Perro que ladra
Ladraba. Ladraba tanto que ya la gente lo veía y decía... "Perro que ladra no muerde". Y se le pavoneaban de frente, y le enseñaban los dientes y se reían al principio a sus espaldas y ya con el tiempo de frente; en su propia cara. Y seguía ladrando y arrojando babas espesas y amargas.
Ladraba. Ladraba tanto que ya la gente lo veía y decía... "Perro que ladra no muerde". Y se le pavoneaban de frente, y le enseñaban los dientes y se reían al principio a sus espaldas y ya con el tiempo de frente; en su propia cara. Y seguía ladrando y arrojando babas espesas y amargas.
Un día, cansado ya de ladrar y ladrar
dejó de hacerlo. Aun así aquellos que se burlaban del perro no dejaron de
hacerlo. Ya en ese instante el dicho no le quedaba…
Patricia Lara P.
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