
Estoy atravesando uno de esos momentos en los cuales a pesar de que no hay problemas, todo anda bien. Me siento inadecuada o inadaptada o sencillamente mal ubicada. Emocional, social, familiar... no sé.
Uno de esos momentos en que todo está tranquilo pero no es suficiente para sentirme alegre, o feliz o sencillamente motivada a hacer cosas, a escribir pensamientos y volar y soñar.
Uno de esos momentos en que somos pero no somos y estamos pero no estamos y sentimos pero no como se debería sentir para saberse vivo.
Me hiciste acordar de:
ResponderEliminar"Y hay días en que somos tan sórdidos, tan sórdidos,
como la entraña obscura de obscuro pedernal:
la noche nos sorprende con sus profusas lámparas,
en rútilas monedas tasando el Bien y el Mal.
Y hay días en que somos tan lúbricos, tan lúbricos,
que nos depara en vano su carne la mujer:
tras de ceñir un talle y acariciar un seno,
la redondez de un fruto nos vuelve a estremecer.
Y hay días en que somos tan lúgubres, tan lúgubres,
como en las noches lúgubres el llanto del pinar.
El alma gime entonces bajo el dolor del mundo,
y acaso ni Dios mismo nos pueda consolar."
En muchas veces Porfirio sale de su tumba y vuelve a vivir en la vida de otros
Un saludo
Hacen parte de la vida estos momentos Francisco. Afortunadamente hay de todo y los momentos malos son olvidados por los buenos que perduran más en el tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte y un gracias por leerme y entenderme.