domingo, 16 de febrero de 2020

Las balas no cesaron



Las balas no cesaron.  

A veces no son balas pero las representan.  El cuchillo, el machete, la soga, el instrumento del cual se valgan para causarte daño, para herirte con saña.
La violencia no cesa.  El odio no se acaba.  Asesinas y te asesinan y así por los siglos de los siglos.
Olas de violencia estrellándose contra la playa de la indiferencia.  De nuestra indiferencia (eso no solo cabe sino que es imperdonable).
Se puede decir que se perdona.  Pero perdonar sin arrepentimiento por parte de la persona que te infringió daño no es posible.  Uno debe ver arrepentimiento real para que la herida empiece a restañar y por fin sane.

Patricia Lara P

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