jueves, 19 de octubre de 2023

Gracias

 GRACIAS


Si, gracias a ti que me regalas tu tiempo y ahí callado me lees.

Patricia Lara P

Hoy como tantas veces

 Hoy como tantas anteriores veces quieres irte. Algo te lo impidió cada vez. Una de las muchas situaciones cotidianas. Algo que te distrajo por ser bueno o por ser malo. Total, el paso jamás lo diste. 

Hoy tampoco será el día. Ya no son las situaciones externas las que te lo impiden, eres tú. Ya no imaginas otra vida.
Miras, miras y remiras, comparas y al sumar y restar; te gusta, amas tu vida. Te encanta el ser humano que eres. Aprendiste a amarte, a amar todas las pequeñas y grandes imperfecciones que te adornan.
Pues sí... Hoy tampoco te irás... Quizá mañana. Nadie lo sabe. Total, la puerta está ahí y el mundo es grande.

Patricia Lara P

Cuando más la amaba

 

Falleció ella en el momento en el que mas la amaba. Pudo haber sido antes, antes de entregarle su corazón entero. O después, cuando la monotonía de la convivencia hubiera hecho algunos estragos.

La desolación de su partida le arrugó tanto el corazón, que quedó igual a las hojas del papel en las que intentó escribir su obituario. Arrugado y seco, marchito. Habría preferido morir con ella a padecer su ausencia. El dolor de su partida lo embargaba de forma tal que se ahogaba.
Pero ahí estaba él, vivo. Pero tan muerto o más que ella.

Patricia Lara

El mundo del desapego

 "Cuando uno se cansa entra al mundo del desapego". Y el retorno de allí es muy difícil. No es que no se pueda retornar, es que habrá que hacer mucho esfuerzo para querer hacerlo. Es que en realidad pocas gentes disfrutan del dolor y del sufrimiento.

(Frases de esas que resuenan al ser escuchadas). Algunos hablan mal de Walter Riso, pero él, como tantos otros tenemos cosas para decir, cosas que escuchará únicamente el oído que esté dispuesto.
Aquí me quedo pensando pensamientos pensantes.

Patricia Lara P

Cómo lo voy a culpar


 Cómo lo voy a culpar si no pudo amarme. No logré ser suficiente para él. A lo mejor sus expectativas fueron más altas de lo que yo puedo dar. A lo mejor otra le da lo que yo no. A lo mejor tenerme ahí le da la seguridad suficiente para pensar que no va a perderme, o peor aun (para mí) que no le importa que eso sea lo que al final suceda.

Uno se cansa en serio. Es como ir contra la corriente y patalear hasta el cansancio, hasta que al final uno deja de hacerlo y se va al fondo sin luchar más. Y claro uno se ahoga y el otro se queda ahí muy seguramente con el sentimiento de culpa y al final son dos vidas dañadas. Destruidas.
Y si, uno se cansa del desamor, de la lucha por mantener aquello que para uno es importante y que lastimosamente para el otro no lo es.
Sería tan lindo que por fin un día me  enterara de que soy importante, valiosa, apreciada, amada, valorada.
Bueno...
Esas historias vistas, escuchadas por ahí. Esa gente que le abre a uno el corazón y lo pone a escribir cosas como éstas. 
Esas historias que le sacan a uno el aire y lo dejan sin piso un momento pero que luego lo aterrizan.
Esas historias de vida. De la de otros, de los otros y la propia incluso.
Yo aquí me quedo pensando pensamientos pensantes, de esos que ponen aguados los ojos y le apachurran un poco el corazón, el alma.
Abrazo enorme a esas almas dolidas.

Patricia Lara P

Cuando puedo escribir, escribo


 Me encanta cuando tengo deseos de escribir algo y logro ponerlo en letras y frases mas o menos comprensivas.

Es que una frase se acomoda entre mis cejas y no deja de bailar y saltar hasta que la doy a luz.
Yo. La que quiere escribir.

Patricia Lara P

Muriendo en cómodas cuotas

 Uno a veces se va muriendo por partes. Algo así como en cómodas cuotas. Nadie podrá decir que fue homicidio. Pero lo fue. Fue un asesinato constante, persistente y con saña. Una necesidad horrible de causarle dolor. Sentía que únicamente así podría pagarle el daño que tantos años atrás le había causado.

¿La ley del talión? ¿Karma? Lo que fuera. Era eso exactamente lo que merecía.
Hmmmm

Patricia Lara P

Dormido


 Lo vi apaciblemente dormido. Sí, estaba pálido, algo azulado. Pero me pareció normal debido al frío matutino. Me aproximé despacio temiendo despertarlo. Abrió los labios un poco y fue ahí cuándo una mosca verde tornasolada salió de entre ellos. Después fueron muchas, muchasísimas más. Hicieron erupción con ellas infinidad de gusanos, blancos, brillantes y sinuosos.

Mi estupor fue tan grande que un alarido inteligible salió de mi pecho, de mi cuerpo.
Que puedo decir yo que ustedes no imaginen. Nada, que las pesadillas no paran, que pensar en dormir me aterra, que tengo tanto terror que prefiero morir a seguir viviendo con tanto miedo.

Patricia Lara

Lo más valioso

 

Lo mas valioso que una persona le puede dar a otra es su tiempo. Ya que el tiempo es lo único que no se recupera jamás.

Hoy queremos agradecerte tu amistad, tus enseñanzas y el tiempo que invertiste en sembrar en nosotras el amor por el arte.
Siempre puedes contar con cada una de nosotras, igual  sabemos que podemos contar contigo.
Nos seguiremos viendo en los espacios que construimos y que por supuesto mantendremos.
Un abrazo enorme con nuestro cariño incondicional.
Gracias Profe.

Patricia Lara P

Rutina


No se había percatado de lo que un día le sucedió. Había llevado una vida normal. Tan normal que habiendo fallecido no se enteró. Ella siguió con su rutina. Las personas estaban allí como siempre... ignorándola. A veces se dolía por eso, y otras veces sólo lo dejaba pasar y seguía. Bueno... pensaba ella, la vida es eso. Pero no, no era la vida. Era la muerte y ahora que lo sabía tendría que tomar la decisión. Seguir allí "espantando" -Cambiando de lugar las cosas, ocultando las llaves, encendiendo luces, etc. O trascender. En realidad la vida que llevaba no le molestaba tanto. La otra al ser desconocida apenas si le interesaba. A lo mejor sería muy aburrida.

Bueno... Ahora estaba pensándolo. Igual no tenía ninguna prisa pues se estaba divirtiendo mucho más.
Patricia Lara

Los pequeños y cotidianos triunfos

 

Son pequeños triunfos que pocos sabemos descifrar. Abrir los ojos, sentarse en la cama, poner los pies en el suelo, caminar al baño. Ducharse, comer, hacer todas aquellas cosas que debemos y por supuesto también las que queremos. Dejar que el sol y el viento nos acaricien. Pensar con mediana lucidez. Ver los rostros de los otros y el propio con caridad y afecto. Estar vivos y sanos a pesar de los daños. 

Milagros cotidianos que no siempre apreciamos y agradecemos.
Bendiciones mis queridos amigos.

Patricia Lara P

7777

Llegaron al pueblo movidos por la curiosidad. Al parecer lo habían construido sus habitantes por nostalgia. Era una muy hermosa imitación estilo Hollywood. Vivian personas muy acaudaladas, entradas en años y con ganas de retirarse al mejor lugar del mundo.

Conociendo esta historia decidieron ir a conocerlo. Temieron, eso sí, que no les permitieran el acceso, igual decidieron intentarlo. Finalmente si no les permitieran entrar podrían desandar el camino e ir a otro sitio. Igual estaban paseando y conociendo.
Bueno. Curiosamente nadie los detuvo, no se veía ni un alma y solo una calle amplia y larga les indicaba el camino a seguir. 
De pronto una línea blanca, brillante; como acabada de trazar se les interpuso. Bueno, era solo un decir, ya que lo único que debían hacer para "superarla" era dar el siguiente paso.
Y claro, eso fue lo que hicieron. De la nada les cayeron encima los confetis y globos. Y una campana acompañada de un numero, casi los ensordeció : 7.777 (siete mil setecientos setenta y siete).
De la misma sorprendente manera el camino se llenó de gentes. Alegres, sonrientes y bulliciosos que les abrazaban y palmeaban la espalda dichosos.
Al parecer eran los felices ganadores de una de las maravillosas casas del pueblo. Los llevaron frente a la puerta, les entregaron las llaves y los dejaron entrar. 
Era una maravillosa construcción que tenía todas aquellas cosas que siempre soñaron. 
Una terracita al lado de la cocina con vista al río. Dos alcobas amplias, una sala enorme, dos baños perfectamente dotados.
Era un sueño hecho realidad. ¿Qué podría salir mal en adelante? 
Obviamente nada. Bueno, si nada se podía llamar haber quedado atrapados en el tiempo y el espacio.
Lo conocido sería solo un sueño.
El paraíso se había ¿apoderado? de ellos.

Patricia Lara

La familia perfecta

Y esa familia perfecta ya la había hartado. No se reconocía ella. Las múltiples infidelidades de él habían desbordado la copa. Sus hijos... los antes niños dóciles convertidos  ahora en desconocidos.

No, ya no podía seguir viviendo así. Esa historia perfecta no lo había sido nunca y deseaba empezar de cero aun cuando la vida le fuera en ese empeño.
(Más allá del jardín)

Patricia Lara P

Ellos son maravillosos

 

Ellos son maravillosos. Hacen cosas que saben que me encantan. 

Borges se deja atrapar, yo lo apachurro un poco mientras lo lleno de besos y el ronroneo arranca, hay días que baja saltando de pared a pared mientras yo grito y aplaudo feliz sus "parcures".
Bástian es muy tímido. Espera al lado de su plato que yo ponga comida ahí. Cuando eso sucede me mira. Le pido un pico y acerca su cabeza para que yo se la bese, reclama el cambio de agua haciendo soniditos y empujando su plato con las patitas.
Capitán Arturo me espera en el descanso de la escalera si me tardo un poco el regresa y luego los dos subimos para poner comida en su plato, se recuesta a mi lado y mientras yo le converso se duerme meneando su colita.
Son ellos regalos que la vida me ha dado para que yo conozca el amor incondicional que dan esos bichitos.
Las sonrisas no serían tantas sin ellos a mi alrededor.

Yo
Agradecida o agradeciendo.

Patricia Lara
Dando gracias por ellos.

Pero a ella nadie se lo dijo


Ya no hay problema le dijeron. Ahora vaya a su casa, acuéstese, tome algo para el dolor e intente dormir un buen rato. En un par de días va a estar usted como nueva. Eso sí, cuídese mucho. Recuerde que no le será de beneficio embarazarse de nuevo y menos tan pronto.

Nadie le dijo, que en adelante. Todas las noches escucharía el llanto de un niño, de su niño. Gemidos que solo escucharía ella, y nadie mas. Nadie le dijo que todas las noches sentiría un dolor atroz. Un golpe sordo en las entrañas. Nadie le dijo que arrullaría por toda la eternidad esa cobija sucia. Manchada por sus lágrimas y por su mal de conciencia. No, a ella nadie se lo dijo.

Patricia Lara

Demasiados fantasmas

Hay demasiados fantasmas en esa casa. Mas muertos que vivos y éstos últimos van a perder la vida indudablemente. Entonces... ¿Habrá un limite? O seguirán muriendo por los siglos de los siglos y quedándose ahí.

Muy seguramente un día una irremediable explosión ocurrirá y los muertos caminarán por la tierra contaminándolo todo. La maldad de esos espíritus se enseñoreará y todo será caos.
(¡Oh por Dios! ¡Es lo que está sucediendo!)

Patricia Lara P

Pesadillando

 

Cómo si de un mal sueño se tratara el despertó con el corazón a mil, sudoroso, despeinado y lleno de terror. Luego de un gran suspiro o de un gran respiro se observó mejor. No estaba reclinado sobre su cama suave y repleta de almohadones. Tenía la ropa sucia, roída. El espacio en el que se hallaba era muy reducido, apenas si lograba moverse, mucho menos sentarse. Comprendió con sumo terror que había sido enterrado vivo. Sintió los insectos reptar por su cuerpo y comprendió que era inminente que las ratas lo atacaran. Sintió horror. Se agarro las manos frenéticamente y deseó que todo fuera una horrenda pesadilla. Pero no... infortunadamente para él, no lo era.


Patricia Lara P

Enredando ando

Mi vida es enredar. Enredar hilos, palabras, letras, colores, sentimientos. Todo visceral, todo desde adentro, desde el corazón. Autodidacta en enredos, esa soy yo. He ido con los años componiéndome un poquito, pero no tanto como para que la perfección sea la norma (jajajaja). Es que ni siquiera es lo que deseo. Me gustan las imperfecciones. Me gustan las cosas y las personas reales y yo misma siento que soy imperfectamente perfecta.

¿Me entendieron? Yo sí. Cada día me entiendo y me amo más.

Patricia Lara P

Y el sol

El sol abre con sus dedos las abigarradas nubes negras. Se va introduciendo lentamente entre los leves agujeros que hace. A pesar del mal tiempo, la esperanza como un hilo multicolor teje mi alma y las almas de los demas humanos tristes y malhumorados.

Una sonrisa se posa en las comisuras de los labios y baila. Salta y pone brillo en los ojos de todos. Ahora el sol en su esplendor nos dora la piel. Él, a pesar de eso, nos sienta bien a todos.
Yo. 

Patricia Lara

Cual muñeca de trapo

 

Cual muñeca de trapo desmadejada yazco a mitad de la calle. La gente se aglomera, me mira. Alguien pone sus dedos fríos en mi cuello y siente mi piel tibia, mis sangre correr por las venas y de ellas al pavimento ya no tan seco  y al instante siguiente, nada. Empiezo a ponerme pálida, blanca y fría. Tan fría como el corazón del miserable que me atropelló y raudamente escapó. Ni tiempo se tomó para pensarlo. Para pensar en mí, en lo que me estaba sucediendo. Me imagino, que si pensó, pero sólo en él.
Bueno... ahí estoy ahora yo.  Arrojada al viento como una hoja. Como una hoja mustia y seca.

Patricia Lara

Odio

Odio


La furia se apoderó de ella. Resoplaba casi en un rugido sordo, las mejillas ardientes y coloradas, los ojos brillantes de odio e incluso de lágrimas, los puños apretados, el cuello tenso. Sin dudarlo un instante las maldiciones empezaron a salir a borbotones, desbocadas. 
Luego de un instante que fue una eternidad para aquellos que estabamos a su alrededor. La calma empezó a apoderarse de ella. 
Respiró pausadamente, el tono rosa fue de nuevo normal en su cara, los músculos se aflojaron y una sonrisa se alojó en su rostro. 
Igual dijo... Malditos, malditos todos aquellos que de mi paciencia abusaron. Me las van a pagar.
En ese último instante todos tuvimos miedo, real miedo. Se notaba más el odio en las frases tranquilas... Mas aun que en las pronunciadas en el paroxismo de rabia.
¡Qué puedo decir yo! Nada. Aun tengo miedo.

Patricia Lara P

Cohabitación

 ¿Partí? Partí ese día en que ella se introdujo en mi cuerpo y desplazó mi alma. ¿Ella me ha habitado desde entonces? Al parecer le quedé grande pues yo aun sigo aquí. Las dos. Habitando el mismo cuerpo. Posesión le llaman. Cohabitación a lo mejor es lo que es. Nos adaptamos, nos amistamos, nos volvimos una. Bueno... ¿a cuántos les habrá pasado? Yo no se... no siempre el demonio es quien domina. Quizá hay almas solas, tristes, con ganas de quedarse. Almas que no quieren ir hacia la luz y que prefieren hacerse otro nido aun cuando para tenerlo deban robar un espacio o compartirlo.

Bueno... Así no soy sólo yo, así siempre estoy acompañada. Así la oscuridad y la claridad siempre seran una y al partir, no sé. Quizá vayamos juntas o separadas. Pero siendo siempre una.
Hmmmm.
Yo, yo misma no me entiendo.

Patricia Lara P

Destellos

 Asustada observó que la vida se le había escapado de entre los dedos. La luz se hizo en su interior y vio frente al espejo a esa mujer con canas, con arrugas, con piel flácida. Miró mas y mejor y la tristeza la invadió. Intentó atrapar lo que de juventud  le quedaba y mirando a los lados observó; recordó el caballero aquel que la miraba. Era alguien que recientemente había llegado a su vida ofreciendo productos y experiencias. 

Así que sin dudarlo un instante pintó sus canas, empezó a aplicarse cremas y potajes "milagrosos", esos que le restaurarían la juventud perdida, fue al gimnasio, compró prendas juveniles. 
Eso la hizo sentir que aun había esperanza, pensó que estaba a tiempo de encontrar el amor verdadero, y por fin ser feliz.
Ahí está ella ahora, repleta de esperanzas, llena de ganas de vivir. Quizá esta era su última oportunidad y ella haría hasta lo imposible para no desperdiciarla de nuevo.
Bueno, ojalá el resplandor no la deje un poco ciega y en su loco deseo pierda aquello que ahora siente genuinamente seguro pero muy poco. Ella está convencida que merece más. Mucho más y al parecer la vida está dispuesta a dársela.

Patricia Lara P

Me acuerdo (II) El velorio

 El velorio  Me acuerdo cuando  en la casa de la abuela velaron esa niña recién nacida. Me acuerdo que le pusieron mi vestido y zapatos de b...