sábado, 31 de octubre de 2009

El milagrito

Un triste caso de la vida
Real- le sucedió a un
Amigo de un amigo.
José había enviudado hacia 6 meses, tres días y algunas horas. Nunca se imaginó que podría extrañar a su mujer. Siempre la encontró molesta, celosa, chiquillosa, demasiado metida en su vida y con los años y los hijos hasta fea se volvió la pobre.
Pero, como solo es perder lo que se tiene para saber lo que valía, José se dio cuenta tristemente que su vida sin ella era un desbarate total. No encontraba ni el azúcar en la cocina y desde que se puso el último par de medias cuidadosamente dobladas por ella no había podido volver a encontrar dos que hicieran juego.
Todo era un desastre. Sus hijos, antes tan asiduos al hogar "paterno" no habían vuelto a ir tan seguido y a sus nietos seguro ya ni los reconocería si los viera por la calle pues los niños cambian mucho en muy poco tiempo.
Se deprimió mucho, pensó en salir a buscar alguna de las tantas "amigas" que había ido haciendo en el transcurso de los años pero al pensar en ellas lo invadió aun más el vacío y desistió.
Se fue enfermando lenta y paulatinamente, parecía que los años se le habían caído encima de un momento a otro.
Un día sintiéndose muy mal llamó a su hija. María llegó presurosa a atenderlo, lo llevó al medico y viéndolo tan desmejorado decidió llevarlo a su casa para así brindarle mas atenciones y los medicamentos y las comidas a horas.
Los viejos como todos sabemos en menos de una semana ya son un fastidio total, ella no sabía que hacer para regresarlo a su casa pero no se atrevía a decírselo.
Hablando con su amiga le comentaba el caso, lo desesperada que estaba de que su padre mejorara pronto para ambos reanudar sus vidas. Pero, José en lugar de mejorar empeoraba. Ya estaba reducido a una silla de ruedas, medio se desplazaba de la cama a la silla y viceversa. Su amiga Lucía le recomendó la virgen de la Aguacatala. Milagrosisima como pocas, pero había que ir hasta una semigruta que tenían destinada para su culto.
El sitio, en la calle prácticamente; la virgen y cantidad de placas de mármol con agradecimientos de muchas personas que ya habían recibido el milagro.
María francamente desesperada y viendo las condiciones en que se encontraba su padre decide hacer caso al consejo. Lo sube al vehículo y llegan hasta la virgen, él no puede acercarse a orar de rodillas pero ella le pide que lo haga desde el auto mientras va hasta la gruta a encender una vela y a hacer su petición.
Está tan metida en la oración que el tiempo se le pasa, al cabo de un rato vuelve sus ojos hacia el auto y su padre y ¡oh milagro! Él está allí parado agarrándose de un barandal que separa el sitio de oración de la calle.
María salta de alegría, mira a la virgen y le agradece el milagro. Su padre ha podido salir del auto y está parado esperándola.
Al regresar al vehículo mira a la derecha, a la izquierda, al frente y no ve el carro. Unos ladrones trashumantes pasan y viendo las llaves puestas en el arranque no pierden tiempo, bajan al viejo del carro, lo dejan que se agarre como pueda de la baranda y se marchan tan rápido que ni el polvo se ve.

Aquelarre

Silencio total, la lluvia acaba de pasar y aunque suene estrafalario y a cliché se podría ver mas por la boca de un lobo.No puedo recordar lo que ha sucedido, no entiendo que hago en ese sitio tan frío, oscuro y húmedo. Alcanzo a percibir ulular de aves, búhos diría yo y alguno que otro aleteo. ¿Murciélagos?Intento caminar sin chocar contra algo, pero es imposible. En realidad estoy pensando que me quedé ciega. Me llevo las manos a los ojos y los palpo. Ciega a lo mejor no, siento los globos oculares allí, además no tengo dolor alguno, tampoco humedades que puedan significar sangre.
Sigo caminando y chocando, me tuerzo un pie y me lastimo un poco, pienso que debo cuidarme y me detengo y miro de nuevo. Nada, a lo lejos un rayo ilumina levemente y en ese momento percibo algo que brilla en la oscuridad. ¿Una luciérnaga? No. Más bien dos luciérnagas… ¿pero tan cercanas, tan simétricas? Me da un poco de temor y me detengo, me agazapo y miro hacia el sitio donde noté el brillo. No sé si es por el miedo, pero veo de nuevo lo mismo. Son dos ojos verdes como esmeraldas resplandecientes. Noto que se acercan a mí y es como si el par de ojos pensaran. Me quedo ahí agachada sin respirar casi y temblando como un árbol en medio de un fuerte vendaval.
Estoy tan asustada que no puedo quitar mis ojos de aquellos otros tan hipnotizadores. De repente siento algo al lado, salto en mi escondite y ahogo un grito de terror. Un rayo más próximo ilumina y me doy cuenta que estoy en medio del bosque. Pronto la lluvia llegará hasta mi y me mojará, tengo que buscar un sitio para guarecerme pero sin ser notada o seguida por esos magníficos ojos verdes.
Casi reptando llego a una cueva, allí dentro está tibio, seco pero hay telarañas por todas partes. Parecen puestas adrede por alguien. El espacio es grande y de alguna manera está iluminado. Hay un círculo de piedras, un fogón de leña y un caldero hierve sobre él.
Es grande, muy grande y me pregunto que tipo de persona o ser vivirá allí y confeccionará su alimento de ésta manera.
No veo a nadie cerca y me aproximo callada, sigilosamente y noto que algo hierve en el interior, hay hierbas varias y algo que parecen lombrices y ojos flotan en la sustancia. Estoy tan embebida observando aquello que no me doy cuenta de que la cueva se ha ido paulatinamente llenando de gente.
Mujeres y hombres han entrado callados y se han acomodado en circulo, unos están sentados en las piedras, otros recostados cómodamente a las paredes y me observan con ojos brillantes de un magnífico e hipnótico verde esmeralda.
Siento que un sudor frío me recorre la espalda, tengo ganas de correr pero las piernas no me obedecen, tengo ganas de gritar y mi garganta se rehúsa a hacerlo. Siento mis pies clavados en el piso.
De pronto un murmullo se apodera del recinto, no veo que nadie mueva los labios pero aunque el ruido es sutíl casi puedo sentirlo en la piel, las miradas de mi “auditorio” se clavan en algún lugar a mi espalda, con sumo cuidado y como temiendo romperme, giro y veo allí al ser mas terrorífico, al más espantoso y horripilante engendro de la naturaleza.
Observo la crueldad de su mirada, noto su verruga y sus greñas sucias y canosas, su apestoso olor ha invadido el recinto. De repente los demás miembros de su clan se inclinan respetuosamente y saludan. !Oh! magnifica bruja mayor doña Marucha, por fin llegas. Esperábamos ansiosamente tu presencia. Nadie modula pero las palabras surgen en mi mente como si fueran escritas a hierro y fuego, casi duelen en mi cerebro febríl.
Sonriendo malignamente dice: "Noto que la comida llego antes que yo, eso es maravilloso".
Ella se me aproxima, con un par de dedos negros de uñas largas y curvas me toca el brazo. Hace un gesto de aprobación y sonríe bizqueando un poco el ojo izquierdo. El brillo se hace más malévolo. Retrocedo asustada y sin darme cuenta quedo con la cintura pegada al caldero. Luego de un movimiento general pero bien sincronizado por cierto, noto que soy levantada por los aires, luego tengo una sensación de vacío y…

viernes, 30 de octubre de 2009

El Viudo

Bien parecido, gentil sonrisa y agradable conversación. Hombre ya entrado en años pero no en carnes, muy cuidada su figura. Se sabía admirado y le gustaba llamar la atención de mujeres un tanto mayores y con tendencia u obligación a la soledad. Mujeres separadas, viudas e incluso solteronas empedernidas. No por su propio gusto, lógicamente. En su juventud exigieron demasiado de los hombres que osaron poner sus ojos en ellas y luego cuando los años las fueron cubriendo de canas y arrugas, ninguno llegó que estuviera dispuesto a acompañarlas en la madurez o mejor en la vejez y soportar las “chocheras” propias de las ancianas.
Él, conocedor de sus debilidades, las halagaba, las llenaba de atenciones, poemillas rústicos e incluso algo vulgares, algunos propios y otros robados de libros viejos llenos de polvo y moho. Les llevaba flores y bombones no muy costosos por cierto, pero si llamativos, envueltos en papel de seda de múltiples colores, leía libros con ellas y demarcaba las hojas con bellos pañuelos finamente bordados con sus iniciales y embebidos en su fragancia favorita.
Todas estas mujeres solitarias tenían además una mascota; un perro, un gato, un periquito, un canario, etc. Y él sabía hacerse amar también de aquellas criaturas, las atraía con regalos y bocados que elegía adecuadamente en diferentes eventos o reuniones privadas o sociales y guardaba cuidadosa y delicadamente en bolsas que luego depositaba en sus grandes bolsillos para alagar a éstas y aquellas.
Pasados unos días de asidua visita –vigilancia mejor- él entraba en terrenos un poco mas íntimos y apasionados, juraba estar enamorado locamente, y proponía una unión que según ellas veían, los satisfacía a ambos.
Ellas obtenían compañía y él casa, cama, mesa, dinero en los bolsillos y una vida de holgura y tranquilidad que le aseguraría también una vejez digna e incluso feliz.
Lo que ellas no sospechaban era que no eran las únicas. Que éste agradable y enamorado caballero tenía tres damas en igualdad de condiciones dispuestas a entregarle su amor, su compañía y sus caudales.
Por supuesto, después de alguna insistencia él logró su objetivo y el… los matrimonios fueron llevados a cabo en cada una de las diferentes localidades, vale aclarar que las damas no se conocían entre si y que vivían en sitios diferentes y distantes. Cada una de ellas sentía que había alcanzado el cielo con las manos, pensaba que Dios no se olvidaba de sus ovejas y que estaban destinadas a vivir un resto de vida cómodo y feliz al lado de su amado compañero y esposo.
Pasados unos meses empezaron ellas a sentirse mal, los “achaques” de la vejez no se dejaron esperar y fueron decayendo paulatinamente, ni siquiera la felicidad del nuevo esposo las hacía mejorar de salud. Los médicos determinaron que las pobres ancianas vivían sus últimos momentos. Curiosamente antes que ellas sus mascotas las habían precedido a la tumba, este evento terrible las había sumido en una honda depresión y tristeza.
Las tres ancianas fallecieron el mismo día. Sus doctores hablaron de vejez, de muerte “natural”, lo lógico es que un viejo se muera de viejo; pero el legista al que fueron llevadas para hacerles la autopsia no estuvo de acuerdo. Era casi imposible que tres mujeres viejas murieran por la misma causa y a pesar de que sus tres viudos tristes tuvieran diferentes nombres la cara era la del mismo hombre siempre.
El pobre Roberto no contaba con este pequeño detalle. Se le había pasado por alto que sólo había un médico legista en el pueblo y él no tuvo suficiente cuidado como para espaciar las fechas en las que triste e irremediablemente enviudaría.
Tres nuevas damas en diferentes sitios de la ciudad se quedaron esperando tarde a tarde al admirador que un día saliendo de misa o en el parque, las abordó diciéndoles lo hermosas que eran, lo bella que era su mascota y lo triste y solo que él se sentía sin alguien a quien amar.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Damasco, pesebre escondido de Antioquia.


Suicida

Harta de todo, cansada; ya no sabía que camino tomar. Lo había intentado todo, incluso agacharse hasta abajo, hasta el piso. ¿Pero después de estar a esa altura qué otra cosa quedaba? ¿Después de agacharse hasta el piso y besar el suelo con los labios, que más se podía hacer?
Había momentos en que se sentía tan desolada, tan desesperada que la vida ya no significaba nada, era tal el pesimismo, que buscaba una salida y todas las puertas estaban cerradas. Seguro con el paso de los años las había ido cerrando ella misma, una a una y paulatinamente, o a lo mejor la rabia e impotencia eran tan grandes que no la dejaban ver más allá de su propio dolor.
Buscar consejo, ayuda. ¿En quién? Si cada día se encontraba más sola. Cada día era una mujer más gris, más triste, más…
Ni sinónimos encontraba para su persona, es que el grado de tristeza era enorme, y la soledad ni se diga. Y una soledad deseada, buscada y conseguida era una cosa. Pero una soledad forzada por las circunstancias, por la vida; era otra.
Tan atrapada estaba en sus pensamientos que estos la absorbían y no la dejaban ver el sol a través de sus dedos. Sus propias manos ponían una venda en su cara y ella, atontada como estaba no caía en la cuenta de que solo era quitar las manos de su rostro y ver el mundo, la vida, el brillo del sol, otros rostros sonrientes de personas dispuestas a ayudarla, a acompañarla, a mostrarle la vida y sus placeres.
Buscó y buscó una solución y claro halló una. Ingirió unas pastillas; el dolor era intenso, tan grande que la obligó a llevarse las manos al abdomen y al hacerlo, no solo descubrió sus ojos sino también su corazón. Ahí fue cuando vió el sol brillar y entendió los motivos, y se dio cuenta que no había buscado ayuda suficiente o solución a sus problemas, cuando entendió que su infelicidad era por ella, solo por ella. Cuando entendió que ella era la responsable de su propio destino, entonces… Trató de gritar, llamar a alguien, pedir ayuda, pero… Ya era demasiado tarde.

martes, 27 de octubre de 2009

Duermo.

Duermo.
Duermo y despierto empapada.
El agua resbala por mi espalda,
por mi abdomen,
por mi cuello se desplaza despacio;
suavemente.
Pienso.
Pienso, retomar mi sueño,
retornar a tus brazos
y seguir sumergida en tus besos,
en tus caricias tan intimas;
 privadas.
Deseo.
Deseo, continuar así siempre
metida en ti, en tu abrazo;
y tu metido en mi
en mi regazo.

Linda mi negra donde andará.

Linda mi negra donde andará,
déjenmela ir llorando que
yo la iré a consolar.
Si mi negra llora le
han pagado mal.
Cada vez que la bisabuela, en el rancho; escuchaba al bisabuelo llegar tarde en la noche y cantando esa canción, lo sabía. Era fija la golpiza... En aquella época las mujeres eran maltratadas por todos. Pero más por sus propios maridos, que las consideraban de su propiedad; más aún cuando había sido comprada, pagada con dinero y convertida en concubina primero, y luego por el tiempo y la necesidad, y a lo mejor por amor también; en esposa.
De esa unión de negra esclava con blanco de "buena familia" Provenía mi abuela. Negra hermosa, garbosa, alta, orgullosa, digna representante de su raza. Era mestiza ella, pero por decisión y por color, era Negra; negra como su destino tan similar al de su madre. Mi abuela, otra mujer ya no compraba por dinero pero si con mimos y mentiras. Amor y golpes o golpes y amor. Hijos a montones, muchos. Mi madre una de ellos. Pero ella si blanca, ojos castaños claro, hermosa como la madre y el orgullo de ambos; del padre blanco y de la mujer Negra.
Cuando quedé embarazada por primera vez, supe que sería un varón. En mi mente estaba claramente dibujado ese muchacho hermoso que hoy miro con amor la mayoría de las veces, ja ja ja ja. (En otras me da unas rabias que ni para que cuento). Al embarazarme por segunda vez, esperando un niño, siempre supe, adentro de mi mente y de mi corazón que sería una niña. Mi amor se desbordó por todos mis rincones y la ame con locura. Pero, la soñaba, la imaginaba, la idealizaba negra. Negra como la bisabuela maltratada, negra como mi abuela triste y no blanca como mi madre y como yo.
Quizá soñaba que el destino cruel de las dos negras, en mi niña cambiaría y significaría que todos los sufrimientos de estas dos valerosas mujeres y sus dolores serían validados únicamente y gracias, a la vida maravillosa que ella, mi muñeca llevaría. Era como si el destino de ellas, fuera  con el fin de traer al mundo un ser que las representara dignamente y las rescatara de sus anteriores agonías.
Mi princesa nació blanca igual a su hermano y hermosa como una flor en primavera y llena del rocío de la mañana, pero es la digna representante de esas dos negras maravillosas, Ella lleva su sangre con orgullo y amor.

lunes, 26 de octubre de 2009

Apetito

Siempre pensé que lo que más me gustaba era comer gente ensangrentada. Pero creo que era por las prisas. Un día me di mi tiempo y fui comiendo despacio, seccionando partes que luego cocinaba lentamente con finas hierbas; usando cubiertos, servilleta y mantel.
La experiencia fue tan agradable, tan maravillosa, tan gloriosa; que no la cambio por nada. Además mi comida dura mas tiempo y no tengo que salir diariamente a buscarla.
Los dejo cómodamente sentados en la bañera mientas se van desangrando lentamente. Vivos y amordazados pero imaginándome sus gritos saben mucho mejor.
¿Gustas?

Mirando atrás.


Libertad y Paternidad



sábado, 24 de octubre de 2009

… Y Cerebro.

Soy conspirador…
Entre otros mandatos que recibí del gran jefe esta uno que es prioritario y vital. Debo acabar con la mitad del género humano en un lapso no mayor a un par de años.
Pienso en muchos detalles, una bomba nuclear, por ejemplo. Sería una guerra total pues los demás países se defenderían y en las guerras siempre se pierde. Nunca hay un ganador, total no somos el único país con armas de destrucción masiva y seguro llevaremos una parte importante en las pérdidas de vidas, lo cual no es malo. Pero si en pérdidas económicas. Lo que no nos conviene en el momento.
Idea desechada.
Una infección como la viruela o el sarampión. Podría ser, pero igual se podría salir de las manos y acabar con mas gente de la que deseo y necesito, además los costos hospitalarios serían enormes y el país atraviesa por un mal momento, lo cual no nos beneficiaria en nada. La economía es importante y ésta incluso es una idea que debe salvar la economía mundial, no dejarla peor.
Otra idea desechada.
Podría esparcir una sepa de alguna enfermedad que no sea tan mortal; una gripa por ejemplo. Pero no la gripa normal y sencilla, más bien una fuerte que si cause muertos; esto además acompañado por el temor, pánico mejor, que pueden infundir los diarios, los canales de televisión, las revistas; al dar sus noticias sobrecogedoras, con estadísticas y número de muertos por país, por ciudad, por genero, etc. Y asustar a la gente. Una gripa que lleve a la humanidad a pagar lo que sea, a hacer lo que sea para curarse y para proteger a sus familias. Además de cumplir el objetivo, el país ganaría pues su economía mejoraría considerablemente, con las ventas de medicamentos y demás.
Debo contar con el temor que puede generar la vacuna ya que siempre hay gente que puede ir más allá, entender lo que pienso y leer entre líneas mis discursos y mis recomendaciones y sospechar de mi intencionalidad salvadora y pensar en no usarla, en no comprarla y en desacreditar el trabajo y la investigación de científicos contratados por el estado para salvar a su pueblo del caos.
Pero... Aquí esta la idea mas brillante de todas, jajajajaja. No será esta vacuna nueva la que tenga el trabajo de disminuir la población. No, por supuesto que no. Será una de las vacunas de las más utilizadas, una de las más aceptadas por todos, una que tenga el prestigio que dan los años de uso, por ejemplo la vacuna contra sarampión, la de la hepatitis, la del tétano o similares.
¿Quien dudaría aplicárselas a sus hijos o a si mismos, si llevan años siendo aplicadas a la población en general? ¿Quien culparía del caos y de las muertes a una de estas silenciosas salvadoras de vidas?
Si, definitivamente esta es la idea que realmente me gusta, es la idea que protegerá al planeta de una destrucción inexorable y a mí, pues mi cargo en el gobierno estará asegurado por lo menos por un tiempo más. A lo mejor, tal vez, quien sabe; pueda llegar a ser el presidente o mejor aún el soberano absoluto del mundo.
¿No soy el mejor conspirador que existe?
Pinky.

Lo que ví ayer


viernes, 23 de octubre de 2009

Gloria.

A ella, que siempre fué
 tan Bella.
Antes de cumplir quince años,
te casaste con un hombre mayor
y sola y triste de tu hogar partiste.
Poco tiempo después,
Esperabas un niño siendo niña
y sola e ignorante; sin piedad lo perdiste.
Lágrimas de impotencia y muchas de dolor.
Al paso de los años, otros retoños llegaron,
tres dulces alegrías, tres bellas niñas,
a ti Dios te concedió.
Más…
Tu no perdías la ilusión de un hermoso varón.
Aquel que poblaba tus sueños suavemente,
Y que acunarías junto a tu corazón.
Un día por fin, salió el sol,
Dios te mandó un hijo y con él te bendijo
Y de esa manera la felicidad,
tu esposo entonces te predijo.
Pero...
La vida no es más que eso, una ilusión.
E igual que en el pasado; nada cambió.
Hoy triste languideces y envejeces
Después de tantos años,
Tus alegrías aún no florecen.

El accidente.

El golpe fue muy fuerte, el carro iba veloz y ella miraba al lado, distraída. De pronto vio otro  carro que venía de frente y su cuerpo giró por los aires y se vio ahí, después sobre la roca y en una postura un tanto ridícula, inapropiada para una mujer como ella.
Parecía una muñeca de trapo abandonada por su dueña para salir de prisa.
Una piedra enorme, y su cuerpo aplastado contra ella, la falda levantada y cubierta de sangre, la blusa rota y los pantys blancos impecables.
¿Cómo si estaba en la roca se veía tan bien, tan claramente?
A su lado había más gente, hablaban, gritaban. Unos intentaban ayudar a salvar a las personas caídas, otros dos como ella observaban la escena desde un poco más arriba. Se miraron asustados primero y luego comprendieron. En ese momento, sintieron la necesidad de ascender hacia la luz brillante. No era el sol con seguridad, pues la podían observar de frente. Era una luz que irradiaba paz, amor y gran tranquilidad.
Lo último que vio desde allá arriba fue el resplandor de su panty tan blanco, tan nuevo, tan resplandeciente.
Gracias a él sintió que su figura no se veía tan grotesca y desamparada.

Esposa amante


La esposa, eso era lo que deseabas ser... la otra no era la mejor posición en tu vida, la esposa... sueño dorado... la esposa.
Nos vimos frente a frente y me lo planteaste, deseo ser su esposa, tu sobras entre nosotros, el me ama y me amara por siempre.
¿Si? ¿Te lo dijo? ¿Qué te ofrece? ¿Qué te ha ofrecido hasta hoy?
Solo has sido mi sombra, la mujer en lo oscuro pero si eso es lo que deseas ser, hoy seré tu hada madrina y te lo concederé. A partir de hoy serás su esposa, atenderás sus hijos y su madre, su casa y sus amigos, sus necesidades personales y familiares. ¿Serás su esposa y sabes que? Yo seré tu, la otra, la amante. Tú tomaras mi vida y yo la tuya y veremos. Una cosa si debe quedarte y quedarme clara, no hay vuelta de hoja, no hay cambio posible y todo será como tú lo deseas ahora.
Píensalo muy bien, si no me ha dejado por algo sera, no crees?. ¿No crees tú que me ama? ¿No consideras tu, que ya viviría contigo si lo que tu le ofreces fuera lo que él desea?.
Ya lo sabes, si insistes seré tu hada madrina y tendrás lo que deseas.
¿Lo quieres aún? Por supuesto que si... se que me ama, me ama con locura, me desea y lo que más quiere en la vida es tenerme por esposa, que sea la madre de sus hijos y su compañera por siempre.
Hecho. El cambio se ha realizado. Ahí tienes tu casa, su casa... tus hijos, sus hijos... tu suegra, su madre, su familia... ¿tu familia?
¿A qué vienes ahora? Tienes lo que deseabas y yo ahora soy tu sombra y lo disfruto tanto que por eso te dije no había cambio posible. Lo tengo a él cuando lo deseo y con tal de hacerte sufrir lo tengo más que antes, mas que tú cuando eras la otra, y solo tengo de esa relación, lo bueno aunque sea a ratos y tengo tiempo para mi y para otras cosas mientras tu atiendes su vida, su casa, sus hijos y su familia... Nada de eso es tuyo, nada te corresponde, nada te pertenece y yo ahora disfruto no solo tu vida, también tus ojeras, tu tristeza y tu vida magnifica de mujer casada y legal.
Recuerdas aquel día en que creíste tomar el cielo con las manos al descubrirlo yo a él en tu lecho y creer que por eso lo dejaría, pues no, ahora esta en el mío y lo disfruto y solo estoy con él cuando yo lo deseo y quiero y por hacerte sufrir cro yo, y tu no puedes dejarlo... ahora vives mi vida, recuerda, no hay paso atrás.
Era mi vida, ahora es toda tuya, te la entregué gustosa.
Disfrútala.

Arte total


Obra de Laura Gabelo

Un cuadro del padre.


Obra de R. Gabelo

jueves, 22 de octubre de 2009

Almuerzo pagano

 En un caldero junté
la gallina y el marrano,
un cocodrilo malsano y también
un tiburón;
para este almuerzo pagano
y los mezcle rudamente
con variados ingredientes
brócoli y zanahoria, cebolla,
ajo y pimienta, también una calabaza
ya pardusca y descompuesta.
Y preparé un arroz,
con cariño y gran primor
le agregue sal, aceite hirviente.
Le puse hormigas culonas
y un par de rabos de ardilla .
y lo sazoné gustosa
con aderezos y rezos.
Hice Jugo de uva negra,
y le mezcle sangre fresca
de babilla y de humano,
de mono gris y pantano.
Todo quedó suculento
Y lo mejor ni lo cuento.

Por qué huelen las personas

A los que mentiras dicen
les apestan las narices,
las patas y las axilas,
les da caspa voladora,
se les reseca el cerebro
pobres de ellos
pobres almas;
se les acaba la calma.
A los que mentiras dicen
les duele el cuerpo y el alma
tienen los ojos llorosos
y pujan cual vil pulgoso.
A los que mentiras dicen
les suceden tantas cosas
que mejor sería que ahora
dijeran todas las cosas.

Te amo

Yo te amo en ingles
-I love you-
y en italiano
-Ti amo-
Te amo en español
y en ucraniano
-Я тебе люблю-
En todos los idiomas yo
te amo.
De muchas formas yo también
te amo.
De pie, sentada y acostada
te amo.
Por todos los rincones
yo te amo.
Y al mundo entero grito
que te amo.

Mujer anónima.

Me acerco a ese negocio. Venden pastelitos, café frío y caliente, chocolate, y algunas otras cosas para saciar el hambre o quizás sencillamente para entretenerla. Pido un café helado ya que hace mucho calor, el sol brilla en lo alto y se siente que pica un poco en la piel, cierro los ojos y adelanto la cara para que me acaricie.
Miro al rededor y no hay nadie más que la vendedora de café, una señora que vende lotería, y un par de personas que entran al almacén, uno de los tantos almacenes de cadena de mi bella y cálida ciudad. Recibo mi café y pago el importe, espero las vueltas. Miro de nuevo y allí al lado hay un par mesas con sillas, decido sentarme a tomar mi café y a esperar.
Frente a mi, queda el parqueadero lleno, muchos autos están allí al sol esperando sus dueños, pienso en eso e inclino la cabeza, mezclo mi café con el pitillo y pienso pensamientos, tomo un sorbo de la mezcla helada y continuo con la mirada fija en el vaso, y perdida en mis pensamientos.
De pronto siento algo, miro al frente y ahí parada frente a mi, salida de la nada y disponiéndose a sentarse; esta ella. Una mujer no vieja pero si mayor, cercana a los sesenta, cabello rubio alborotado, sombrero rojo, viste con desaliño un pantalón deportivo que realmente le queda mal y grande, una blusa arrugada y quizás sucia o por lo menos curtida por el uso y los años, tenis gastados, se nota que la han llevado lejos, que con ella han recorrido muchos caminos.
Me observa fijamente a los ojos, me siento desconcertada. Las personas no acostumbran acercarse a ti, a mi particularmente; de esa manera. No la había observado entre la gente que por ahí estaba o pasaba, o a lo mejor al inclinar mi cabeza pasó el tiempo, el tiempo suficiente para que ella hasta mí llegara.
Me habla como si me conociera de siempre, me dice que un hombre celoso no se puede soportar que ella abandonó a su marido después de muchos años de casados, después de haber tenido dos hijas en su compañía, después de haber soportado humillaciones y malos tratos morales e incluso físicos.
Me cuenta que un día visitó un psicólogo tratando de solucionar tantas locuras que en su cabeza anidaban y se dio cuenta que el loco era él y no ella.
Un día sin haber estudiado una carrera, sin tener una profesión diferente a ser ama de casa, madre y esposa; salió a la calle, buscó un empleo y un amante y se lo restregó a su marido por la cara.
Un día lo vio llorar y suplicar desesperado, lo vio pedir perdón, aceptar culpas, lo vio rogar no por él según decía, por sus hijas; que retornara al hogar. Pero era tarde. El amor había muerto y con él, el respeto, la consideración, las tristezas acumuladas en años y la vida misma.
Esa vida de ama de casa había pasado a la historia lejana y trataría de olvidarla por siempre. Lo único rescatable eran sus dos hijas, sus amores.
El psicólogo fue muy claro, la vida pasa, los hijos se van y usted estará muerta en vida. La imagen fue terrible, sobrecogedora, el golpe en su imaginación contundente. Ella no estaba dispuesta a continuar sufriendo su compañía dolorosa por siempre.
Lo abandonó, trabajó duro, amo mucho y vivió feliz. No se arrepentía de nada. Bueno, quizás de haber tardado tanto en buscar una cura para su locura.
Yo la escucho en silencio, miro sus ojos claros, la transparencia en su mirada y me preguntó por qué llegó hasta mí. Por qué compartió conmigo sus pensamientos, sus vivencias, Por qué…
Llega la persona que espero, se la presento a Elvira y parto, me voy pensando pensamientos, me voy pensando que la vida nos habla, me voy sintiendo que esa mujer no era tal que era un fantasma pues llegando al auto miro de nuevo y ya no esta.
Siento en calor del sol en mi piel, casi pica en mi cara, cierro los ojos y me dejo acariciar por él de nuevo.

Carmenza

Vivíamos en el centro de la ciudad pero pagando alquiler, a mamá le ofrecieron una casa en un barrio nuevo en las afueras de la ciudad y ella feliz pensando en tener una casita propia, no lo dudo un instante.
Debían bautizar a mi hermanita ese fin de semana.   Pero mamá decidió dejarlo para el siguiente  ya que tenía muchas ganas de que estrenaramos nuestro nuevo hogar.
El trasteo se hizo un sábado, papá no estaba de acuerdo, consideraba que estaríamos muy lejos de su sitio de trabajo y eso le dificultaría estar más tiempo con nosotros.
Llevábamos tres días viviendo allí, en nuestro nuevo hogar, en nuestra nueva casa. Era de noche, esa noche particularmente mi hermano estaba muy inquieto, intranquilo, tenía temor por un hilo de agua que pasaba por el patio trasero de la casa. Arriba de la montaña había un tanque de agua y el hilo se desprendía de él.
Le rogó tanto a mamá, le habló tanto de sus temores que ella decidió acostarse en el cuarto de mis dos hermanos, con Carmenza y lógicamente conmigo.
Ella; mamá recuerda haberse despertado entre el lodo, empezó a buscarnos desesperada, enloquecidamente. No podía ver nada, la oscuridad era total, absoluta y solo escuchaba llantos, quejas y gemidos. Encontró primero a mi hermano mayor, luego a mí; según ella dormida yo ahora que lo pienso creo que más bien  inconsciente y luego a mi segundo hermano . Mamá escuchó que podría haber otra avalancha y decidió sacarnos a los tres que ya había rescatado hasta la carretera, ella pensó pedirle a las primeras personas que pasaran en un auto que nos llevaran hasta donde trabajaba papá.
Mamá se aseguró que estas personas lo conocieran y nos entregó a estos señores para salvarnos a nosotros mientras ella desesperada, pensaba regresar a la avalancha para seguir buscando y rescatar a Carmenza, la bebe de menos de un mes que aún no había podido encontrar.
Al ver el estado en que estábamos, al ver la catástrofe tan terrible esas personas no solo nos acogieron a nosotros tres sino que tomaron a mamá a la fuerza y la metieron entre el carro y nos llevaron al hospital más cercano para luego avisarle a papá.
Mamá gritaba, chillaba y suplicaba por la bebé, ellos no la escucharon. La niña, algunos dijeron que fué sepultada en el cementerio, otros que jamás fué encontrada. Fueron muchos los muertos, muchos los heridos, muchos los desaparecidos y el dolor y el miedo a la oscuridad, a las lluvias y a los deslizamientos de tierra tan comunes en mi ciudad aún nos acompañan.

Mi hijo, mi niño, mi muchacho

Ese mechudo que por ahí pasea,
ese que pinta, esculpe, y talla.
Ese que rima y con pasión declama.
Ese que canta y tararea hasta el alba.
Ese mechudo que de mí salió,
el muchachote hermoso y sano
que hoy llora triste y que suspira
pero mañana con nuevo empeño
sonreirá feliz ante sus grandes sueños.
Ese muchacho
es mi tesoro y yo lo miro
y mas lo adoro.
Y sufro mucho por sus dolores
y me duelen tanto sus sinsabores.
Yo se que un día mi niño lindo
reirá de nuevo y con delicia
verá al mundo con gran albricia.
y triunfará.
Y grande y alto
muy alto, alto el llegará.
Un día mi niño mirará atrás,
y sabrá entonces cuanto lo he amado
y comprenderá que sus papás
lo amamos mucho
y si hubo daño
no ha sido nunca por nuestro amaño.
Mi muchacho muy triste esta
que diera yo, Dios santo
para curarle hoy sus heridas
y que alegrías solo tuviera.
Pero la vida no es blanda pluma,
y en igual medida, lágrimas y risas
llegan a la vida.
Lo bueno entonces será
que al fin mi hijo comprenderá
que lo que logre con mucho empeño
mas alegrías traerá a su dueño.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Rincón del mar.


Desayuno embrujado

Buscaba un embrujo para el desayuno.
Por más que busqué, yo nada encontré.
Me di a la tarea y decidí crearlo
ahora lo tengo y quiero mostrarlo.
Chocolate hecho de hormiga macho,

un poco de sal y mucho mostacho.
Arepas de ojos de culebra y rata
para que no sea una cosa barata
panecillos de harina de volcán,
para que entren y salgan como huracán.
Mermelada roja, de sangre de ogro
y mantequilla batida de leche escondida,
pues es la más apetecida
huevos de avestruz puestos en noche de luna llena.
y empollados por cabra loca de pata negra
y con la barriga rellena de azucena.
Si el desayuno no es de su gusto
Seguro, seguro si logra un susto.

martes, 20 de octubre de 2009

Lasciva pecadora.

Tu boca,
tu maravillosa boca
besable,
mordisqueable,
succionable,
deleitable,
acariciable,
masticable,
chupable.
Y...
culpable,
responsable
de

pecados secretos
e inconfesables.

Mis botas.

(A ellas, de color café
y de tacón alto)
Y me recuerdo en bota pantanera
-Machito se llamaban-
saltando charco a charco
y riendo a carcajadas
mientras los otros brincan y me gritan...
¡Madure carajo!
Jajajajajajaja.
(Que épocas aquellas Dios mío)

Bella durmiente.


Tus labios resbalan por mi piel
suave, como agua que nace en la montaña
cálida, como sol de amanecer
tibia, como polluelo en su nido.
Duermo
siento tu presencia recorrerme
despacio, lentamente
y te dejo hacer, mientras
ahogo un suspiro.

domingo, 18 de octubre de 2009

Ausencia.

Y me quedo allí impávida, serena.
Contemplando tu ausencia,
viviendo tu recuerdo.
Añorando tu piel, tu olor,
tu esencia de varón.
Deseando tenerte como siempre,
cálido, vital, ardiente.
Metido en mi, robándome el aliento
Sintiéndome morir entre tus brazos
Y disfrutando al máximo tu abrazo.
Entonces al partir
Sigues dentro de mí.
No estas ausente.

Nunca fue intencional.

No se por qué, de repente y sin motivo llegas a mi recuerdo como eras. Tu cabello ensortijado, tu mirada larga, tus ojos tristes; siempre tristes. Pero, siempre igualmente llenos de amor por mi.
¿Te hice daño? Lo siento. Realmente lo siento. Nunca fue intencional, era una niña y los niños son así; malos por naturaleza. Debí, seguramente esperar de ti mas madures, por tu edad, 10 años más hacen una gran diferencia y solo ahora entiendo que los hombres jamás maduran y en cosas del amor menos.
Tiempo después supe detalles, conocí algunos de tus secretos. Tus lágrimas ocultas, tus búsquedas insólitas, tus observaciones extrañas… pero aun era muy joven y solo atine a sentir que amarme era lo lógico, lo natural.
¿Te lastime? Perdón, nunca fue intencional. De todas formas en la vida las cosas suceden por algo. Ni yo era para ti, ni tú eras para mí.
Hoy solo lamento haberte lastimado, no lamento haberte perdido pues seguro si fuiste mío, por lo menos tu corazón lo fue, pero nunca fuimos el uno para el otro.
Insisto... Lo siento mucho pero, nunca fue intencional.

sábado, 17 de octubre de 2009

Castigo divino.

¿Con qué objeto Dios me haría tan hermosa?
- No lo sé, a lo mejor para castigarte.
Hmmmmmm
¡Y me castigó con hermosura e inteligencia!

Lo que no se da se pierde.

No deseo perder yo mis besos
mis caricias y hasta mis abrazos.
Te los doy al igual que mi alma
mi corazón dulce y mi sin razón.
Yo te doy mis dos manos repletas
y las caricias que ellas contienen.
Te doy yo mis ojos preciosos y las miradas
de amor que conservan
te doy yo mis brazos y abrazos.
Y mis labios que guardan millones de besos.
Todos los entrego desgranados lentos
Te entrego mi cuerpo fragante,
florido, cálido, discreto,
abierto al rocío de tus besos
suaves de tus brazos prestos.

viernes, 16 de octubre de 2009

Aviso clasificado.

Busco:
Varón entre treintaytantos y cuarentaypocos
Requisitos:
Que su piel huela a mañana fresca, con un leve sabor a chocolate caliente servido en la cama.
Que su estatura sea la justa, para alcanzar la altura de mi orgullo al caminar a su lado.
Que sus labios calcen perfectos en los míos, para llenarlos cada minuto con un torrente de besos.
Que a sus manos no le importen unos gramos más o unos gramos menos en mi cintura, sólo el calor que mi piel vaya entregándoles al paso de sus caricias.
Que sus ojos me regalen cada noche un amanecer y cada mañana un volcán en erupción.
Que sus pasos no me sigan o me adelanten, que cada una de sus huellas esté junto a las mías.
Y que no tema desplegar sus alas cuando lo invite a volar junto a mí.
Ofrezco:
Un regazo suave donde descansar el día.
Un cariño tierno y salvaje.
Una mirada donde perderse y dos manos donde asirse.
El contorno de mis tobillos y la línea de mi cuello.
Una compañía alegre, loca y tranquila.
Una pasión que inunde todas las represas de su alma.
Una vida entera para descubrir juntos y la alegría infinita de estar a su lado.
Gilda Valdés.

Yolanga y Gildurra.


Ya huele a la pócima que despierta muertos,
las arañas tejen presurosas sus casas atrapa insectos,
Los ratones esconden sus colas preciosas,
Los gatos negros pagan escondederos a peso,
los murciélagos cuidan sus ojos aunque no sean hermosos,
La regaliz al verlas; infeliz tiembla y se entierra,
la yerbamala si que se afana
La bruja Yolanga anda por ahí
preparando pócimas para si;
y la bruja Gildurra con sus carcajadas
asusta a las aves y a los alacranes.
Prepárese mundo que todas las brujas
vienen a su fiesta desde el inframundo.
Y no digan luego que no se les dijo
escóndanse ahora, paguen escondijo.

jueves, 15 de octubre de 2009

Acaríciame

Solo tú conoces mis rincones
entiendes mis deseos.
Tus manos moldearon mis secretos
me hiciste a semejanza.
-No necesitas luz para saberme-
Mi aroma llegó a ti cruzando el infinito
y se metió en tu piel.
Tu búsqueda; no fue en vano.
Y al encontrarme...
Reconociste en mí tu complemento.
Y fui tu aliento.

Rompecorazones

Tengo una caricia para ti,
enredada en mis dedos
Y una mirada que se pierde
entre mis pestañas
un beso pugnando por salir de mis labios
y un suspiro que rompería mi corazón
y el tuyo.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Yo lo amo


Está acostado conmigo, puja y se queja, lo escucho tan fuerte que levanto mi cabeza para mirarlo. Ahí acostado a mis pies, lo alcanzo, lo abrazo, lo beso en el hocico y lo suelto de nuevo; él no acepta tantas demostraciones de afecto, de mí afecto. Me mira con displicencia y mullendo la cama de nuevo se acuesta.
¡Cómo amo ese gato Dios mío!

martes, 13 de octubre de 2009

El momento llegado

Tú sabías que te ibas a morir, siempre supiste que cuando llegara el momento y la hora, tú ya estarías más que enterado.
Nunca tuviste miedo de la muerte, era el final del camino, el último momento que mirarías a su cara con los ojos llenos de vida y luego nada, el silencio total, el vacío infinito, la luz o la oscuridad... en eso sí tenías duda. No podías, no lograbas imaginar si era oscuro o claro el más allá. No pensabas en cielos o infiernos. No pensabas en tristezas o alegrías, tampoco pensabas en estar reclinado en una nube tocando una lira, pero el infierno no lo veías como propio. Finalmente malo, malo, lo que se dice malo nunca habías sido.
Una vida no significaba mucho y menos si era de un ser inferior por lo tanto muchas vidas de seres iguales tampoco lo eran. Incluso tu propia vida tenía significado en tanto tú fueras Dios, ¿En otro caso de qué valía vivir una vida oscura y gris?
Unos cuantos quemados en hogueras, otros ahogados en cuartos con gases letales, otros que sirvieran para experimentos científicos que luego salvarían vidas de seres humanos que realmente valían la pena, unos más muertos por cansancio; físico e incluso moral.
En numerosas oportunidades los otros sintieron que tu hora había llegado, pero tú estabas seguro, te sentías Dios, te sabías Dios y entendías ahí en tu interior que nada ni nadie lograría dañarte. Únicamente tú podrías poner fin a ella. Era tu predestinación.
Así que llegado el momento no lo dudaste un instante; ella no se quedaría sola sin ti y tú no querías recorrer ese camino solo.
Mirándola a los ojos, besándola en la frente le disparaste al corazón y luego sin una lágrima, sin miedo con total tranquilidad miraste a la muerte a la cara, frente a frente.

¿Soñamos?



Y si solo soy tu sueño
y existo ahí en tu mente
únicamente si duermes.
Y al despertar soy quien sueña
Y si tú sueñas yo vivo
y si tu vives yo sueño.

viernes, 9 de octubre de 2009

Miradas, mariposas...

Las miradas son como mariposas,
algunas pasan desapercibidas.
 Pero otras te atraen,
te cautivan, revolotean sobre ti
y casi te acarician.

miércoles, 7 de octubre de 2009

¿Cómo camina una mujer que recién ha hecho el amor?

Una mujer que recién ha hecho el amor camina erguida, orgullosa, casi bailando, casi sin tocar el piso, casi levitando
Una mujer que recién ha hecho el amor piensa en colores, piensa en sonidos psicodélicos, piensa en terciopelos envolventes, piensa en islas lejanas en un paraíso terrenal
Ve el rostro de los demás como el de su amado, y los demás ven el rostro de ella como un cofre de misterios indescifrables, inescrutables, incomparables, como un rostro único que encierra el rostro de todas las mujeres del mundo, el de la primera
La piel de una mujer que recién ha hecho el amor es rosada, rozagante, con algunos toques de rojo rubí
Una mujer que recién ha hecho el amor se sienta con cuidado y cariño, cobijando entre sus piernas el tesoro recibido de su amor.
Saludará a sus amistades.
Pensará que en otros países está nevando.
Encenderá y consumirá un cigarrillo.
Desnuda, en el baño dará vuelta a la llave del agua fría o del agua caliente.
Dará vuelta a las dos a la vez.
Una mujer que recién ha hecho el amor se arrodilla lentamente, para no perder la masculina esencia que lleva en su ser inferior, en su ser interior.
Soñará que la felicidad es un viaje por barco.
Regresará a la niñez o más allá de la niñez.
Cruzará ríos, montañas, llanuras, noches domésticas.
Dormirá con el sol sobre los ojos.
Amanecerá triste, alegre, vertiginosa.
Bello cuerpo de mujer
que no fue dócil ni amable ni sabio.
("Oficio puro" de Víctor Valera Mora)  Este poema fue tomado de un artículo de Harold Alvarado Tenorio publicado en Letralia, y modificado luego aquí por M del C García.

Hoy pedir quiero...

Hoy te quiero pedir niño bendito
Nos ampares,
Protejas e ilumines
Enséñanos oh Dios,
el camino de la vida.
y de la salvación, de la autoayuda.
Cuídanos de todo mal
y del peligro, al que nosotros
caminamos prestos.
Ayúdanos señor a ser mejores
más humanos,
más claros y
más buenos.
No dejes que el orgullo
nos limite,
no permitas señor
que nos dañemos
ni a nosotros ni a otros
ni a ninguno.
Aquí estoy de rodillas
Niño bueno,
segura de tu comprensión
y de tu ayuda.
Amén.

Aquellas cosas que no me gustan

 Aquellas cosas que no me gustan Aquellas cosas que no me gustan, sencillamente porque soy cansona. Trato de odiar poco, así que esa palabra...