No se por qué, de repente y sin motivo llegas a mi recuerdo como eras. Tu cabello ensortijado, tu mirada larga, tus ojos tristes; siempre tristes. Pero, siempre igualmente llenos de amor por mi.
¿Te hice daño? Lo siento. Realmente lo siento. Nunca fue intencional, era una niña y los niños son así; malos por naturaleza. Debí, seguramente esperar de ti mas madures, por tu edad, 10 años más hacen una gran diferencia y solo ahora entiendo que los hombres jamás maduran y en cosas del amor menos.
Tiempo después supe detalles, conocí algunos de tus secretos. Tus lágrimas ocultas, tus búsquedas insólitas, tus observaciones extrañas… pero aun era muy joven y solo atine a sentir que amarme era lo lógico, lo natural.
¿Te lastime? Perdón, nunca fue intencional. De todas formas en la vida las cosas suceden por algo. Ni yo era para ti, ni tú eras para mí.
Hoy solo lamento haberte lastimado, no lamento haberte perdido pues seguro si fuiste mío, por lo menos tu corazón lo fue, pero nunca fuimos el uno para el otro.
Insisto... Lo siento mucho pero, nunca fue intencional.
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