En las mañanas
cuando despierto
y no recuerdo mis sueños;
o no he soñado nada.
Siento que reviví,
intuyo que regreso
de la tumba del sueño
y renazco.
En las mañanas
cuando despierto
y recuerdo mis sueños
intento retenerlos,
analizarlos,
analizarme,
entenderme desde el inconsciente,
encontrar los motivos;
lo que me dice el sueño.
Y cometer menos errores
de los que día a día
cometo.
En las mañanas
cuando despierto
y me acurruco en mi
o corro a empezar el día.
Me doy cuenta
que Dios me da otra oportunidad
de ser, hacer y pensar.
Y algunas veces la aprovecho
y otras tantas la dejo pasar
pensando,
imaginando;
que mañana será otro día
que muy seguramente podré
ser, hacer y pensar.
Lo que no se me ocurre
En las mañanas
cuando me despierto
es que esté puede ser
el último de mis días
y que quizás
deje cosas inconclusas,
palabras que no dije
o diré.
Que no escribí
O escribiré.
Pues por las mañanas
cuando me despierto
solo pienso en el momento,
en la resurrección
y no, en mi último instante.