Por la casa camina
el ánima sola
ella espanta al gato
que eriza la cola
el perro la percibe
y ladrando se desinhibe.
Escuchando sus pasos
por los rincones
me asusto yo pensando
que en algún tiempo
poco o mucho
seremos dos
los espantos.
Dos ánimas ya no tan solas
que se acompañan
y a ratos cantan
y se espantan.
Dos ánimas
ya no tan solas
que hablaran amigablemente
mientras el gato
bate la cola.
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