lunes, 30 de septiembre de 2013

Reviviendo la pasión





En uno de esos sus arrebatos de sensualidad y coquetería se compró un baby doll muy sexy.  Pensaba que a esas alturas de la vida había que revivir  su matrimonio como fuera. 
Fue a la peluquería y eligió un tono rojo pasión para su cabello y se hizo hacer un corte muy de moda.  Compró labial rojo, tan rojo como nunca se había atrevido a usar.  Delineó sus ojos con un color ceniza sorprendente e incluso usó unas largas y atrayentes pestañas postizas.
Al mirarse al espejo ni ella misma lograba reconocer la mujer cotidiana.  La que llevaba la cara lavada siempre, si acaso con bloqueador y eso por el sol espeluznante que podía manchar su piel blanca y tersa y el cabello largo con hilos plateados recogido en una moña.
Nunca había sido una mujer a la que le había gustado llamar la atención de nadie; es más, casi se sentía una sombra en su casa y un objeto más en la vida de su marido.
Pero ella estaba decidida a revivir la pasión... si es que se podía llamar pasión a las noches insípidas que casi siempre habían vivido su compañero y ella.  El hombre nunca había sido muy ardiente y ella por temor a que el pensara mal se había conformado con esas noches de polvos tristes, cortos e incluso insufribles.  Por lo que había sido mejor cuando sencillamente dormían el uno al lado del otro, sin tocarse, sin hablarse e incluso ignorándose mutuamente.
Pero ella estaba decidida a renovar la pasión pues creía que el hombre frío que se encontraba recostado en la cama y que empezaba incluso a expeler algo así como un hedor agrio y fuerte, podía ser más ardiente que el muerto en vida con el que siempre había vivido.

domingo, 29 de septiembre de 2013

La compra de la casa




Tomamos la decisión de comprar una casa... cerca al trabajo del señor  y en un sitio campestre.  Es mejor comprar que rentar pues la oferta es buena, ya que al parecer son económicas las propiedades en esa zona.
Vemos una casa vieja, lógico hay que prácticamente demolerla (pensamos) para construir de nuevo y está en una ubicación que nos resulta excepcional.
La vemos desde la carretera y nos gusta el tamaño de la casa o el espacio que ocupa en el lote.  Le vemos muchas posibilidades.  Y lo mejor, tiene el aviso de se vende directamente y además se informa que es negociable el precio.
Atrás de la casa y sentada en una butaca está una anciana mujer, que parece ha salido a tomar el sol.  Da un poco de miedo la imagen y me imagino que al morir va a espantar en aquel mismo sitio.
De todas formas entramos, llamamos y con algo de sorpresa vemos que la mujer no se inmuta.  Al cabo de unos minutos de la casa sale una pareja.  Mayores sin ser viejos y con una sonrisa que les ilumina la cara.  Hablamos con ellos, preguntamos el precio, los linderos, el estado de la vivienda y mientras tanto, la vamos recorriendo.
Efectivamente hay mucho que hacer; por mejor no decir; hay todo que hacer.  Ya al final vamos a la zona en la que se encontraba la anciana y ya no está ahí... en un rincón al lado del lavadero hay una silla que se asemeja poderosamente a aquella en la que se encontraba sentada la vieja, aun cuando notamos que seguro no podría soportar el peso ni de una cuchara de lo arcaica y carcomida por el comején que se encuentra.
Notamos además que a la mujer no la vimos en ninguno de los aposentos de la casa.
Preguntamos si viven con alguien más y responden que no tuvieron hijos y que habían vivido con la madre del señor, que era la propietaria inicial, hasta hacía unos ocho años y la señora había fallecido en el patio mientras tomaba el sol.  Al parecer su corazón se había detenido y solo se habían percatado de su muerte cuando la llamaron a almorzar y no entró en la casa.
La encontraron sentada como siempre, con su cabello largo, lacio y grasoso casi escurriendo aceite por el calor del sol.  Las manos en el regazo y mirando al frente, lógicamente sin ver.
Les dimos las gracias, nos gustó la franqueza con la que hablaron de la anciana y por supuesto quedamos en que dialogaríamos  con los hijos y entre nosotros mismos para tomar una decisión ya tomada, ya que por supuesto no estábamos ni estaríamos interesados en comprar una casa con fantasma incluido.


viernes, 27 de septiembre de 2013

Los recuerdos





Ya hable de las cajas cerradas que contienen recuerdos olvidados que son muy importantes para nosotros y nuestras familias y que solo recordamos cuando por algún motivo indefinido, las abrimos y encontramos en ella lo olvidado que no queremos olvidar jamás.    Pero resulta que hay objetos que son importantes también y no están en cajas relegadas en cuartos inútiles; sino solo ahí en nuestro corazón, en nuestra mente o  sencillamente en uno de los tantos brillos momentáneos  de nuestros ojos, o en una semi-sonrisa oculta y  juguetona  en la comisura de los labios.

Y un día

Y un día tú
como un rayo de luz penetra un cuarto oscuro
te metiste en mi vida

martes, 24 de septiembre de 2013

Una frase que me gustó

"Si tienes suerte aparecerá un ángel que te hará oler el perfume de las nubes" 
(El año en que logramos conocerlos)

Yo aquí pensando





Aquí recostada en la cama y viendo una película... mala por cierto,  pésima por mejor decir.  Pero como todo en la vida escucho una frase que me toca.  "No necesitas conocerme ahora hijo, pues tú vas a crecer y te convertirás en mi".
Me sonó terriblemente profético y casi como una maldición.
¿Quién, en su sano juicio  quiere convertirse en su padre?
Yo diría que pocos; muy pocos, poquísimos.


Elucubraciones





Y cada vez que toma uno una actitud o situación de la vida que acaba, termina o finaliza.   La introduce en uno de los rincones de la mente y la deja ahí.  No olvidada por supuesto.  Solo la deja ahí para usarla como "experiencia" en situaciones similares de la propia vida o de los otros miembros de nuestro círculo más  cercano.  Pues no solo la familia debe conocer nuestras vivencias y aprender y aprehender de ella para no incurrir en los mismos errores o lo que es mejor para ser mejores y más exitosos.
Y entonces esa situación duerme por ratos y otros se despierta y ahí empieza como a carcomer o a dar vueltas como un perro que quiere dormir y uno se dice a si mismo... "Pude haber hecho esto o aquello" o "pude hacer" o "debí" pero eso no dejara nunca de ser suposiciones.  Pues la vida con todo y lo larga que es no da segundas oportunidades... adicionalmente que dicen que "segundas partes nunca fueron buenas", así que;  ¿De qué valdría que las tuviéramos?
Y bueno.  Esas situaciones si fueron buenas nos hacen sonreír y nos hacen sentir mejores  y más valiosas personas.  Pero si fueron malas nos remuerden y lastiman y a veces ponen en nuestras mentes actitudes derrotistas que pueden acabar con el mejor de todos.  De todas formas no hay que llorar sobre la leche derramada y mejor tratar de recordar siempre pero sin hacernos daño por lo bueno, lo regular o lo malo que hicimos o dejamos de hacer.

Me acuerdo (II) El velorio

 El velorio  Me acuerdo cuando  en la casa de la abuela velaron esa niña recién nacida. Me acuerdo que le pusieron mi vestido y zapatos de b...