sábado, 23 de diciembre de 2023

Una selección "aleatoria" de apartes de mi vida


 



















Fantasmas de las navidades pasadas

 

Han llegado los fantasmas de las navidades pasadas... Y duelen.

Éste tiempo no es para nada alegre y venturoso. Por lo menos para mí no lo es.
Me siento tan triste en éste momento. Así... De la nada, por nada. A lo mejor soy malagradecida. A lo mejor dormir tan mal me está cobrando factura.
Bueno... Pondré mi mejor sonrisa como siempre. Ahí voy...
Yo, la pesioptimista.

Patricia Lara P

Los sueños sueños son


En el principio de mis tiempos yo no soñaba. Bueno, si lo hacía. Eran sueños mientras dormía. Pero no imaginaba mucho el futuro. 

La vida me fue llevando, así como sin querer.
De pronto un día empecé a soñar, a desear, a imaginar el futuro. Mi futuro.
No se si es egoísmo. Pero ahora pienso en lo que quiero en mi vida. Y me veo, me visualizo.
No se si sea pronto o no. Pero de que consigo lo que quiero... Lo consigo.
Yo aquí...
Viéndome.

Patricia Lara P.

Valió la pena

 

Al tomarle las manos las sintió húmedas; heladas, recordó entonces su infancia en las tierras frías. Cuando salía muy temprano en la mañana a ver las huellas de los caracoles y babosas, para seguirlos, tomarlos en sus manos y jugar un rato con ellos. Fue una niñez trágicamente igual a esa sensación momentánea. Que de todas formas no le pareció en ese mismo momento dolorosa, ya que los ojos que observaba, eran brillantes y a pesar del miedo atrevidos.

Olvidó entonces esas manos y se dedicó a ver sus ojos, su respingada nariz y su boca humeda y dispuesta al beso.
En ese mismo instante la infancia y juventud se vieron venturosas. Le habían conducido a éste instante y por lo tanto, todo había valido la pena.

Patricia Lara P

Esos momentos

 

Existen esos momentos en la vida en los cuales uno siente que las cosas van a cambiar. Obvio uno se resiste. Pero... A veces no es una opción que uno pueda tomar o no. La vida es así... Indescriptible. Como que lo va orillando a uno. Como que lo empuja, lo "obliga" a tomar decisiones sí o sí.

No quiere decir que los cambios sean malos. 
Empezamos cada día así que reiniciarse es lo nuestro. Uno se muere cuando se muere, así que mientras hay vida hay que ir por ella. A veces plácidamente, otras de tumbo en tumbo.
Bueno... Aquí estoy yo, pensando que lo conocido puede quedarse atrás y habrá que emprender nuevos caminos.
Yo aquí.
Elucubrando, pensando, llenándome de arrestos para seguir.

Patricia Lara P.

La píedra

 La piedra, María la O y yo


Pues qué les cuento. Que llena de desolación salí a caminar. Sin darle cuenta apenas, encuentro ese camino de tierra, llano; árboles, arbustos, rastrojo, hojas secas y demás, y al borde del camino, allí a un lado y como perdida en el paisaje estaba esa enorme piedra. La miro primero como al descuido y luego con asombro. Me aproximo, la rodeo, la palpo. Busco en ella el hueco que quien sabe quién taladró un día.
Era yo una nena aún, y en la entrada de la casa de mi abuela, estaba ella. Bueno... Estaban ellas. Mi abuela María la O y la piedra.
La usábamos para entre otras cosas sentarnos. Yo además, jugaba a plantar maticas en el susodicho orificio. Ponía en él huevecillos de lagartijas, y a veces escupía allí queriendo hacer un pozo.
Los niños nos entreteníamos con gran facilidad en muchas pequeñas cosas.
Bueno, regreso al tema... Ahí estaba la piedra tal y como yo la recordaba. Y al fondo del camino también estaba la casita blanca de puerta y ventana rojas. Y sí, en la minúscula cocina de fogón de leña estaba también ella. Mi hermosa abuela. Mi querida María la O.
Curiosamente, cada vez que ella en su infinito amor y sabiduría sabía que yo estaba triste, sola, descolocada. Ella se daba mañas, y llegaba. Llegaba a mí para consolarme, para decirme que las cosas pasaban por algo. Que la vida era eso y que pronto todo estaría bien.
Así era ella, así es ella.
Lindo además. Que llevara a mi camino la piedra. Para decirme muy seguramente, que lo que me pasaba era incluso hoy, un juego de niños.

Patricia Lara P

Irremediable

Fue amor a primera vista, verse y amarse. Irremediablemente perdidos en el tiempo y en la distancia. Curiosamente pasaban frente a un motel. Y al cruzarse sus manos se agarraron y caminaron hacía la puerta, y de allí a un cuarto indefinible. Se amaron lentamente primero y con un loco frenesí después.  Se vistieron despacio. Él en el baño y también él recogiendo sus ropas que fueron arrojadas al piso, a la cama igual que palomas muertas.

Salieron juntos de allí, aun tomados de la mano y luego y sin verse siquiera, se dieron la espalda mutuamente.
Cada uno prosiguió su camino. Ninguno supo el nombre, el apellido, el teléfono, o dirección alguna del otro.
El amor murió así como nació. Igual nadie puede dudar que fue a primera vista.

Patricia Lara P

Cada cosa en su lugar

 

Todas las cosas tienen un lugar. Me imagino que en todos los hogares del mundo se hace lo mismo.

Una cosa llega e inmediatamente se ubica en un sitio. Puede ser temporal mientras se le busca su espacio definitivo o por lo menos, más definitivo. 
Lo cierto del caso es que en mi casa, no se si en todos los hogares del mundo mundial. Algunos, que no quiero nombrar pero que miro con resquemor; sacan los elementos, los usan y después se quedan olvidados ahí o en cualquier otro espacio indescifrable.
Bueno... ¿Porqué es tan difícil poner las cosas en su lugar? 
Últimamente siento que es el desorden mental el que impide el orden físico. 
Adicionalmente es casi imposible para una sola persona acomodar todas las cosas y recordar luego dónde lo hizo.
Termina uno escondiendo el desorden.
¡Ah bestia!
Yo aquí... Pensando pensamientos pensantes luego de poner la sal en su sitio, la salsa soya, el afilador de cuchillos, los residuos de verduras y otras cositas más. Y eso solo fue en la cocina...
Yo.
La quejumbrosa,
Patricia Lara P

Y me encantaron

Los vi caminar lentamente, tomados de las manos. Entre los dos, fácilmente 170 años.

Cachucha negra, camisa blanca, pantalón negro, cargaderas y tenis.  Babuchas, jeans, blusa estampada en minúsculas rosas rosas, cabello corto ensortijado y casi todo blanco, ella.
Los vi caminar lento pero sin pausa, tomados de las manos. Con la familiaridad de los años, de lo cotidiano. La familiaridad de haber recorrido casi toda la vida... Juntos.
Fueron una imagen desplazándose frente al árbol de navidad del aeropuerto. Casi una aparición magnífica.
Tenían la seguridad de alcanzar ese avión, pues la vida los habia enseñado a salir con tiempo. 
Mas ahora por cierto. Ya que los años no les permitían esos afanes.
Los vi y me encantaron.

Patricia Lara P

Las torres II

 Ahí están ellas dos. Iguales y distintas. Una caducó en el tiempo mientras la otra, joven y ¿Bella? se apropia del espacio. Ni disculpas pidió.  Llegó para quedarse. ¿Por cuánto tiempo? No se sabe, ni ella misma lo sabe. Pero la certeza está allí; mirándola en lontananza. Es como si le avisaran que por mas joven que sea, llegará el momento en que envejecerá... Caducará. Y claro. Vendrá otra como ella, quizá igual a ella. Pero cargada de belleza y juventud.

Sucede en todas las situaciones, tan real como la vida misma.

Patricia Lara P

Las torres

 Ahí están ellas dos. Inhiestas. Absurdamente hermosas y altivas. La segunda reemplazó a la primera en funciones. La segunda y moderna cumplirá con sus funciones a cabalidad durante un buen tiempo. 

Aquí estoy también yo. Después de mi madre y ella antes que mi abuela y claro, también está mi hija.

Patricia Lara P

Soy pero no soy

Paso por aquí para confirmarles lo que siempre les he dicho. La mujer de mis fotografías no soy exactamente yo. Es decir, soy pero no soy. Por un lado la belleza que ya traen implícitas las cámaras y por el otro lado, las mil y una tomas para elegir una. Aquella yo, que tenga la mejor sonrisa, la mas tierna mirada, la piel mas tersa.

Paso a recordarles que la vida está aquí; desde donde escribo. Y que la que se ve en las redes sociales es una construcción propia. Es una mujer sonriente y divertida tooodo el tiempo. Diferente de la del cotidiano. La que limpia y cocina, la que se va de tiendas, la que es madre y esposa. La real.
He dicho.
Yo.
Patricia Lara P.

Gotas de lluvia

 Llueve, escucho las gotas caer una tras otra. A veces rápido, otras muy lentas. Bailan, se toman de sus preciosas manecitas y lo mojan todo. La tierra, los cuerpos, las almas. Ellas siguen así.  Bailando y cantando. Yo, me dejo llevar y sin pensarlo tanto en gotas de lluvia me transformo.


Patricia Lara P

Y ya no veo

 


Les cuento. Porque contar es lo mío (igual a el Conde Contar). Que tuve que dejar de depilarme las cejas porque ya no veo. Es decir, con gafas si, pero sin ellas no y como ellas están en la línea de las cejas pues pailas. Jajajajaja. Bueno, ya les conté la triste historia. Claro que aun no termino. El maquillaje tampoco se logra jajajaja. Me río por no llorar. Ahí está... Esa es la historia de hoy.
Yo. 
Como siempre hablando de cosas muy importantes.
Patricia Lara P

El avión

 El avión, el avión

gritaba Tatú en la sala, esperando a que los clientes desembarcaran.
El avión, el avión
gritan los niños al lado de la pista de aterrizaje.
El avión y saltan
El avión y daban palmas
El avión y los gritos alegres resuenan.
Quizá algún día, puedan dar palmas y reír a carcajadas adentro de un avión.
Quizá ver por las ventanillas las nubes blancas y esponjosas los llene de alegría.
Ver casas y edificios minúsculos.
Y personas como hormigas.
Quizá sea mas pronto que tarde tanta felicidad 


Patricia Lara P

Aferrada a algo

 Se aferró a ella con todas las fuerzas de su alma. Ya en el cuerpo no le quedaban muchas. Era solo unos alambres prácticamente oxidados y unos trozos de tela que colgaban desmadejadamente. Girones antaño multicolores.

Se aferró a ella como si la vida le fuera en conservar aquella sombrilla que le recordaba los tiempos de libertad y que en el cautiverio le servía para guarecerse de la lluvia o del sol.
Bueno, en realidad hoy no prestaba mas servicio que el de hacerla sentir que tenía algo. Que era dueña de algo.
En momentos como estos en los que amenazaban con quitársela, ella pensaba que prefería la muerte a perderla. Así que se aferró a ella con toda el alma.

Patricia Lara P

Integra

 Aquí estoy... Integra, entera. 

Quisiste destruirme, convertirme en las ruinas que tu mismo eres. Pero no. Soy mas fuerte que tú. Si un pedazo de mi se cayera, renacería de nuevo. El fénix es quien  se parece a mí, yo no a él.
Aquí estoy... Imperterrita. Viendo como te asombras. Tus pataditas de ahogado no me alteran. A mi nada me amilana. Las tempestades solo despeinan mi melena y quizá la enreden un poco. Pero mas que eso; nada.
Aquí estoy. Mírame nacer y renacer, brillar.
Tu conmigo no puedes.
Patricia Lara P

Piensa de más


Tiene unas enormes ganas de correr, de caminar al menos, un paso al frente cada vez. Pero, algo se lo impide. Quizá ella misma. ¿Habrá desarrollado acaso el síndrome de Estocolmo? Jajajajaja. 

Seguro no lo es, pero igual ella misma se impide caminar, correr, arrojarse al vacío.
La vida es eso que pasa mientras dudas. (Seguro que alguien ya lo dijo. Y muy seguramente lo dijo mejor).
Bueno, las ganas de correr cada momento se acumulan más. ¿Tendrá similitud con la gota que rebosa la copa?
Cuándo hay cosas que decir, se dicen. Cuando hay cosas que hacer se hacen. Ese ha sido su lema, pero al momento de caminar sin mirar atrás, ahí no hay lema que valga.
Y sigue y sigue divagando...
Esa es ella... Una mujer que piensa mas de la cuenta.

Patricia Lara P

jueves, 19 de octubre de 2023

Gracias

 GRACIAS


Si, gracias a ti que me regalas tu tiempo y ahí callado me lees.

Patricia Lara P

Hoy como tantas veces

 Hoy como tantas anteriores veces quieres irte. Algo te lo impidió cada vez. Una de las muchas situaciones cotidianas. Algo que te distrajo por ser bueno o por ser malo. Total, el paso jamás lo diste. 

Hoy tampoco será el día. Ya no son las situaciones externas las que te lo impiden, eres tú. Ya no imaginas otra vida.
Miras, miras y remiras, comparas y al sumar y restar; te gusta, amas tu vida. Te encanta el ser humano que eres. Aprendiste a amarte, a amar todas las pequeñas y grandes imperfecciones que te adornan.
Pues sí... Hoy tampoco te irás... Quizá mañana. Nadie lo sabe. Total, la puerta está ahí y el mundo es grande.

Patricia Lara P

Cuando más la amaba

 

Falleció ella en el momento en el que mas la amaba. Pudo haber sido antes, antes de entregarle su corazón entero. O después, cuando la monotonía de la convivencia hubiera hecho algunos estragos.

La desolación de su partida le arrugó tanto el corazón, que quedó igual a las hojas del papel en las que intentó escribir su obituario. Arrugado y seco, marchito. Habría preferido morir con ella a padecer su ausencia. El dolor de su partida lo embargaba de forma tal que se ahogaba.
Pero ahí estaba él, vivo. Pero tan muerto o más que ella.

Patricia Lara

El mundo del desapego

 "Cuando uno se cansa entra al mundo del desapego". Y el retorno de allí es muy difícil. No es que no se pueda retornar, es que habrá que hacer mucho esfuerzo para querer hacerlo. Es que en realidad pocas gentes disfrutan del dolor y del sufrimiento.

(Frases de esas que resuenan al ser escuchadas). Algunos hablan mal de Walter Riso, pero él, como tantos otros tenemos cosas para decir, cosas que escuchará únicamente el oído que esté dispuesto.
Aquí me quedo pensando pensamientos pensantes.

Patricia Lara P

Cómo lo voy a culpar


 Cómo lo voy a culpar si no pudo amarme. No logré ser suficiente para él. A lo mejor sus expectativas fueron más altas de lo que yo puedo dar. A lo mejor otra le da lo que yo no. A lo mejor tenerme ahí le da la seguridad suficiente para pensar que no va a perderme, o peor aun (para mí) que no le importa que eso sea lo que al final suceda.

Uno se cansa en serio. Es como ir contra la corriente y patalear hasta el cansancio, hasta que al final uno deja de hacerlo y se va al fondo sin luchar más. Y claro uno se ahoga y el otro se queda ahí muy seguramente con el sentimiento de culpa y al final son dos vidas dañadas. Destruidas.
Y si, uno se cansa del desamor, de la lucha por mantener aquello que para uno es importante y que lastimosamente para el otro no lo es.
Sería tan lindo que por fin un día me  enterara de que soy importante, valiosa, apreciada, amada, valorada.
Bueno...
Esas historias vistas, escuchadas por ahí. Esa gente que le abre a uno el corazón y lo pone a escribir cosas como éstas. 
Esas historias que le sacan a uno el aire y lo dejan sin piso un momento pero que luego lo aterrizan.
Esas historias de vida. De la de otros, de los otros y la propia incluso.
Yo aquí me quedo pensando pensamientos pensantes, de esos que ponen aguados los ojos y le apachurran un poco el corazón, el alma.
Abrazo enorme a esas almas dolidas.

Patricia Lara P

Cuando puedo escribir, escribo


 Me encanta cuando tengo deseos de escribir algo y logro ponerlo en letras y frases mas o menos comprensivas.

Es que una frase se acomoda entre mis cejas y no deja de bailar y saltar hasta que la doy a luz.
Yo. La que quiere escribir.

Patricia Lara P

Muriendo en cómodas cuotas

 Uno a veces se va muriendo por partes. Algo así como en cómodas cuotas. Nadie podrá decir que fue homicidio. Pero lo fue. Fue un asesinato constante, persistente y con saña. Una necesidad horrible de causarle dolor. Sentía que únicamente así podría pagarle el daño que tantos años atrás le había causado.

¿La ley del talión? ¿Karma? Lo que fuera. Era eso exactamente lo que merecía.
Hmmmm

Patricia Lara P

Dormido


 Lo vi apaciblemente dormido. Sí, estaba pálido, algo azulado. Pero me pareció normal debido al frío matutino. Me aproximé despacio temiendo despertarlo. Abrió los labios un poco y fue ahí cuándo una mosca verde tornasolada salió de entre ellos. Después fueron muchas, muchasísimas más. Hicieron erupción con ellas infinidad de gusanos, blancos, brillantes y sinuosos.

Mi estupor fue tan grande que un alarido inteligible salió de mi pecho, de mi cuerpo.
Que puedo decir yo que ustedes no imaginen. Nada, que las pesadillas no paran, que pensar en dormir me aterra, que tengo tanto terror que prefiero morir a seguir viviendo con tanto miedo.

Patricia Lara

Lo más valioso

 

Lo mas valioso que una persona le puede dar a otra es su tiempo. Ya que el tiempo es lo único que no se recupera jamás.

Hoy queremos agradecerte tu amistad, tus enseñanzas y el tiempo que invertiste en sembrar en nosotras el amor por el arte.
Siempre puedes contar con cada una de nosotras, igual  sabemos que podemos contar contigo.
Nos seguiremos viendo en los espacios que construimos y que por supuesto mantendremos.
Un abrazo enorme con nuestro cariño incondicional.
Gracias Profe.

Patricia Lara P

Rutina


No se había percatado de lo que un día le sucedió. Había llevado una vida normal. Tan normal que habiendo fallecido no se enteró. Ella siguió con su rutina. Las personas estaban allí como siempre... ignorándola. A veces se dolía por eso, y otras veces sólo lo dejaba pasar y seguía. Bueno... pensaba ella, la vida es eso. Pero no, no era la vida. Era la muerte y ahora que lo sabía tendría que tomar la decisión. Seguir allí "espantando" -Cambiando de lugar las cosas, ocultando las llaves, encendiendo luces, etc. O trascender. En realidad la vida que llevaba no le molestaba tanto. La otra al ser desconocida apenas si le interesaba. A lo mejor sería muy aburrida.

Bueno... Ahora estaba pensándolo. Igual no tenía ninguna prisa pues se estaba divirtiendo mucho más.
Patricia Lara

Los pequeños y cotidianos triunfos

 

Son pequeños triunfos que pocos sabemos descifrar. Abrir los ojos, sentarse en la cama, poner los pies en el suelo, caminar al baño. Ducharse, comer, hacer todas aquellas cosas que debemos y por supuesto también las que queremos. Dejar que el sol y el viento nos acaricien. Pensar con mediana lucidez. Ver los rostros de los otros y el propio con caridad y afecto. Estar vivos y sanos a pesar de los daños. 

Milagros cotidianos que no siempre apreciamos y agradecemos.
Bendiciones mis queridos amigos.

Patricia Lara P

7777

Llegaron al pueblo movidos por la curiosidad. Al parecer lo habían construido sus habitantes por nostalgia. Era una muy hermosa imitación estilo Hollywood. Vivian personas muy acaudaladas, entradas en años y con ganas de retirarse al mejor lugar del mundo.

Conociendo esta historia decidieron ir a conocerlo. Temieron, eso sí, que no les permitieran el acceso, igual decidieron intentarlo. Finalmente si no les permitieran entrar podrían desandar el camino e ir a otro sitio. Igual estaban paseando y conociendo.
Bueno. Curiosamente nadie los detuvo, no se veía ni un alma y solo una calle amplia y larga les indicaba el camino a seguir. 
De pronto una línea blanca, brillante; como acabada de trazar se les interpuso. Bueno, era solo un decir, ya que lo único que debían hacer para "superarla" era dar el siguiente paso.
Y claro, eso fue lo que hicieron. De la nada les cayeron encima los confetis y globos. Y una campana acompañada de un numero, casi los ensordeció : 7.777 (siete mil setecientos setenta y siete).
De la misma sorprendente manera el camino se llenó de gentes. Alegres, sonrientes y bulliciosos que les abrazaban y palmeaban la espalda dichosos.
Al parecer eran los felices ganadores de una de las maravillosas casas del pueblo. Los llevaron frente a la puerta, les entregaron las llaves y los dejaron entrar. 
Era una maravillosa construcción que tenía todas aquellas cosas que siempre soñaron. 
Una terracita al lado de la cocina con vista al río. Dos alcobas amplias, una sala enorme, dos baños perfectamente dotados.
Era un sueño hecho realidad. ¿Qué podría salir mal en adelante? 
Obviamente nada. Bueno, si nada se podía llamar haber quedado atrapados en el tiempo y el espacio.
Lo conocido sería solo un sueño.
El paraíso se había ¿apoderado? de ellos.

Patricia Lara

La familia perfecta

Y esa familia perfecta ya la había hartado. No se reconocía ella. Las múltiples infidelidades de él habían desbordado la copa. Sus hijos... los antes niños dóciles convertidos  ahora en desconocidos.

No, ya no podía seguir viviendo así. Esa historia perfecta no lo había sido nunca y deseaba empezar de cero aun cuando la vida le fuera en ese empeño.
(Más allá del jardín)

Patricia Lara P

Ellos son maravillosos

 

Ellos son maravillosos. Hacen cosas que saben que me encantan. 

Borges se deja atrapar, yo lo apachurro un poco mientras lo lleno de besos y el ronroneo arranca, hay días que baja saltando de pared a pared mientras yo grito y aplaudo feliz sus "parcures".
Bástian es muy tímido. Espera al lado de su plato que yo ponga comida ahí. Cuando eso sucede me mira. Le pido un pico y acerca su cabeza para que yo se la bese, reclama el cambio de agua haciendo soniditos y empujando su plato con las patitas.
Capitán Arturo me espera en el descanso de la escalera si me tardo un poco el regresa y luego los dos subimos para poner comida en su plato, se recuesta a mi lado y mientras yo le converso se duerme meneando su colita.
Son ellos regalos que la vida me ha dado para que yo conozca el amor incondicional que dan esos bichitos.
Las sonrisas no serían tantas sin ellos a mi alrededor.

Yo
Agradecida o agradeciendo.

Patricia Lara
Dando gracias por ellos.

Pero a ella nadie se lo dijo


Ya no hay problema le dijeron. Ahora vaya a su casa, acuéstese, tome algo para el dolor e intente dormir un buen rato. En un par de días va a estar usted como nueva. Eso sí, cuídese mucho. Recuerde que no le será de beneficio embarazarse de nuevo y menos tan pronto.

Nadie le dijo, que en adelante. Todas las noches escucharía el llanto de un niño, de su niño. Gemidos que solo escucharía ella, y nadie mas. Nadie le dijo que todas las noches sentiría un dolor atroz. Un golpe sordo en las entrañas. Nadie le dijo que arrullaría por toda la eternidad esa cobija sucia. Manchada por sus lágrimas y por su mal de conciencia. No, a ella nadie se lo dijo.

Patricia Lara

Demasiados fantasmas

Hay demasiados fantasmas en esa casa. Mas muertos que vivos y éstos últimos van a perder la vida indudablemente. Entonces... ¿Habrá un limite? O seguirán muriendo por los siglos de los siglos y quedándose ahí.

Muy seguramente un día una irremediable explosión ocurrirá y los muertos caminarán por la tierra contaminándolo todo. La maldad de esos espíritus se enseñoreará y todo será caos.
(¡Oh por Dios! ¡Es lo que está sucediendo!)

Patricia Lara P

Pesadillando

 

Cómo si de un mal sueño se tratara el despertó con el corazón a mil, sudoroso, despeinado y lleno de terror. Luego de un gran suspiro o de un gran respiro se observó mejor. No estaba reclinado sobre su cama suave y repleta de almohadones. Tenía la ropa sucia, roída. El espacio en el que se hallaba era muy reducido, apenas si lograba moverse, mucho menos sentarse. Comprendió con sumo terror que había sido enterrado vivo. Sintió los insectos reptar por su cuerpo y comprendió que era inminente que las ratas lo atacaran. Sintió horror. Se agarro las manos frenéticamente y deseó que todo fuera una horrenda pesadilla. Pero no... infortunadamente para él, no lo era.


Patricia Lara P

Enredando ando

Mi vida es enredar. Enredar hilos, palabras, letras, colores, sentimientos. Todo visceral, todo desde adentro, desde el corazón. Autodidacta en enredos, esa soy yo. He ido con los años componiéndome un poquito, pero no tanto como para que la perfección sea la norma (jajajaja). Es que ni siquiera es lo que deseo. Me gustan las imperfecciones. Me gustan las cosas y las personas reales y yo misma siento que soy imperfectamente perfecta.

¿Me entendieron? Yo sí. Cada día me entiendo y me amo más.

Patricia Lara P

Y el sol

El sol abre con sus dedos las abigarradas nubes negras. Se va introduciendo lentamente entre los leves agujeros que hace. A pesar del mal tiempo, la esperanza como un hilo multicolor teje mi alma y las almas de los demas humanos tristes y malhumorados.

Una sonrisa se posa en las comisuras de los labios y baila. Salta y pone brillo en los ojos de todos. Ahora el sol en su esplendor nos dora la piel. Él, a pesar de eso, nos sienta bien a todos.
Yo. 

Patricia Lara

Cual muñeca de trapo

 

Cual muñeca de trapo desmadejada yazco a mitad de la calle. La gente se aglomera, me mira. Alguien pone sus dedos fríos en mi cuello y siente mi piel tibia, mis sangre correr por las venas y de ellas al pavimento ya no tan seco  y al instante siguiente, nada. Empiezo a ponerme pálida, blanca y fría. Tan fría como el corazón del miserable que me atropelló y raudamente escapó. Ni tiempo se tomó para pensarlo. Para pensar en mí, en lo que me estaba sucediendo. Me imagino, que si pensó, pero sólo en él.
Bueno... ahí estoy ahora yo.  Arrojada al viento como una hoja. Como una hoja mustia y seca.

Patricia Lara

Odio

Odio


La furia se apoderó de ella. Resoplaba casi en un rugido sordo, las mejillas ardientes y coloradas, los ojos brillantes de odio e incluso de lágrimas, los puños apretados, el cuello tenso. Sin dudarlo un instante las maldiciones empezaron a salir a borbotones, desbocadas. 
Luego de un instante que fue una eternidad para aquellos que estabamos a su alrededor. La calma empezó a apoderarse de ella. 
Respiró pausadamente, el tono rosa fue de nuevo normal en su cara, los músculos se aflojaron y una sonrisa se alojó en su rostro. 
Igual dijo... Malditos, malditos todos aquellos que de mi paciencia abusaron. Me las van a pagar.
En ese último instante todos tuvimos miedo, real miedo. Se notaba más el odio en las frases tranquilas... Mas aun que en las pronunciadas en el paroxismo de rabia.
¡Qué puedo decir yo! Nada. Aun tengo miedo.

Patricia Lara P

Cohabitación

 ¿Partí? Partí ese día en que ella se introdujo en mi cuerpo y desplazó mi alma. ¿Ella me ha habitado desde entonces? Al parecer le quedé grande pues yo aun sigo aquí. Las dos. Habitando el mismo cuerpo. Posesión le llaman. Cohabitación a lo mejor es lo que es. Nos adaptamos, nos amistamos, nos volvimos una. Bueno... ¿a cuántos les habrá pasado? Yo no se... no siempre el demonio es quien domina. Quizá hay almas solas, tristes, con ganas de quedarse. Almas que no quieren ir hacia la luz y que prefieren hacerse otro nido aun cuando para tenerlo deban robar un espacio o compartirlo.

Bueno... Así no soy sólo yo, así siempre estoy acompañada. Así la oscuridad y la claridad siempre seran una y al partir, no sé. Quizá vayamos juntas o separadas. Pero siendo siempre una.
Hmmmm.
Yo, yo misma no me entiendo.

Patricia Lara P

Destellos

 Asustada observó que la vida se le había escapado de entre los dedos. La luz se hizo en su interior y vio frente al espejo a esa mujer con canas, con arrugas, con piel flácida. Miró mas y mejor y la tristeza la invadió. Intentó atrapar lo que de juventud  le quedaba y mirando a los lados observó; recordó el caballero aquel que la miraba. Era alguien que recientemente había llegado a su vida ofreciendo productos y experiencias. 

Así que sin dudarlo un instante pintó sus canas, empezó a aplicarse cremas y potajes "milagrosos", esos que le restaurarían la juventud perdida, fue al gimnasio, compró prendas juveniles. 
Eso la hizo sentir que aun había esperanza, pensó que estaba a tiempo de encontrar el amor verdadero, y por fin ser feliz.
Ahí está ella ahora, repleta de esperanzas, llena de ganas de vivir. Quizá esta era su última oportunidad y ella haría hasta lo imposible para no desperdiciarla de nuevo.
Bueno, ojalá el resplandor no la deje un poco ciega y en su loco deseo pierda aquello que ahora siente genuinamente seguro pero muy poco. Ella está convencida que merece más. Mucho más y al parecer la vida está dispuesta a dársela.

Patricia Lara P

miércoles, 13 de septiembre de 2023

Gracias por absolutamente todo

 

Y yo le doy gracias a Dios por todo. Por absolutamente todo. 

Lo bueno, lo regular y lo malo. De lo malo dicen que se aprende más. Y bueno. Uno también puede hacerse mejor... Mejor incluso en la maldad. 
Le encochinan a uno el alma, y luego esperan que uno siga siendo el mismo ser humano de antes.
Válgame Dios. No, nunca volveremos a ser los mismos.
Yo.
Patricia Lara

María la O


 Anoche, ella vino a verme. Me sonrío con los labios, con los ojos y con el amor que chispeó en ellos. Nos tomamos de gancho y caminamos por esa calle oscura. No se si hablé yo o si habló ella. O si nos comunicamos con nuestras mentes. Pero la tristeza que se me acumuló ayer, ella se la llevó casi toda. Hoy tengo un nudo en la garganta y unas ganas enormes de guardar mucho silencio.

Gracias mamita. Tu si que me conoces. Tu si que me sabes.
Yo 
Patricia del Socorro Lara Pachón.

Fantasmal columpio

 


Les cuento porque contar es mi sino que cuando paseamos al Capitán, el dichoso perrito hace "el tour de los parques". Hay uno pequeño en forma de triángulo. Al ser pequeño no tiene muchos elementos. Un par de columpios y un par de sube y baja. Bueno. Lo cierto del caso es que Ricardo había notado que al pasar frente a los columpios uno de ellos empezaba a mecerse lentamente. Pensó que era el viento, pero curiosamente solo uno de los dos se mecía. Cuando regresé de Bogotá él me contó lo que pasaba. Yo no hice comentario alguno en su momento pero empecé a prestar atención. ¿Y qué creen? Es cierto. Ayer, estuvimos por el andén más cercano a ellos (los columpios) y al empezar a moverse se me puso la piel de gallina. ¡Ah bárbaro! Que miedo me da, que por algún azar del destino, la infausta presencia que debe estar atada a ese juego, se nos prenda. Que pereza pensar que un niño esté pegado, adherido a ese elemento. En serio me dio miedo. Mucho miedo. 
Bueno, ¿ustedes qué opinan del suceso fantasmal?
Yo.

Patricia Lara P

Parecidos o pareceres

 Hoy una vecinita me dijo que hacía mucho tiempo que no me veía. Le conté que había estado en Bogotá unos días ayudando a mi hija a mudarse. Le conté que ella prefiere vivir allá y le dije  además que es cantante y compositora además de una gran profesional. Le aconsejé que la siguiera en las plataformas musicales y le deletree Laura Gabelo. Ella inmediatamente la buscó y la encontró en sus inicios. La siguió y dijo que la escucharía. Le aconsejé que buscara lo mas reciente ya que ahí hay un gran proceso y se puede ver su faceta de compositora e interprete. La chica mira a mi hija y dice: "No se parece a usted". Le dije dale una miradita como es ahora. La gente dice que nos parecemos mucho. Y ahí recordé...

Hace muchos años. Una amiga de Ricardo, en una reunión de egresados de la nacional, en mi casa; dijo que mi hijo no se parecía al papá. Mi respuesta inmediata y venenosa fue; "Sí se parece mucho... Lo que pasa es que usted no lo conoce". Hubo en ese momento un silencio así como pesado y luego escuché unas carcajadas de los otros amigos. Bueno... Es que tenía entonces la lengua mas rápida. Igual no me arrepiento de tan grosera respuesta. Pues me pareció muy grosero su comentario. Así que quedamos en tablas. Hmmm o ustedes que opinan... ¿Se me pasó la lengua?
Yo, aquí pensando pensamientos.

Patricia Lara P

Títulos

 Observo desde aquí la librería. Muchos títulos, tamaños y colores. Ágata leo y mi mente se va por diversos caminos en los cuales una hermosa gatica es protagonista. Me fijo mejor y leo en el mismo libro Águila. Me sonrío y claro, la historia cambia y ahora un ave magnífica es la aventurera. No ha pasado mucho tiempo leo por fin el título real.  "Agenda" jajajajaja. Esto de la presbicia es hasta interesante. Entrena mucho la imaginación.

Yo

Patricia Lara 

Decisiones

 Decisiones


La vida está llena de ellas. No hay decisión alguna, por inocua que parezca que no nos conduzca a un cambio. Un giro. A veces mínimo e "insignificante". Y por supuesto somos responsables de cada paso que transitamos. Asi que no hay quejas ni reclamos para hacerle a los otros. No señor. Cada quien marca el camino y por lo tanto el destino.
Caminemos bien. Pensando en qué queremos ser y a donde es que queremos llegar... Y con quien por supuesto.

Patricia Lara P

Y se le rompió el corazón en mil pedazos

 Y se le rompió el corazón en mil pedazos y arrodillada en la banqueta empezó a recogerlos uno a uno. Y los fue uniendo pedazo a pedazo y al cabo de un tiempo. Poco, o mucho, ¿quien lo sabe?. Lo había reconstruido por completo. Puso en el todo el amor que le faltó de niña y de adulta y con primor lo decoró con flores y con piedras brillantes y preciosas. Al cabo de un tiempo, poco o mucho. ¿Quién lo sabe? ella vibró tambien con mil destellos.

La vida da segundas y terceras oportunidades. ¿O no será la vida? Quizás fue ella que se atrevió a vivir de nuevo y sin miedo alguno puso su corazón en el empeño de amar de nuevo, de dejarse amar y si fuera necesario incluso... De romperlo de nuevo.

Patricia Lara P

La vida

 Y aun siguen allí los electrodomésticos cargando herrumbre, olvidados por Dios y por el tiempo.

Hace ya cuánto tiempo que la lavadora dejó de funcionar.
Cuánto que el refrigerador no tiene en su interior verduras, lacteos, frutas.
Cuanto que el fogón no se enciende.
La vida retornó a lo rural
Ir al rio a tomar agua para el consumo diario
Bañarse en él. A pesar de sentir que se sale aún mas sucio.
Caminar horas enteras buscando algo de alimento, herirse en esas tareas y saber que vendrá la infección y con ella la muerte.
Olvido.

Patricia Lara P

A sonreír por no llorar

 

Hace años. Muchos años yo era joven e inexperta, la vida me llevaba por donde quería y yo me dejaba ser y hacer. Flotaba en una de esas tantas nubes de mi tierra natal. Todo era un sueño, ensueño. Bueno... Pasó mucho tiempo y la juventud se fue. Ahora tengo experiencia pero siento que muchísima inexperiencia también. Todo como les digo a mis hijos es un aprendizaje. Pero a veces uno va de tumbo en tumbo. 

Que se yo. Siento que debo estar preparada constantemente para comenzar, recomenzar, reiniciar. Y pues, mientras haya vida, toca. No soy de las que se achicopala, no soy la de las lágrimas, no soy de las que se acurruca en un rincón a rumiar tristezas. Así que adelante. Lo que se ha de caer que se caiga que estoy presta a recoger, limpiar, sacudirme y sonreír que la vida es eso.
Yo.
Patricia Lara

La princesa rana y el grillo perdido

 La princesa rana y el grillo perdido


La princesa rana
salió esta mañana 
luciendo un hermoso
vestidito blanco
bien tejido en lana
como primorosa
rana parroquiana.

Paseó por el jardín
y fue al estanque después
donde un grillo cortés
lisonjeó su apariencia:
¡su rojo carmín,
sus vívidos ojos!
y con gran sonrojo
la princesa rana,
coqueta y ufana,
paseó en su presencia.

Esto, a todas luces,
parecía un flechazo:
rieron, charlaron
y juntos se arrobaron 
casi hasta el ocaso;
mas nuestra princesa
boyante en belleza
luego del paseo
-en un final muy feo-
cedió ante el antojo
-y a su naturaleza -:
y de un lengüetazo
se zampó a don grillo

Y acabó, al nacer,
la historia curiosa 
de un raro amorío
a orillas del río
entre  el galante grillo
que se obnubiló
con la primorosa
rana encantadora,
y que en cada salto 
su amor le juró
y una muy golosa
rana primorosa 
que en un bocadillo
fue y lo convirtió.

B. Osiris Bocaney 

De fraudes y otras variedades

 Suena mi teléfono. Un numero desconocido para mí. Cuando respondo un muchacho "llorando" me dice "mamá, accidenté a una señora". Yo no entiendo muy bien, así que le digo "¿Qué?". A lo que arranca de nuevo a "llorar" y repite, "Mamá, accidenté a una señora". Le digo "Lo siento mucho" y procedo a cortar la llamada. 

Que pereza que los abusivos hacen eso. A mí no me asustaron, pero a otras personas las llenan de terror.
Yo.

Patricia Lara P

Igualita a mamá

 Cada día me parezco más a mamá, a mi abuela María, a todas esas mujeres que me precedieron, aquellas que iniciaron mi camino. Soy entonces la responsable de continuarlo, hacerlo mejor para las otras, las que vendrán después.

Patricia Lara P

Y en un abrir y cerrar de ojos

 

Se nota el paso de los días en rápida o lenta sucesión. Uno siente entre mas años vive, que el tiempo vuela. Apenas un parpadeo y la vida es muy otra, tan otra que parece que no somos los mismos. Y luego de pensarlo en realidad no lo somos. Somos otros, muy otros, tan otros que no nos reconocemos. Y miramos hacia atrás y nos perdemos en tantos vericuetos como nos puso la vida. Y ese rostro antes bello. Por la belleza de la juventud ahora es un mapa lleno de caminos. Caminos que por supuesto conducen a un lugar, al mismo lugar para todos. Allá nos vemos.

Hmmm

Patricia Lara P

Cenicienta y el príncipe oculto

 Veo una película animada que se llama "Cenicienta y el príncipe oculto". ¡Una belleza! Bueno... Lo cierto del caso es que la bruja malvada lanza un hechizo y convierte a Cenicienta en una estatua de mármol. La única manera de salvarla es que el príncipe le regale su anillo, pero... Todo tiene un pero en la vida. Él se va a convertir en ratón por siempre. Obviamente él se sacrifica y  pone el anillo en el dedo de la princesa y oh tristeza, si se convierte en un adorable ratoncito.

Yo me veo en mi mente suplicando... Llora sobre él, y deja caer tus lágrimas para quitarle el hechizo, dale un beso de amor que lo transforme, haz algo mujer... Jajajajaja. Es que a pesar de ser ya una adorable viejita, amo los cuentos de hadas y aun sueño con príncipes azules y con vivir felices por siempre.
Yo.
La soñadora

Patricia Lara Pachón

Y la eternidad fue ese breve momento

 Y vio en sus ojos el amor de siempre. Se dio cuenta que en esa mirada  profunda era donde estaba su hogar. Al rodearla en sus brazos se sintió segura de nuevo y deseó con todas sus fuerzas que la vida se detuviera ahí mismo y fueran felices por los siglos de los siglos.

Y la eternidad fue ese breve momento y la felicidad fue eterna.

Patricia Lara P

De lechugas y otras asquerosidades


 No sé a ustedes, pero a mí la lechuga me da asquito. Prefiero no incluirla en mi dieta. Además hay otra clase de verduras que me encantan. ¿Porqué se preguntaran ustedes? Pues porque a las babosadas les encanta comerlas y hacerlas su casa de habitación. He dicho.


Patricia Lara P

Haiku

 Haiku


El otoño
a mis pies 
cruje

Patricia Lara P

Mi papá

 Papá

Hice las paces con mi papá hace muy poco tiempo. El falleció hace muchísimos años, sin embargo. Yo me "reconcilié" con él hará un año poco más o menos.
Mi hija estuvo muy enferma hace unos años. Yo sentía que se moría y ya estaba desesperada y sin esperanza. En medio de mi miedo, dolor y angustia le dije a papá. "Cuide a su nieta ya que a mi no supo cuidarme". En ese momento mi mente se abrió de pronto y también la de Ricardo. Nosotros sentíamos que lo habíamos hecho todo. Pero no, aún había otra puerta. Y la tomamos sin dudarlo un instante. Mi niña dice que sintió que su abuelo, la tomaba de las manos. Sintió su tibieza. Y desde ese momento, las cosas empezaron a mejorar.
Yo entendí que él la había cuidado. Pero la iluminación de ese momento fue hace poco. Un día que encontré en un marco de fotografías. La foto restaurada por mi esposo hace un montón de años y junto a ella la foto de mi niña. Ahí, en ese instante me di cuenta que papá me había escuchado y me había mostrado su amor cuidando de mi hija. El aún está con ella. Por el gusto de cuidarla pues yo lo liberé. Le dije. Papá, usted ya me cumplió, gracias. Si quiere, únicamente si así lo desea. Siga cuidando de ella. Pero usted ya me cumplió. Gracias.
Yo.
Patricia Lara.

A veces

 A veces

La niña que hay en mi
Salta por el rabillo de mis ojos
Sobre las hojas doradas por el sol
Y tan crujientes.
A veces esa misma criatura
Baila sobre los charcos y arroyos que la lluvia forma en las calles.
También esa chiquilla susurra toda clase de canciones.
La gente mira a la mujer madura que sonríe y sin saberlo siente que la intuye.

Patricia Lara P

Me acuerdo (II) El velorio

 El velorio  Me acuerdo cuando  en la casa de la abuela velaron esa niña recién nacida. Me acuerdo que le pusieron mi vestido y zapatos de b...