Estos eran dos sapos gemelos idénticos que nacieron en el mismo charco y se criaron en el mismo charco. Uno se creía el más verde, brillante y hermoso sapo del charco, mientras que el otro se creía el más oscuro, parduzco y feo sapo del mundo.
Una princesa pasó por allí y al verla el sapo "lindo" tuvo la idea de hacerle creer que él era un príncipe embrujado y que si la princesa lo besaba rompería el hechizo. Mientras tanto el sapo "feo" escuchaba la historia con escepticismo.
La princesa, princesa y todo era un poco lenta y se confiaba aun de los sapos del charco, así que al escuchar la historia creyó en él y lo beso. Instantáneamente se convirtió en sapa. Uffffff, el susto fue espantoso. La pobre no sabía que hacer, cómo podría regresar a su casa y contarle al rey su padre lo que había sucedido.
Mientras lloraba amargamente vió en un rincón apartado al sapo "feo" y aun en su lentitud pensó que si besar a un sapo siendo princesa la había convertido en sapa, besar a otro sapo siendo sapa la podría volver de nuevo princesa. Se acercó al sapo "feo" y le pidió un beso, él se asustó mucho pues también pensó que podría volverse humano y siendo un sapo poco agraciado sería un humano poco agraciado, pero las lágrimas de la princesa sapa lo convencieron, la beso tímidamente en la mejilla y nada, así que ella lo miró a los ojos saltones desde sus propios ojos saltones y vió la hermosura de su alma allá en su interior, así que ella lo beso en la boca con pasión y amor encendido y zaz, pum, pam. Sapo y sapa eran y princesa y príncipe son.
Y titurin tirutado este cuento se ha terminado.
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