Ya no hay problema le dijeron. Ahora vaya a su casa, acuéstese, tome algo para el dolor e intente dormir un buen rato. En un par de días va a estar usted como nueva. Eso sí, cuídese mucho. Recuerde que no le será de beneficio embarazarse de nuevo y menos tan pronto.
Nadie le dijo, que en adelante. Todas las noches escucharía el llanto de un niño, de su niño. Gemidos que solo escucharía ella, y nadie mas. Nadie le dijo que todas las noches sentiría un dolor atroz. Un golpe sordo en las entrañas. Nadie le dijo que arrullaría por toda la eternidad esa cobija sucia. Manchada por sus lágrimas y por su mal de conciencia. No, a ella nadie se lo dijo.
Patricia Lara
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