A ella, que siempre fué
tan Bella.
Antes de cumplir quince años,
te casaste con un hombre mayor
y sola y triste de tu hogar partiste.
Poco tiempo después,
Esperabas un niño siendo niña
y sola e ignorante; sin piedad lo perdiste.
Lágrimas de impotencia y muchas de dolor.
Al paso de los años, otros retoños llegaron,
tres dulces alegrías, tres bellas niñas,
a ti Dios te concedió.
Más…
Tu no perdías la ilusión de un hermoso varón.
Aquel que poblaba tus sueños suavemente,
Y que acunarías junto a tu corazón.
Un día por fin, salió el sol,
Dios te mandó un hijo y con él te bendijo
Y de esa manera la felicidad,
tu esposo entonces te predijo.
Pero...
La vida no es más que eso, una ilusión.
E igual que en el pasado; nada cambió.
Hoy triste languideces y envejeces
Después de tantos años,
Tus alegrías aún no florecen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario