
Anoche soñé
con unas hermosas antigüedades
un calendario aun mayor que yo
pero en perfecto estado
el tiempo que en él pasó
no le había pasado realmente
y con unas flores minúsculas
de juguete.
También muñecos
y cosas absolutamente hermosas,
bellas.
Mi corazón se arrugó
ante tanta belleza
pero más al sentir
que el tiempo se fue
que la infancia pasó
que a lo mejor el sueño
me recordaba cosas
que dejé de hacer.
Quizás jugué poco
o hay cosas que no hice
y mi instinto,
mi cerebro me recuerdan.
Anoche soñé
con miniaturas de juguete
y al despertar
ya no hay juguetes
hay almanaque y tiempo.
tiempo que se va volando
o que se desliza entre los dedos.
Anoche soñé
y casi nunca recuerdo mis sueños.
pero anoche soñé
con infancias lejanas
y con cosas que seguro
aun no hice
pero que mi corazón
o mi cerebro
me dicen que debo hacer
pues el tiempo se va
como el viento
o como se escurre
el agua entre los dedos.
Anoche soñé
que no soy eterna
y que debo hacer cosas
escribir palabras
que no se lleve el viento,
que no se escurren como el agua,
que no se deslizan como arena.
Palabras, letras
que a lo mejor se olvidan
por un tiempo
pero al releerlas ahí estarán
y al estar ellas
estaré yo
y no seré
viento, ni arena ni agua
-pasajeras-
y estaré perenne
como el almanaque de hace años
al que le pasó el tiempo
sin pasarle.
Anoche soñé y al despertar
me di cuenta que debo seguir
viviendo, haciendo y pensando
y que debo jugar más
y reír más,
y por supuesto soñar despierta aun más.
Pues eso fue lo que anoche soñé.
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