jueves, 4 de abril de 2024

Me acuerdo (II) El velorio

 El velorio

 Me acuerdo cuando  en la casa de la abuela velaron esa niña recién nacida. Me acuerdo que le pusieron mi vestido y zapatos de bautismo.  Me acuerdo que sentí como si fueran a enterrar a una parte importante de mí.

Me acuerdo del llanto estridente de la madre, de las letanías de los vecinos.

Me acuerdo que no quise mirar adentro de esa cajita blanca, que no solo contenía el cadaver de la niña sino también mis preciosas posesiones terrenales.

Me acuerdo como si fuera hoy de mi desazón y mi tristeza, no por la muerte de la pequeña, sino por la pérdida de mis zapatos blancos.

Me acuerdo (I)

 

Me acuerdo... Como si fuera hoy el día que papá nos llevó con su esposa. Ella nos miró con dolor, con asombro, con un poco de ternura y con mucha lástima.

Me acuerdo que papá entre asustado y avergonzado le pidió que nos ayudara. No a él, que no merecía nada. A nosotros que estábamos aterrados por lo que nos había tocado vivir.

Me acuerdo que mamá estaba a veces alelada y otras gritaba histérica... ¡La niña! ¡Tengo que rescatar a la niña! ¡Tengo que sacarla del lodo! ¡La escucho llorar de frío, de hambre, de miedo!

Me acuerdo escuchar a la esposa de papá gritarle a él, suplicarle a mamá que lo dejara. Rogar para que ambos le respetaran su hogar. Y que a pesar de todo eso... Nos cuidara. Con dolor, con tristeza, con rabia , pero sobre todo con lástima.

Me acuerdo después de salir de allí no volver a saber nada de ella, y olvidarla.


Patricia Lara P

Lloré a cántaros

 

Lloré, lloré a cántaros. Fue como un aguacero, ese del que habla mi abuela. El de mayo. Yo no se que quiere decir eso. Pero siento que así fue que lloré. Allí vuelta un nudito, tratando de hacerme pequeñita de nuevo. Cuando sentía que mamá me quería. Hoy por hoy, no es así. Ella nos manda a la casa de la abuela a mis dos hermanos mayores y a mí. Siento que ya no me quiere, que ya no, nos quiere y por eso sin decir nada, nos sube al bus. Lloro, chupándome el dedo pues me tranquiliza. Me siento menos sola, sabe a miel y a leche.

Mi tía no me obliga pero tampoco se preocupa por mi y por mi hambre.  Y no es siquiera hambre. Es que necesito saber que alguien me quiere. 
Lloro, lloro a cantaros acurrucada, haciéndome mas pequeñita, chupándome el dedo y esperando que al fin alguien por fin me quiera.

Patricia Lara P

Mundos paralelos


Esto de los mundos paralelos me desconcierta. Pensaba inicialmente que al mismo tiempo, pero en espacios diferentes vivía cada uno de nosotros. Historias de vida que se iban abriendo de formas diferentes pues cada camino conduce a otro igual de insospechado.

Hoy, curiosamente. Después del viaje de retorno a mi hogar tuve un mareo muy fuerte que además duró muchos minutos. Tuve que agarrarme de la pared, abrir y cerrar fuertemente los ojos y respirar profundo.
Tuve miedo. Pensé que había muerto.  Me había muerto en algún momento que mi vida había terminado abruptamente en uno de esos mundos paralelos pero había continuado en éste.
Obviamente la vida continuaría en los otros tantos mundos sin mí. ¿En cuantos más conmigo?
Para que les miento. El mareo estuvo muy fuerte y mi cabeza se llenó de pensamientos.

Patricia Lara P

Muerta


 Una mañana cualquiera me desperté y estaba muerta. ¿Se preguntaran como fue que lo supe? Pues muy sencillo. Estaba rígida y helada, tenía las manos plácidamente posadas sobre el pecho. Mi cuerpo había sido introducido en un cajón de mi tamaño. Recubierto primorosamente con encajes y satín. -Nunca había estado ataviada tan elegantemente en la vida-. Bueno... La gente que nos "ama" nos despide de la mejor manera posible. ¿Remordimiento? ¿Felicidad por la partida? Vaya uno a saber.

Lo cierto del caso es que ahí metida en mi precioso féretro es que me di cuenta. Había muerto. No supe cómo, pero ya se disponían a llevarme a cremación. Uy... Sentí un no se qué no se dónde. ¿Me iba a doler mucho? A lo mejor empezaría a gritar tan pronto el fuego acariciara mi piel. Ah bárbaro. Habría sido mejor no darme cuenta y convertirme entonces en una de las tantas almas en pena que pueblan éste valle de lágrimas.

Patricia Lara P

Amanece

 Amanece

La tibieza de la mañana me acaricia
La lluvia de agua tibia limpia mi cuerpo y mi alma
El aromático café me lleva por mil senderos
La abuela me mira desde arriba -desde adentro-
El dia se desliza 
Y yo aquí y allí
Adentro y afuera
Siendo sin ser
Flotante.

Patricia Lara P

Me acuerdo (II) El velorio

 El velorio  Me acuerdo cuando  en la casa de la abuela velaron esa niña recién nacida. Me acuerdo que le pusieron mi vestido y zapatos de b...