lunes, 30 de mayo de 2011

Respiro

Citado en ese cuarto de hotel y con gran curiosidad él llega hasta la recepción. Allí le indican que entre sin llamar y cierre la puerta tras de sí. Curioso, algo atemorizado y hasta preocupado ingresa. El cuarto está sumido en la penumbra aun cuando no es noche cerrada, el ambiente es cálido y un suave perfume lo invade. Al cabo de un momento, un instante muy seguramente; sus ojos se adaptan y ve parada en frente suyo a una mujer que instintivamente reconoce. No sabe qué hacer, si aproximarse o no. Si tomarle las manos o no. Si hablar y romper el hechizo o gritar y dejarse llevar por el momento mismo. Tampoco sabe cuál será la reacción de quien en la oscuridad lo espera. Casi se pueden escuchar las respiraciones aceleradas y los corazones a punto de alzar el vuelo.

Ahí están los dos en ese momento y hora detenido en el tiempo y el espacio y sin saber a ciencia cierta qué es lo les depara el destino.

viernes, 27 de mayo de 2011

Desconcertante

Me desconcierto,

todo está muy bien;

no solo bien,

sino muy bien,

y de pronto:

una montaña se alza

un muro se levanta

y yo me desubico.

Me desconcierto,

todo está muy bien;

no solo bien,

sino muy bien,

y de pronto:

Un volcán hace erupción

un tornado se yergue

y lo destruye todo.

Me desconcierto,

todo está bien,

no solamente bien,

sino muy bien;

y como siempre

llega alguien

que lo complica todo

y yo me desconcierto.

jueves, 26 de mayo de 2011

Lo llamaban el Muan

(Mohán)

Vivía a orillas del río y era un experto en consolar mujeres. Jóvenes o viejas, gordas o flacas, bonitas o feas, con bella dentadura o desdentadas. Él las veía llegar cariacontecidas, ojos llorosos, maltratadas muy seguramente por sus esposos o sus familias y claro, el famoso Muan siempre estaba ahí para consolarlas.

Se les acercaba solícito, atento. Les ayudaba con las grandes cargas de ropa primero y luego les entablaba conversación para hacer más fácil la tarea de lavar, despercudir e incluso zurcir. Y claro, en el transcurso del día o de una que otra semana las convencía, las enamoraba.

Era un hombre atento, educado, y no muy feo por cierto, que llegaba cargado de sonrisas y de algún pequeño regalo; pero sobre todo cariñoso y preocupado por el bienestar de la dama y por eso siempre las conquistaba.

Se entregaban a él por el solo placer de saber que engañaban y de algún modo le hacían daño a su victimario. Y luego por el placer en sí mismo, que el hombre les proporcionaba pues era un gran conocedor del arte de hacer el amor. Conocía sitios, partes del cuerpo que jamás pensaron ellas les proporcionarían tanto placer y al entregarse explotaban. Exploraba su cuerpo de forma tal que enloquecían y acudían cada vez más a su encuentro.

Al cabo de un tiempo no había forma de ocultar lo que sentían y no pudiendo hacer frente a la situación en sí y admitir lo que en ellas pasaba declaraban con chispas de satisfacción en la mirada y que solo ellas mismas entendían que habían sido embrujadas.

Solo un hechizo las haría hacer lo que hacían. Jamás en sus cabezas entraría la más mínima posibilidad de ser infieles, de engañar a sus familias con tal saña. Así, que el malévolo Muan era el único responsable.

Por eso las mujeres no debían acudir solas al río, por eso no debían dejar que la noche llegara estando allí, por eso ellas no eran responsables jamás de lo que sucedía.

A orillas del río es que habita el Muan. La gente cree que es uno solo pero no… Muanes hay muchos.

¿Alguien tiene ropa para lavar?

miércoles, 25 de mayo de 2011

La llorona

Esta es una mujer que llora y llora

Clamando por sus hijos a toda hora.

Dónde estarán mis hijos ella pregunta

Dónde dejé mis hijos ella se exhorta.

Un hombre solitario que por allí pasa.

se espantó tanto, tanto

que encaneció de pronto

y murió de infarto.

Desde ese justo día

Él la acompaña

Y entre los dos buscan a los infantes

Hoy en día ella; no llora tanto

y él la acompaña siempre, sin gran espanto

Dónde estarán mis hijos pregunta ella

y él besando su pelo ya la conforta

Dónde estarán mis hijos

suspira ella

y él la llena de besos y la consuela.

Lo que vi en estos días

Un hermoso pan... un poco duro pero hermoso
y además el primero de otros.
Mi hermoso gato envasado
Una flor que merece ser inmortalizada.

El burro Acostado

El burro acostado: Cuenta la historia lejana muyyyyy lejana que un hombre sospechando de la infidelidad de su mujer y ante la inminencia de un viaje decidió pintarle en el trasero un burro. Ella apenas el hombre partió efectivamente llamó a su amante y después de dos o tres días de regocijos y de amores y sabiendo que su esposo estaba por llegar recordó el burro. Así que le dijo a su amante que debía pintarle uno. Él diligente cumple la tarea.

Llega el esposo y lo primero que solicita es mirar el burro, así que furioso le pregunta por qué motivo el burro esta acostado cuando él había pintado un burro parado. Respondiendo ella prontamente que después de tres días seguro, segurito se había cansado.

Historias viejas con las que nos criaron a mis hermanos y a mí. Así que al ver la imagen que les presento la recordé y decidí compartirla con ustedes mis amigos.

martes, 24 de mayo de 2011

Esperanza

Se sentó a esperar desde siempre. ¿Qué era lo que ella esperaba? No lo sabía, pero sentía adentro en su interior que debía esperar sentada pues parada se cansaría mucho más y si se acostaba corría el peligro de dormirse y dejar pasar lo que deseaba. ¿Qué era lo que ella deseaba? Tampoco lo sabía pero adentro en su interior ella sentía que deseaba algo y que ese algo la encontraría sin buscarlo.

Llegaron muchas cosas a su lado pero nunca fueron bastante interesantes como para que ella dejara de esperar y de pensar.

Pasaron tantas cosas por su lado mientras ella esperaba y las dejaba ir sin más, sin remordimientos siquiera pues ella muy adentro intuía que no era lo que ella esperaba y deseaba.

Y siguió esperando ahí sentada. Y los ojos se le opacaron de mirar al vacío y las manos se arrugaron y ya ni lograban asir y los brazos caídos a los lados pesaban tanto.

Y pasaron los años y los años y ella nunca se cansó de esperar pero la vida si se cansó de ella y partió un día a esperar a otra parte.

Las gentes aun la ven ahí sentada sin hablar con nadie, sin reír, sin llorar; esperando que por fin un día se olviden que ella es, fue y será un fantasma.

El fantasma que espera.

domingo, 22 de mayo de 2011

Vida eterna

Hincada, de rodillas en la iglesia oscura y fría, frente a un Cristo herido y sangrante Ella pedía vida eterna. Tras la columna la observaba implacable una sombra. Al salir de la iglesia la alcanzó en una de las tantas calles intrincadas de uno de los tantos pueblos del mundo y al verla, la mujer se dio cuenta que había perdido. La había alcanzado a pesar de sus ruegos.

La muerte la miró directamente a los ojos y le dijo: Pedías a quien no era. Él nunca te concederá lo que no puede ni debe pues entre sus preceptos están el nacer y el morir. Yo, en cambio si puedo concederte lo que pides.

Mientras la miraba asustada primero, asombrada después y esperanzada en el siguiente instante le dijo: ¿Y qué tengo que hacer para lograr tu favor?

Mirándola desde sus cuencas oscuras le dijo. Hacer mi tarea. Quieres decir; ¿matar, asesinar?

No, replicó la muerte, yo no soy asesina, yo cumplo una tarea. Tú serías mi asistente pues ya estoy muy cansada. Cumplir la misión que me fue encomendada es triste, agotador y hasta aburridor. Te digo esto por si deseas tomar lo que te ofrezco, ya que a mí me fue impuesta. No digas luego que no te lo advertí.

Gozaras vida eterna pero no descansaras ni un solo instante pues la labor de conducir las almas al camino no da espera.

¿Y entonces de qué me servirá vivir eternamente?

No sé, tú lo pedías y ahora que está en mis manos, en mi hoz concedértela te la ofrezco. ¿La quieres?

El biorritmo -microcuento-

Tenemos que hablar. Mi biorritmo dice que no debo encarar problemas sentimentales hoy, así que no me busques pleito. Pero el mío dice que hoy es el momento y muy seguramente cuando yo lo tenga bajo no querré discutir. Hmmmm, pues habrá que buscar otro momento; uno que sea propicio para los dos. Ok, entonces esperemos.

viernes, 20 de mayo de 2011

Miedos


Uno tiene derecho a tener miedo;

es como el derecho intrínseco de amar y ser amado

de odiar y de llorar y de sentir cosas.

Uno al igual que el resto del mundo

Puede y debe sentir miedo

temor, terror y similares.

Uno puede extenderse en amar

pero el miedo lo juzgan

lo menos precian

lo menoscaban.

Uno tiene derecho a sentir miedo

a esconderse o a huir.

A manifestarlo.

Igual que amamos u odiamos

tememos

Nos desvelamos pensando

en el objeto de nuestro temor

y hasta sudamos y tenemos pesadillas.

Uno tiene derecho a tener miedo

Por el solo hecho ser

Y de existir uno ya tiene derecho

De sentir miedo.

(Oleo de Ricardo Gabelo Lara)

________

Miedos
que te inspiran,
miedos que te alejan
los benditos miedos
nos ponen perplejas
y, así, como vamos,
poniéndonos viejas
sigue estando el miedo
más cerca, más cerca...

Miedo del que viene
y del que se aleja

Bendito este miedo,
que a veces cobija
el alma y el cuerpo
trayéndonos eso
que es tan importante
como apreciar la vida

Benditos tus miedos
si ellos te protegen
te atan a la vida
y hacen que te alejes
del peligro cierto
y del presumido.

B. Osiris B.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Soy un gatico muy perrigroso

Soy un gatico que tende la cama

y mamí sabe que soy perrigroso

Ella tende a cobija

yo adentro

sento que soy perrigroso

que ataco fierras salvajes

mamí juega yo peleo

mamí ríe yo mauyo

soy un gatico muy perrigroso

Mamí me ama.

Y dice mientras me besa:

"Sonrío todos los días muchas más veces

gracias a tí Gustavo"

Y yo, que soy un gatico tan perrigroso

me arruncho a su lado

y ronroneo feliz

pues yo… también la amo.

G.A.B.L.

Antes de que emigre la primavera


Antes de que emigre la primavera

a ser transfiguración del bello estío,

mi alma vegetal confiesa y testifica

que me ha plagado de selvas y sólidas raíces.

Caterva inmensa de aromas y colores,

inundan mi razón y mis sentidos.

Diluvio de flores inundando los parajes,

me empapan de emoción y cálidas sonrisas.

Cascada azucarada de mixtura y textura,

transformando las letras en pétalos de lluvia.

Sonetos, versos e historias transformadas

En bálsamo pletórico y pueril evocación.

Efluvio que me baña mojando cada palmo,

de amores y de estimas bordados con caricias,

coloración de tonos caprichos de natura,

semblante de palabras con ánimas creadas.

Tonalidad profunda con amistad trazada,

brote que se va abriendo con elogios y riegos,

Lectores expectantes cual sabios silenciosos,

Vivencias con requiebros sin tono lisonjero.

Las féminas perennes emanan sus fragancias,

los masculinos seres arbóreos y galantes

forman un marco y césped por donde ellas transitan,

cuidando sus pisadas, guardando sus escritos.

Y todos estos seres cual bálsamo que sana,

me cuidan y pretenden el convertirme en hada,

haciendo que mis juegos se vuelvan un presente

y su deseos anidan cual mies entre mis manos.

Y mi energía se vuelca en construirles cuentos

y ellas son las princesas y ellos eternos héroes,

donde los plasma mi alma como los miro yo,

radiantes como astros y de esplendor eterno.

Y sé que lo que fabrico como un humilde alfarero,

jamás plasmará su alma, tampoco su corazón,

pero este es mi noble intento de dar reciprocidad

a sus versos y oraciones sus risas y amistad.


Yolanda de la Colina Flores

18 de mayo del 2011

Me acuerdo (II) El velorio

 El velorio  Me acuerdo cuando  en la casa de la abuela velaron esa niña recién nacida. Me acuerdo que le pusieron mi vestido y zapatos de b...