domingo, 31 de enero de 2016

Un carbón palpitante



Un carbón palpitante

Estaba tan desesperanzado el hombre.  Había perdido a su amor, a sus hijos, su trabajo en el cultivo de caña.  Se encontraba tan solo en el mundo que no ansiaba más que la muerte.  La veía sonriente en todos los sitios por los que paseaba su tristeza.
Construyó un ranchó en medio del cañaduzal, en el momento justo de la cosecha.  Cuando la caña dorada se mecía al viento plácido de un domingo difuso.
Compró un galón de combustible con los últimos pesos que le quedaban en el bolsillo.  Finalmente ya no los necesitaría más.  El hambre, el desamor, la soledad se alejarían para siempre.
Lo último que se vio de él fue una llamarada que se aproximó al sol, lo último que se le escuchó fue una carcajada seguida de un alarido largo.
Un carbón del tamaño de un recién nacido fue lo último que recordó su presencia en el mundo.
Patricia Lara P.

jueves, 28 de enero de 2016

Fuego

A mí el fuego me habla.
La llama de una vela me dice cosas.
La forma en que se desliza la parafina
o no lo hace me lleva por caminos,
curiosos y hasta algo enrevesados.
Las cenizas blancas;
Purificadas ellas,
Me deslumbran.
A mí me encanta la danza
Enloquecida
que abraza la rama, el tronco,
el pedazo de tela, el papel o la carne.
Purificando todo.
Siendo principio y fin.
A mí
Me encanta
El fuego.

Patricia Lara P.

La pócima

La pócima

El mismo la prepara
Y la observa beberla
La obliga a hacerlo frente a él
La mira a los ojos
Mientras le limpia la comisura de los labios.
La ve sufrir todos los días.
La odia tanto…
Que no concibe verla solo morir
Y descansar al fin
Quiere tenerla allí
Verla todos los días
loca, completamente loca
y
Humillada.
es que él
¡La odia tanto!

Patricia Lara P.

sábado, 23 de enero de 2016

Perro que ladra...



Perro que ladra

Ladraba.  Ladraba tanto que ya la gente lo veía y decía... "Perro que ladra no muerde".  Y se le pavoneaban de frente, y le enseñaban los dientes y se reían al principio a sus espaldas y ya con el tiempo de frente; en su propia cara.  Y seguía ladrando y arrojando babas espesas y amargas.
Un día, cansado ya de ladrar y ladrar dejó de hacerlo.  Aun así aquellos que se burlaban del perro no dejaron de hacerlo.  Ya en ese instante el dicho no le quedaba…
Patricia Lara P.

miércoles, 20 de enero de 2016

Feliz cumpleaños mi niña





Hermosa. Que Dios te bendiga y te de todo aquello que te haga muy feliz. A mí me dio la oportunidad de ser tu mamá y eso ha sido un maravilloso regalo. No que diga que fuiste o eres mi regalo, pues eres una mujer en toda la extensión de la palabra y la libertad es tu sino. 
Te amo con todo mi corazón.

Me acuerdo (II) El velorio

 El velorio  Me acuerdo cuando  en la casa de la abuela velaron esa niña recién nacida. Me acuerdo que le pusieron mi vestido y zapatos de b...