sábado, 16 de abril de 2016

Hogar



Hogar

Y me sentí en la obligación de convertir lo que tocaba; en eso; en un hogar.  Y no es que en él tuviese que haber orden absoluto; no es que los muebles no se cubrieran de polvo a ratos y los rincones se vieran limpios y relucientes siempre; es que en él había la calidez de una mujer sensible y amorosa.  Aun cuando algunos intentaron matar el amor que de sus poros brotaba, siempre  el nido era un hogar y había primero huevecillos y luego pollos piando.  Y los peces desovaban y al instante decenas de ellos, minúsculos  buscaban alimento.  Y la araña en un rincón dejaba un hermoso bolso que brillaba a la luz de la luna.  Y ella misma, en sus brazos arrullaba sus sueños.
Es que el cobijo no es la casa, es el ser que la habita y la llena de calor  y la hace cálida, amorosa  y con olor  a hogar.
Patricia Lara P.

lunes, 11 de abril de 2016

Hay amores



Hay amores
¡Ay amores!

Hay gente que se enamora muy fácil.  Amores de ojo.  No será que se enamoran de una de las tantas facetas que tiene el personaje y esa les oculta o les impide ver las otras y esas otras son las más,  y son las que más pesan al momento mismo de la convivencia, de lo cotidiano.  Amores del encoñe, de lo divertido del otro, de su luz clarita o multicolor y brillante.  Y luego resulta que los negros son más y los claroscuros fueron difuminados.  El amor es de largos plazos, no de medianos o cortos tiempos.  No podemos ir por la vida amando una sonrisa que no es constante, unos ojos que brillan solo a ratos, la sensualidad de instantes y la sexualidad de una noche o de dos.  Lo cotidiano es lo que más dura. El despertar a diario con esa otra cabeza a nuestro lado.
El amor no es de un momento o de algunos momentos.  Bien es cierto que a ratos al amor se le detesta, incluso hasta se odia.  Pero es de días y de noches y de seguir y ser y de estar, ahí siempre.  Acompañando, amando, o detestando.  Pero ahí.
Patricia Lara P.

domingo, 10 de abril de 2016

Recuerdos





A veces se pone uno muy "recordativo". Y claro, con los años los recuerdos se acumulan tanto que se pueden desbordar.
A veces uno tiene un recuerdo de todo y hasta se puede pensar que se es demasiado imaginativo Y a lo mejor sí... Ya que los recuerdos son amañados al recordador.

Patricia Lara P.

Aquellas cosas que no me gustan

 Aquellas cosas que no me gustan Aquellas cosas que no me gustan, sencillamente porque soy cansona. Trato de odiar poco, así que esa palabra...