Amanecí cansada. Deben haber sido todos esos sueños inconexos los que interrumpieron mi descanso.
Soñé con ríos turbulentos destruyéndolo todo. Con montañas que se deslizaban hasta dar fin a la vida. Con gente que corría y gritaba, y viceversa.
¿Le tememos al fin o al cambio? Le tememos a todas esas cosas que desconocemos. Incluso, al aproximarnos a la gente, lo primero es temer.
No sé si fue que de esa forma nos criaron. O si es por eso que hemos crecido y avanzado y nos hemos ido apropiando de un mundo que deberíamos haber compartido con todos los seres vivos en armonía.
Bueno. La falta de sueño o el exceso del mismo ha hecho estragos en mí mente. Y me tiene divagando.
Yo.
Patricia Lara P
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