sábado, 23 de enero de 2016

Perro que ladra...



Perro que ladra

Ladraba.  Ladraba tanto que ya la gente lo veía y decía... "Perro que ladra no muerde".  Y se le pavoneaban de frente, y le enseñaban los dientes y se reían al principio a sus espaldas y ya con el tiempo de frente; en su propia cara.  Y seguía ladrando y arrojando babas espesas y amargas.
Un día, cansado ya de ladrar y ladrar dejó de hacerlo.  Aun así aquellos que se burlaban del perro no dejaron de hacerlo.  Ya en ese instante el dicho no le quedaba…
Patricia Lara P.

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