.
Caminar es su sino.

Patricia Lara P

Murió

Murió

Así cómo hace un par de minutos estaba viva, falleció. La gente dirá.  "Pero si hablé con ella hace un par de días, y estaba bien". "La ví ayer cruzando la calle, y me sonrió como siempre".  "Me llamó hace un par de horas y quedamos en tomar café mañana".  Premonitoria la charla.  ¿Quién iba a pensar que estaría yo, llorando y tomando café en su funeral?
"La vida es un suspiro".  "Somos tan débiles, tan frágiles".
Es increíble pensar, saber, entender.  Que ya no la veremos más; salir ensimismada de su casa, cruzar saludando a los vecinos con esa sonrisa franca y fresca que le iluminaba no solo los ojos sino el rostro.
Hoy todo será preguntas llenas de asombro.  Mañana será un recuerdo y luego, el tiempo la irá difuminando en el olvido.
Murió.

Patricia Lara P

El vuelo

El vuelo

El corazón le saltaba en el pecho cada vez que lo pensaba.  Era la primera vez que haría un viaje en avión.  Más aún, que haría un viaje tan largo en uno. 
Algunos personajes por demás nefastos,  le habían dicho que era muy peligroso hacerlo (a lo mejor movidos, por hasta cierto punto, algo de envidia). 
Es más, hacía muy, pero muy poco tiempo que había leído sobre un terrible accidente aéreo. 
Era tan grande su temor, que se había dado a la tarea de investigar sobre ello.  Ahí fue que  leyó que ocurrían más accidentes en tierra que en el aire.  Y claro, viajar en auto era parte de su cotidiano.  Tanto; que muy pocas veces llegaba a preocuparse, o a pensarlo siquiera.
Ahora superado ese temor;  había que pensar en otros miedos; similares o diferentes, ya que nuestra psiquis nos obliga a “hacerlo”. 
No conocía por supuesto la ciudad a la que llegaría.  Y claro; eso era una de las cosas que le aterraba.  Tampoco hacían parte de su grupo de amigos, las gentes encargadas de recibirla en el aeropuerto, las personas con la cual tendría ese primer contacto. Eso también la hizo lanzar un profundo suspiro, pero finalmente pensó que se preocuparía en su justo momento.  Otra cosa importante; pensó.  Es que las personas te tratan según los trates y ella estaba segura de su gran don de gentes y de su amabilidad.  Así que sería con seguridad, prueba superada.
Optó por creer entonces que seguro se iba a perder irremediablemente en las calles de esa gran y desconocida ciudad.  Pero no; porqué iba a hacerlo si con seguridad habrían personas amables  que le estarían esperando y que le llevarían a su destino seguro.  
Superado ese nuevo temor, llegó a la conclusión de  que nada malo podría sucederle.   Sonrió al pensar en el dicho aquel que dice; "mala hierba nunca muere."
Así que sentada en aquel hermoso avión.  Y atendida maravillosamente por aquellos hombres y mujeres empeñados en hacer agradable su vuelo, y después de escuchar la voz acogedora y varonil del  que dijo ser su piloto;  se dispuso a dormir plácidamente.
Lo mejor era dejar de lado  todos aquellos temores, y disfrutar el vuelo.
Un vuelo plácido por demás que la llevaría a conocer otras tierras, otras gentes, y la haría tener nuevas vivencias que enriquecerían su vida y la de los demás.

Patricia Lara


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