El velorio
Me acuerdo cuando en la casa de la abuela velaron esa niña recién nacida. Me acuerdo que le pusieron mi vestido y zapatos de bautismo. Me acuerdo que sentí como si fueran a enterrar a una parte importante de mí.
Me acuerdo del llanto estridente de la madre, de las letanías de los vecinos.
Me acuerdo que no quise mirar adentro de esa cajita blanca, que no solo contenía el cadaver de la niña sino también mis preciosas posesiones terrenales.
Me acuerdo como si fuera hoy de mi desazón y mi tristeza, no por la muerte de la pequeña, sino por la pérdida de mis zapatos blancos.
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