martes, 25 de febrero de 2020

Conversando con Dios

Conversando con Dios

Ésta semana cayó un aguacero de padre y señor mío.  Era tanta el agua que las canoas sobre el techo de mi casa que deberían contenerla cómodamente se desbordaron.  El agua empezó a entrar a chorros a mi casa.  Intenté recogerla pero no había forma.  El agua anegó tres pisos.  Fue horrible.
Mientras yo trapeaba y la escurría en un balde yo pensaba/hablaba con Dios.
Así como yo hablo con el hombre (no sé realmente porqué creo que sea Dios macho).  
Yo le decía que me asombraba mucho su sentido del humor para conmigo.
Le decía que era increíble como se regodeaba viéndome en esas. 
Y es que a mí modo de ver (no tan humilde por cierto) ya se estaba pasando.
Y es que ustedes saben que sobreviví gracias a Dios y a mi mamá a una avalancha cuando apenas tenía dos años.  Luego, nos dieron una casa a los damnificados y cuando llovía, el primer piso se inundaba metro y medio más o menos.  Con alguna frecuencia llegaban los bomberos a ayudarnos.  
Y ahora, en esta casa en la que vivo.  Un aguacero sin nombre, obstruye las canoas y me inundo.
En serio le decía yo a Dios padre, que si no le parecía ya suficiente.
Y bueno, ahí les comparto una de mis conversaciones con Dios.  O será más bien una queja.
Yo.

Patricia Lara P

Amigos

Amigos

Nada como conversar con los amigos actuales y también imaginar a los que aún sin estar nos acompañan a diario.
Los amigos y familia son compañía necesaria.  Nos salvan de la locura y de los miedos constantes.

Patricia Lara P

La perdió en un desliz

La perdió en un desliz

A veces es como resbalar
Un accidente
Algo no programado
No pensado
No deseado
Pero no por eso
Menos doloroso y dañino.
Hacer las cosas
Cómo si de animales primarios
Se tratara
Sin pensarlo siquiera
No es excusa.
El daño se causó.
Es imborrable
Y duele.
Quizá la herida sane
la cicatriz quedará ahí
Por siempre
Para recordarnos
En noches de lluvia 
O de luna llena
Que el daño fue real
Y que aún duele.

Patricia Lara P

La música

La música

Hace parte de nuestra historia.  Nada como un olor, o unas notas para transportarnos a momentos seguramente hermosos. A veces deseamos quedarnos en un instante y hora en el que seguramente si no fuimos felices sí lo parece ahora, en éste momento.
El tiempo que todo lo embellece recrea espacios en los que nos quedaríamos a vivir gustosos.  A pesar de que muy seguramente todo no era bueno.
La música nos transporta y pone brillo en los ojos y sonrisas en los labios y nos hace suspirar quedito.
Debe haber un espacio en nuestra mente o en nuestro corazón para esas notas que a ratos nos llenan y hasta nos desbordan.

Patricia Lara P

viernes, 21 de febrero de 2020

La olvidada

La olvidada

Era una condición sin la cual no podría ser ella.  De casi todo se acordaban los otros.  Menos de las cosas que eran para ella o que eran importantes para ella.
Era curioso.  Pero al parecer se podía pasar por alto lo que ella necesitaba o deseaba.
Lo demás era urgente, perentorio.  Ella no.

Patricia Lara P

Sensual y descabellada

Sensual y descabellada

Hay días así, de esos, que te hacen sentir sin sentir y ser sin ser.  Pero no por ello no puedes dejar de ser quien eres y de sentir como lo haces siempre.


Patricia Lara P

Fotos

Fotos
(Ops) 

Estaba viendo fotos de desconocidos. Algún tipo de voyerismo debe ser el que tenemos los seres que compartimos las redes sociales.
No sólo veo las fotos, a veces también leo los comentarios.
Hay en este momento, una foto de una chica vestida como dama de honor y hasta quizá la novia. 
Los comentarios son; hermosa, bella, diva y otros más hablando de lo linda que se ve.
Yo la observó y pienso que tiene un perfil feo jajajajaj "mañe". 
Es que en serio soy muy mala.  
Afortunadamente no tengo que dejar comentario en la foto. Creo que no podría mentir jajajajajaja.

Patricia Lara P

Azul

Azul

Dirijo mi mirada al azul del horizonte, azul en azul, azul sobre azul, azul adentro y azul afuera. Todo azul, sólo azul.
La vida en un sólo color, muchas tonalidades.  Quizá sólo una perspectiva.
No quiero despertar en algún otro horizonte.  En otra dimensión, en otra vida.
Azul sobre azul, adentro del azul y solo azul.

Patricia Lara P

miércoles, 19 de febrero de 2020

Abre tu corazón

Abre tu corazón

Es lo que te aconsejan.  Yo en cambio pienso que lo mejor es no hacerlo, hasta tener la certeza total y absoluta de que puedes confiar en la persona con la cual lo haces.  De lo contrario, lo que estarás realmente haciendo es darle armas al otro para que te hiera y en el peor de los casos para que te destruya.
La gente suele usar lo que sabe de los otros para su propio beneficio y no para realmente ayudar.  
Es que yo considero que los seres humanos somos malos por naturaleza.  La bondad proviene directamente de los sentimientos que tienen por y hacia  los otros.
Considero que las personas no son completamente buenas ni completamente malas.  Siento que los comportamientos son dependiendo de la persona que los recibe.  No tanto de quien los da.
El amor como el odio o cualquier otro sentimiento es personal e intransferible.

Patricia Lara P

domingo, 16 de febrero de 2020

Las balas no cesaron



Las balas no cesaron.  

A veces no son balas pero las representan.  El cuchillo, el machete, la soga, el instrumento del cual se valgan para causarte daño, para herirte con saña.
La violencia no cesa.  El odio no se acaba.  Asesinas y te asesinan y así por los siglos de los siglos.
Olas de violencia estrellándose contra la playa de la indiferencia.  De nuestra indiferencia (eso no solo cabe sino que es imperdonable).
Se puede decir que se perdona.  Pero perdonar sin arrepentimiento por parte de la persona que te infringió daño no es posible.  Uno debe ver arrepentimiento real para que la herida empiece a restañar y por fin sane.

Patricia Lara P

sábado, 15 de febrero de 2020

Empecé

Empecé

Empecé escribir hace más bien poco.  Entre 8 o 10 años.  
Me pregunto, si la escritora estaba ahí desde antes, desde siempre, desde el principio de los tiempos.  O si de pronto, la vida me parió de pronto y como en un renacimiento las ideas no sólo surgieron y tuve que escribirlas para que no se perdieran.  Para poder ir dejando un reguero de letras que los condujera hacia mí.  Para que me encontraran y  yo no desapareciera  sin pena ni gloria en el intento de vivir.  Para dejar una huella tangible y mi paso por aquí no fuera completamente infructuoso; no fuera en vano.

Patricia Lara P

No fue una pena

No fue una pena

No fue una pena en la que me ahogué, fue en el amor.
El suicida se muere de dolor.  Un dolor insoportable que le ocasiona la vida.
o de amor no correspondido.
o de pasión por lo desconocido.
o de temor de lo que vendrá mañana.
No solo las penas conducen a caminos insondables y sin retorno.
El amor, a veces duele más que la vida misma.  Y también lleva por senderos inexpugnables.
No fue una pena la que me mató.


Patricia Lara P

Cansancio

Cansancio

Es como si todo fuera sumamente agotador.  Como si la vida debiera vivirse durmiendo.  Como si todo fuera demasiado y ya sabemos que eso es muchísimo.
Caminar arrastrando los pies, hacer lo cotidiano por vicio o por defecto.
Cansancio.

Patricia Lara P

Casas viejas

Casas viejas

Me gustan las casas viejas.  Bien cuidadas si.  Pisos de madera brillantes, barandas de bambú, tejas de barro, paredes encaladas, baños amplios.  Con un fantasma o dos pero bien avenidos, familiares.
Siento en ellas el calor del hogar que ha ardido por siempre.  El olor de la casa vacía tan diferente al de la casa ocupada.  Olores familiares, cotidianos.
Olor a alimentos frescos, ricos. Olor a ropas limpias, a niños pequeños, a gente alegre.
Calles estrechas y empedradas conducen a las casas viejas, que tienen patios amplios, con plantas por doquier y tierra fresca.
Adoro las casas viejas.

Patricia Lara P

Congoja

Congoja

La vida ha sido siempre la misma.  Pálida, sin lisonjas.  Enfermiza.
Lisa, sin sorpresas, predecible.
Plana, triste, infeliz.
La congoja la ha acompañado siempre.
Ver a través de la bruma de la soledad  es lo que la acompaña.


Patricia Lara P

Respira

Respira

Respira apresurada.  El pecho se contrae y se expande rápidamente, febrilmente. Aprieta sus manos sobre él.  Y se obliga a respirar despacio, pausado.  Cierra los ojos e imagina.  Un mundo dónde no se encuentre él.  El miedo la consume, la absorbe.  
La vida no significa nada en su ausencia.
Las manos se vuelven a apretar sobre el pecho que ahora sube y baja lentamente, tan lento que se va deteniendo.
Y es que algunos pocos aman de tal manera.  Que de amor sí se mueren.

Patricia Lara P

jueves, 13 de febrero de 2020

A tí

A tí

Sí, a tí que sin conocerme
sin saber siquiera quién soy
o si soy realmente
GRACIAS
Por leerme 
y dejar que entre en tu mente
quizá en tu corazón
mi voz pausada
GRACIAS.

Patricia Lara Pachón

Sola

Sola

A veces me siento sola.
-Y es muy seguido-
Y hay gente alrededor
y aún así estoy sola.
Y algunos me hablan
y si escucho una palabra o dos
es mucho.
A veces sólo finjo escuchar
y entender.
A veces me miran a los ojos,
y mi mirada atraviesa su cuerpo,
y sigue...
Adelante,
lejos.
Y yo me siento sola.
A veces
Muchas veces,
demasiadas.

Patricia Lara P

Auxilio

Auxilio

"Que empiece un terremoto por favor" -pensó ella-
Y el terremoto no empezó
Y la vida continuó oprimiendo en un momento tal en el que no había escape.
Y ella se hacía más grande y la vida más chica.
Ella había nacido antes del tiempo que en realidad le correspondía.
Ella; Gertrude Bell, hacía lo posible por vivir, a pesar de su vida.

Y así tantas otras desconocidas, oprimidas y sin saber qué hacer, qué camino tomar. Viviendo a pesar de.

Patricia Lara P

Podía escuchar el sonido


Podía escuchar el sonido.
El sonido era yo rompiéndome
siendo trozos grandes 
al principio,
Y luego...
Cada vez más pequeños.
Arena  del desierto.
Tan sólo polvo de estrellas.

Podía yo escuchar
Como me resquebrajaba
y después me hacia añicos.
Para de nuevo ser amasada
y recreada  como una obra nueva,
pulcra y sin mancha alguna.
¡Que triste!
¿No?

Patricia Lara P

Yo no entiendo


"¿Yo no entiendo cómo un hombre le puede poner los cuernos a una mujer como tú?"
(Mientras le ponía los cuernos a una mujer como ella) 👼

Patricia Lara P

lunes, 10 de febrero de 2020

Y de amor sí se muere

Y de amor sí se muere

Antes de que me digan que eso no es amor.  Les diré que yo lo tengo claro, pero en algunos cerebros dañados es lo que consideran amor.
Ahí va...
Ella se enamoró de un hombre normal.  Era al menos lo que parecía, solo que al cabo de un tiempo.  La psiquis le cambió. Se tornó nervioso, celoso, neurasténico.  Cualquier motivo era bueno para que la agrediera y la amenazara además de con golpes con frases como "si no eres mía no serás de nadie".
y lo cumplió, y en el filo de ese cuchillo casi se queda ella, además de los que si se fueron, defendiendo lo sagrado.  La vida.
No es amor, por supuesto que no lo es.  Es el deseo malsano de poseer al otro a cómo de lugar.
Así que si logramos entrar en esas mentes desequilibradas podríamos entender que de amor sí se puede morir.

Patricia Lara P

Despertar

*Despertar*

Agitada, despertó antes del alba, bañada en sudor y azotada por la angustia de un onírico viaje en el que presenciaba la devastación de su mundo. Respiró, aliviada, ante la certeza de que sus mayores temores habían quedado atrás, en la pesadilla de la que acababa de despertar. Miró su almohada y una paz liberadora invadió su cuerpo por solo unos segundos. Inmediatamente el fragor irritante que venía de fuera la estremeció...  corrió hasta la ventana, retiró el pestillo y apenas pudo abrir su boca, queriendo soltar el grito que un trozo de hielo ahogó al cercenarle el cuello.
 
Al atardecer, horas después de que amainara el huracán, cuando aún en las calles la gente se peleaba por la poca comida agua y refugio que quedaba, hallaron a Lissette degollada: su cabeza, a unos centímetros de su cuerpo de adulta saliendo de los cincuenta, yacía en un pozo de abundante agua y sangre, la tez lívida y la faz distorsionada, dejando ver una expresión de pánico inenarrable.  Sus ojos, aún abiertos, apuntaban hacia un viejo ejemplar de la revista _Collier's_ enchumbado de ambos fluidos, como queriendo leerlo. 
 
Una ráfaga de aire frío sorprendió al detective Rojas, quien estudiaba la escena en búsqueda del arma homicida. El viento movió con exactitud pasmosa las únicas hojas secas de la revista, que, entre manchones resecos dejaba leer _"A sound of a thunder"_ de Bradbury. Una ráfaga más fuerte hizo volar una foto que se adhirió a la cara del detective por unos instantes, exacerbando su ya creciente impotencia. Al soplar más fuerte el viento, elevó por los aires la foto, en la que reconoció la cara de un Ray Bradbury que, con una sonrisa socarrona, escapó volando por la ventana, cuyas hojas de madera desvencijada se agitaron estruendosamente.
 
Recordando la trama del cuento cuyas hojas al moverse exasperaban su ánimo, Rojas apenas pudo disimular su asombro. Giró sobre sus pies, trastabillando al tropezar con el cuerpo inerte de aquella mujer madura cuya muerte incomprensible debía descifrar, soltó una maldición por lo bajo al percatarse de las pequeñas manchas de sangre en su pantalón beige recién lavado, y salió dando un portazo.  Cruzó rápidamente entre los escombros de lo que fuera el pequeño vestíbulo y exclamando "¡ eso odio la ciencia ficción", ante los ojos atónitos del agente que resguardaba la escena desde afuera, esperando su ausencia para hacerse con el lugar y asegurar un refugio donde pasar la noche.

B. Osiris B.

Búscate

*Y déjame saber que estás allí*

Búscate...

... En mis sonrisas furtivas, cuando el presente te agobie.
En la humedad de tu piel bajo la ducha, cuando la soledad more en tu habitación.
En el recuerdo de tu cuerpo en mis manos, cuando el frío te hiele las entrañas.
En la palabra acallada por mis besos, cuando quieras sentir complicidad.
Búscate en el mapa de mis recuerdos, cuando ni siquiera yo pueda hallarte.

B. Osiris B.


Acantilado

Acantilado

Al verlo, al detenerme justo al borde, presentí un montón de situaciones anteriores. Vi, casi con seguridad absoluta la gente dirigiéndose a allí.  Los ví, dar un paso tras otro sin detenerse un instante.  Sin miedo alguno.  Los ví caminar al vacío, que los engulló gustoso.
Ni un suspiro, ni un grito salió de sus labios fuertemente apretados. Sus puños cerrados tampoco se aflojaron.
¿Suicidas todos?  
No, sencillamente desesperanzados.  

Patricia Lara P

Cazuela de mariscos

Cazuela de mariscos

Tengo unos amigos que me contaron la siguiente anécdota.
Refieren ellos que aman salir a comer a restaurantes.  Sobre todo los fines de semana y con los hijos aún pequeños y en casa.  Tomaban el auto y se iban a "puebliar".  Llegaban a sitios buenos, regulares y malos.  A los primeros volvían a los otros por supuesto que no.
Bueno, lo cierto del caso es que por aquellos azares del destino.  Llegaron a un sitio pintoresco.  Muy tranquilo, al lado de una hermosa playa y con la mejor cazuela de mariscos del mundo mundial.
Ni qué decir que a la semana siguiente regresaron.  La boca se les hacía agua nada más de pensarlo.  Y los viernes literalmente babeaban.
Un día, ya sentados en el pequeño restaurante, después de haber degustado cada uno su cazuela se decidieron a enviar sus respetos al chef.
El mesero y dueño del lugar, se sintió muy feliz ante las alabanzas y les propuso que esperarán un poco a qué viniera a saludarlos para que ellos mismos le dijeran lo delicioso y delicado que era su plato.
Al cabo de unos minutos, ven entrar por la puerta trasera la mujer más sucia y desagradable del mundo.  Cabello enredado y sucio, con un delantal que ni para arrojarlo a la basura estaba bien.  Sandalias que a duras penas contenían unos pies sucios de uñas largas y negras.  Y ni hablar de sus manos.  Para colmo de males.  Se pasaba los dedos grasientos por boca y nariz con más frecuencia de la que a cualquier cristiano le gustaría.
Los ojos de nuestros amigos casi salían de las órbitas.  La sonrisa anterior se petrificó en sus rostros y a duras penas pudieron dar las gracias y hasta una propina.
Pies para que los tenemos.
Debo aclarar que hasta el sol de hoy, mis amigos jamás volvieron por esos rumbos. 

Patricia Lara P

domingo, 9 de febrero de 2020

Llanto de niña

Llanto de niña

Hace ya mucho tiempo.  En épocas que están un poco borrosas en mi memoria.  Cuando aún era una niña pequeña que lloraba por el desamor, me sucedió algo en su momento muy doloroso.
El asco que tengo por el pescado no es nuevo.  Es de toda la vida.
Cuando íbamos a la casa de la abuela, nos consentían un poco más que en la casa.  Así que cualquier cosa esperaba yo, menos que prepararan un sancocho de pescado.  Y no sólo eso.  Sino que ese también fuera mi almuerzo.
No olvidaré jamás.  Aquella niña acuclillada en el corredor de la casa.  Llorando desconsoladamente.  No tanto por el almuerzo en si.  Sino más bien por la certeza de la falta de cariño y solidaridad de mi tía.
Mi abuela, de haber estado.  Muy seguramente me habría dado algo que si pudiera comer.



Patricia Lara P

A la gente que es así, le pasan esas cosas

Pollo pescado.

Si me conocen o me han leído saben que no como pescado ni ningún otro fruto de mar.
Hace ya unos años.  Estuvimos en un pequeño hotelito en un sitio que se llama Playa Blanca.  Contratamos con los dueños la alimentación no sin antes preguntar si ofrecían otro tipo de proteína que no fuera la típica de playa -pescado, mariscos,etc-.  La dueña de casa dijo que sí, que no habría ningún problema.
Efectivamente el primer día sirvieron una sopa de ñame muy rica y además arroz de coco, pechuga sudada y una ensaladita de lechuga y tomate.
¡Cuál sería mi sorpresa al probar el pollo y darme cuenta que sabía a pescado!
Llamé a la señora, le expliqué el caso y ella hizo oídos sordos a mi reclamo.  El "pollo-pescado" se lo terminó comiendo un amigo.  Yo resignada me iba a comer la ensalada ya que el arroz no es de mis favoritos.  Cuando veo no sin ternura que un hermoso caracol se deslizaba delicadamente sobre ella.
La señora al cabo de un rato vino y al ver que el pollo no estaba en mi plato, me preguntó si finalmente me lo había comido, así que le dije que no.  Y observando ella la ensalada me replicó.  ¿Y porqué no se la comió? Así que señalando con el dedo le mostré el caracol.  Ella me miró con desaprobación y dijo más para ella que para mí.  "A la gente que es así, le pasan esas cosas".

Patricia Lara P

Salsa

Salsa

Hace ya algún tiempo fuí a un restaurante.  Nada de lo que ofrecían me encantaba.  Pero finalmente me decidí por unas costillas con salsa barbacoa.  No soy la más amante de las salsas ya que siento que ocultan el sabor de las cosas y además no me gusta y en muy pequeña cantidad la mostaza y eso en un perro caliente.  Así que pedí que por favor trajeran la salsa aparte.  Para mí sorpresa, las tales costillas venían nadando en ella.  Le dije al camarero que no las había pedido de esa forma y el se excusó (¿?) diciendo que las preparaban así.  Obvio, si me lo hubiera dicho antes no las habría pedido.  Ya en esa instancia y como tenía hambre, opté por comerlas.  ¡Y que sorpresa!  La salsa era la cosa más espantosa del mundo.  Jajajajaja.  No logré pasar bocado.  El mesero llegó y le dije que las empacara para llevar.  Me preguntó porqué y le dije que era lo más feo que había probado en mi vida.
Lo bueno del caso es que me trajo una hoja para que explicara porqué no las comí y finalmente no pagué por ellas.
No se siente uno bien ni cómodo en situaciones como éstas, pero seguro a todos nos habrá pasado.

Patricia Lara P

sábado, 8 de febrero de 2020

Intrascendencias

Intrascendencias

Yo como siempre pensando bobada y media.  Y es que me causa un no sé qué no se dónde, el hecho de que en un concurso no hay sino un ganador.  Por lo tanto los demás son "todos" perdedores. Así que la gente ofendida porque no ganó su candidato, y al sentir que "perdió", se da a la tarea; infructuosa por cierto.  De desacreditar al ganador, de minimizar sus actuaciones y de incluso desprestigiar a los organizadores del concurso.  Lo cierto del caso es que en casos como estos la gente termina peleando por nada.
Ya que son situaciones que en realidad únicamente afectan a los concursantes.
¿Será que llegará el momento en que se vean las cosas sin trascendencia, con el desapasionamiento que se merecen?
Hay muy seguramente en la vida personal y familiar y nacional y mundial cosas más importantes a las cuales dedicarles atención y por las cuales trabajar si en realidad lo que deseamos es un mundo mejor.
He dicho. 
Yo aquí como casi siempre pensando bobada y media.

Patricia Lara P

El amor de mi vida

El amor de mi vida

Me lo pregunto ahora.  El amor de mi vida es el mismo que el que antaño llamé "El hombre de mi vida"  
A veces se siente en el momento y a lo mejor se dice algo tan radical como esa frase.  Y la vida te lleva por otros caminos; ni mejores ni peores.  Sólo otros.
Y las palabras que no se lleva el viento.  Caminan en las mentes, y nos hacen pensar o quizá desear lo que pudo haber sido y no fue.
Será que todo aquello que anhelamos sí hubiese sido.  ¿Nos habría dado más felicidad, mejores momentos o situaciones más satisfactorias que las que ahora vivimos o tenemos?
Y quedarse deseando o reviviendo frases que en su momento fueron importantes, que nos llenaron de felicidad no nos hará perder de alguna manera el rumbo.  No nos hará sentirnos infelices ya que carecemos de aquello que quisimos.
Yo creo, que si una relación murió debió haber sido por algo.  Y que sólo el recuerdo y el tiempo que embellecen los recuerdos nos llevan a sentir que perdimos algo valioso.

Patricia Lara P


 >^-^<

jueves, 6 de febrero de 2020

Cristo


Lleva sobre su pecho pendiente de una cuerda alrededor del cuello un crucifijo de hierro, oxidado por cierto.  Ora a veces y da gracias con la frecuencia de aquel acostumbrado a no tener nada o a tener muy poco.  Y sin embargo, y a su pesar, o quizá, a pesar de su fé.  Él es Caín.  Ha asesinado una y otra vez a su hermano menor; Abel.  Cualquier motivo es válido.  Un amor que le fue robado en la adolescencia cercana, el dinero que uno tiene y el otro no, el cariño paterno o materno.  Cualquier motivo es bueno; válido, para empuñar la roca, el cuchillo, el arma es lo que menos importa.  Lo necesario, lo importante es y será siempre el quitarle la vida a su hermano.  Caín y Abel se repiten constantes.  La historia nos los nombra de una u otra manera.
Lleva una cruz que pende al rededor del cuello.

Patricia Lara P

Daño

Daño

Tanto daño y a cuento de qué. De sueños banales.  Sencillamente porque no se llenan con nada.  Lo tienen todo y ni por enterados se dan.  Lo tienen todo y no lo consideran suficiente.  Lo tienen todo y no dan más que migajas o nada.  A cambio del amor, la consideración, el cuidado. No dan nada.  Pues se sienten acosados, vigilados y sobretodo empalagados.  
Lo tienen todo y siguen en la búsqueda constante ya que para ellos todo es lo mismo que nada.

Patricia Lara P

No sé

No sé

Algo sucede y aún no sé que es. Lo intuyo, lo sospecho, lo siento en mi cabeza e incluso en mis huesos.
No sé si preguntar o sentarme a esperar.  Las cosas a veces pasan sin pasar.  Otras por el contrario acaban hasta con el nido de la cucaracha.
No sé y sé con seguridad que algo sucede.  Lo siento, lo presiento, lo intuyo.

Patricia Lara P

lunes, 3 de febrero de 2020

Soy como quiero ser

Soy como quiero ser

No sé
Algunas cosas si
Otras no
Tenemos amarres indisolubles
Que nos impiden hacer todo lo que querríamos
No nos hace infelices
Sólo diferentes
¿Quién podría decirnos
que la felicidad es egoísta?
A veces
-creo yo-
en algunas renuncias encontramos la paz
Y qué puede ser mejor
Que la tranquilidad del alma
Del espíritu.


Patricia Lara P

Cenizas


Laura Gabelo Lara guarda en su tocador las cenizas de nuestro perro Rex y de nuestro gato Gustavo.  Mirándola a los ojos le pregunto: "¿Laura, si yo me muero, guardarías mis cenizas en tu tocador?".  Ella sin dudarlo un instante y mirándome entre asustada y asombrada respondió: "¡No, yo a usted si la entierro parcera!"
Jajajajajaja, según ella, yo le daría mucho miedo jajajajajaja.

Patricia Lara P

Escucho

Escucho

Escucho como la vida transcurre a mi alrededor.  Alguien tose ahogadamente y yo imagino que con ambas manos se agarra el pecho mientras se cuestiona por qué le sucede eso.
Escucho el sonido del motor de una nave pequeña y siento el deseo de llegar a puerto seguro de sus pasajeros.
La lluvia amaina.  Antes tímida medio se percibía; ahora canta y baila en los tejados.  Se deslizan por todas partes mojándolo todo.
Escucho las voces de los hijos.  Hablando con tranquilidad, planeando objetos, creando.  Creyendo.
Pasos van y vienen.  Sin pausa y sin prisa.


Patricia Lara P

Moda

Moda

Hoy en día con las prendas que se usan se deja muy poco a la imaginación.  Aún cuando viendolo bien hasta si.  Me imagino que se piensa.  Esas caderas y busto serán propias, creación de un cirujano o lo que es "peor" rellenos en la ropa interior.
Además de las hermosas miradas creadas a partir de pestañas postizas y divinos delineados.
Hablemos de la cintura pequeña que crea una faja. Ah, y la estatura de no sólo los altos taco es sino de las plantillas en ellos.
Para ser sinceros los señores tampoco lo hacen más.  El fingimiento trasciende lo físico.
Uich, jajajajaja creo que soné amargada jajajajaja

Patricia Lara P

Al fondo de la taza


Al fondo de la taza
Una mujer con gafas
Me observa
No me había percatado nunca de ella
Es decir
Siempre la he sentido cercana
Acompañándome
Sólo que es la primera vez
Que la veo
Me sorprendí
Y ella también lo hizo
Miré de nuevo
Y la vi mirándome 
Nos reconocimos de inmediato
Y la dejé ahí
Al final de la taza


Patricia Lara P

El tiempo se acaba


El tiempo se acaba
La vida se nos va entre los dedos
La paciencia debería ser más
Y es menos
El amor debería ser más
Y es menos
El respeto debería ser más
Y es menos
Y el cansancio te va llenando
Lentamente
Y la gota está a punto de rebasar el vaso
El tiempo se acaba

Patricia Lara P

Botched


Veo un programa que se llama Botched.  Y me quedo pensando en la cirugía plástica y hasta donde llegan los seres "humanos" en la búsqueda de la "belleza".  
No solo se vuelve loco a mi modo de ver el paciente.  Sino aquellas personas que dicen "admirarlos" y de esa forma los conduce más y más hacia los extremos.
Bocas enormes, senos estratosféricos, nalgas sin fin.  ¡Dios mío!
¿Cómo logran seguir viviendo de esas maneras?  ¿Cómo logran comer, moverse, sentarse y demás?
No faltará el que diga que la gente con su cuerpo y su dinero puede hacer lo que quiera y hasta yo puedo entender eso.  Pero... ¿La ética de los profesionales qué? 
No me opongo a las cirugías plásticas necesarias.  Pero... A veces se pierde el rumbo.
Yo me quedo pensando en adicciones y enfermedades mentales.
Patricia Lara Pachón

Patricia Lara P

Un día como otros


Bueno... Me desperté a las 6:10 am.  En vista de que mi despertador debe llamarme a las 6:30 am. decidí ir al computador a atender mi granja virtual.  A eso yo le llamo "granjear".  Al dar la hora de despertar me dirigí a la cocina seguida por mi par de nietos peludos, que desde hacía un rato me exigían su desayuno.  Atendí al mayor dándole sus croquetas y luego al menor calentándole sus hígados de pollo (es lo que come ya que se rehúsa a comer concentrados duros o blandos).  Preparé entonces el desayuno de Ricardo: tres cucharadas de avena en hojuelas, una manzana verde picada, miel, canela en polvo y leche de almendras.  Se lo llevó a la cama (desde hace más de treinta años) el desayuno.  No el mismo siempre.
Le alisto la ropa y me preparo yo también para salir a caminar.  Lo despido en la puerta, el va al trabajo y yo a hacer un poco de ejercicio. Escucho, veo, pienso mientras camino.
Regreso a casa pensando qué prepararé de almuerzo.  Compro unas pechugas de pollo y una cerveza.  Tengo una idea para hacer algo un poco diferente.
Me tomo un café negro con un pedazo de queso.  Y empiezo a limpiar la cocina.  Preparo las bebidas, el arroz y pongo en una refractaria el pollo con la cerveza y algunos condimentos más.  
Recojo la ropa que lave ayer, de los ganchos en los que se estaba secando.  La doblo y distribuyo en sus respectivos armarios. Lavo la ropa de hoy en dos tandas.  Mismas que clasificó, tiendo a secar.  
Barro y recojo desorden aquí y allí.  En algún momento me miro al espejo y recuerdo que es urgente tinturarme el cabello.  Voy al baño, hago la mezcla, empiezo a aplicarmela y olvidé los guantes.  Subo por ellos, terminó el proceso.  Voy a la cocina, reviso el proceso, lavo más trastos.
Tocan a la puerta y es un amigo de Ricardo.  Entra, le ofrezco algo de beber.  Una de las tejas de la terraza suena terrible, así que subo la escalera para ver si lo puedo solucionar.  Finalmente el que soluciona el daño es el amigo.  Incluso va a la ferretería por los repuestos (unas amarras).  Mientras me lavo el cabello pues la tintura ya lleva mucho tiempo aplicada.
Llega Ricardo, sirvo el almuerzo.  El pollo al parecer salió formidable.  Llegan los hijos, almuerzan también.  El amigo se va, y me dispongo a hacer una pequeña siesta; no sin antes "granjear" un par de minutos.
Son las dos de la tarde.  Tan solo medio día y aún faltan un montón de cosas por hacer.
Para efectos legales no he hecho nada.  Las amas de casa no hacemos nada.  Aún así terminamos rendidas.
¿Fin?
Jajajajaja
(¿Alguien leerá hasta aquí?). 

Patricia Lara P

Almas en pena


Ella era un alma en pena.  El alma de él también.  Un día y como al descuido.  Sus ojos, que eran los que brillaban en ese cuarto obscuro se encontraron. 
Hoy por hoy.  Siguen según algunos siendo almas en pena.  Según ellas y yo.  Son almas felices.  Que encontraron la paz y la tranquilidad al mismo tiempo que se encontraron.
Moran allá, en esa obscuridad insondable.  Sólo algún día o dos alguien llega a ese cuarto, toma lo que necesita y rápidamente se aleja.
No debería sentir temor, ellas.  A pesar de ser almas en pena. Encontraron la paz.



Patricia Lara Pachón

Cajas


En una caja
-mas bien pequeña-
Oculta en el rincón más alejado
De su corazón atestado
Guarda los recuerdos más bellos.
Aquellos que atesora
Como el más preciado tesoro
Aquel que no comparte
-Con nadie-
Es que 
Viéndolo bien
El corazón no se le abre a cualquiera
Hay que ganárselo
Ser constante
Consciente
Legal
Real
Y exclusivo.
En esa caja
-Más bien pequeña-
Están mis tesoros más íntimos.

Patricia Lara P

Madura

Madura

Creo que lo he sido siempre
O casi
Desde muy chica me sentí responsable de otros
Y asumí tareas que no me correspondían
Luego seguí siendo madura
Ahora sí por lo mío
Lo propio
Ahora
Intento no serlo tanto
No puede dejarlo por siempre
Pero si a ratos
Mi niña interior sale
Y sonríe
Y se divierte sin pensar tanto en el futuro 
Ni siquiera en el hoy.
Vacaciones se podrían llamar
Y de nuevo
Aparece la adulta

Patricia Lara P

Se veía más linda de lo que en realidad era


Se veía más linda de lo que en realidad era.  A simple vista, una mujer delgada, alta, busto pequeño pero bien puesto en su lugar a pesar de la falta de sujetador.  Cabello largo, ensortijado, negro como azabache. Piel blanca, ojos oscuros. 
Al momento de observarla mejor la delgadez era flacura extrema, se veía siempre como parada en zancos de tan delgadas y largas que eran sus piernas.  Y del busto ni hablar.  Al cabo de un momento se veían los arrugados pañuelos que lo construían; puestos ahí, de cualquier forma.  El cabello antes brillante se apreciaba en realidad grasoso y las puntas resecas y maltratadas.  La piel macilenta y manchada dejaba ver la enfermedad que la iba carcomiendo lentamente.  Ni hablar de los ojos brillantes debido a la fiebre o a las lágrimas.
Ella; en persona, se veía más linda de lo que en realidad era.

Patricia Lara P

Remordimiento

Remordimiento

Cada vez que pensaba en ella; se le apachurraba el corazón y  las lagrimas brillaban en sus ojos.  Sentía, porque sentir era su derecho.  Que no había hecho todo lo que debía.
Ella, aquella que lo observaba pensaba; "cuando me vaya yo.  Si es que me voy primero.  ¿Llorará también?
Así, que ella.  Aquella que lo observaba. Pensaba en sí misma.  En sus remordimientos propios y de alguna forma pensaba y temía al futuro.
Intentaba constantemente ser buena.  Comportarse adecuadamente con los demás y claro, con ella misma.  Pero de todas formas sentía.  Que los remordimientos también la atacarían en su momento.
Es que hay situaciones de vida que nos superan.  Y entonces, deberemos vivir con los recuerdos que serán de todo tipo.  Y claro, los malos nos dolerán mucho, quizá demasiado.

Patricia Lara P

Amanecí cansada


Amanecí cansada.  Deben haber sido todos esos sueños inconexos los que interrumpieron mi descanso.
Soñé con ríos turbulentos destruyéndolo todo.  Con montañas que se deslizaban hasta dar fin a la vida. Con gente que corría y gritaba, y viceversa.
¿Le tememos al fin o al cambio? Le tememos a todas esas cosas que desconocemos.  Incluso, al aproximarnos a la gente, lo primero es temer.  
No sé si fue que de esa forma nos criaron.  O si es por eso que hemos crecido y avanzado y nos hemos ido apropiando de un mundo que deberíamos haber compartido con todos los seres vivos en armonía.
Bueno.  La falta de sueño o el exceso del mismo ha hecho estragos en mí mente.  Y me tiene divagando.
Yo.

Patricia Lara P

Oído por allí

Lo escuché en un fragmento de película hoy: 
"-Estoy escribiendo un libro. 
-¡Que bien! ¿De qué se trata?
-Es un libro sobre la correcta estimulación del clítoris.  Los hombres se hacen un lío con eso."
Y me causó curiosidad.  ¿Ya habrá un libro que trate el tema?
No deja de ser interesante y creo que tendría muchos lectores.
Como siempre yo aquí me quedo pensando.
Feliz tarde.

Patricia Lara P

Me acuerdo (II) El velorio

 El velorio  Me acuerdo cuando  en la casa de la abuela velaron esa niña recién nacida. Me acuerdo que le pusieron mi vestido y zapatos de b...