jueves, 5 de mayo de 2011

Acidez


Su estado anímico no era el óptimo, tenía preocupación por los amigos ausentes que no le habían llamado hace días, una ligera desazón por no poder ver unas fotos que le interesaban visualizar, un mal genio que le proporcionaba el tener que realizar una serie de requisitos de internet para acceder a ellas, depresión por una llovizna constante a la que no estaba acostumbrada, una angustia exasperante por la ruptura de dos de sus siempre flamantes uñas cuidadas y arregladas con tanto esmero día a día, pero eso no era lo peor que le iba a suceder en ese día, algo maligno y candente dentro de ella iba creciendo lentamente tomándose su tiempo.

Infructuoso fue tratar de distraerse con los envíos que recibía a diario en su computadora, de repente empezó a sentir un ardor en la parte baja del pecho, y un sabor que no sabía distinguir le invadía. No entendía que pasaba ella no fumaba, tampoco ingería café en forma excesiva, aunque le encantaba, no había tenido visitas ni ocasión especial que le llevase a beber ni una gota de alcohol. No había ingerido nada cítrico, tampoco tuvo ingesta de tomate o cebolla o comidas grasosas que es lo que comúnmente provoca estas situaciones, en los postres tampoco existía ninguna irregularidad, lo entendería si hubiera ingerido algún chocolate y ella definitivamente lo tenía proscrito de su tabla alimenticia porque le resultaba repulsivo.

¿De dónde entonces provenía ese dolor pertinaz y acidez estomacal que en su interior iba creciendo? No acertaba a esclarecerlo. Sabía que las viejas consejas para la eliminación del mismo no le serviría. No le servía el pare de fumar, ni el no coma en exceso, estaba a dieta, Pierda peso… si en eso estaba!!!! Coma comidas con un alto contenido de proteína y bajo en grasa. Que no había dicho que estaba a dieta? Evite ropa apretada y cinturones ajustados… ¿Y cómo se percatarán de que verdaderamente estoy bajando de peso si no puedo insinuar mis curvas? Trate de comer por lo menos dos o tres horas antes de acostarse…. ¿ Así que ahora debo comer a las 22:00 hrs? Si toma siestas, trate de dormir sobre un asiento…. No tengo tiempo para siestas. Finalmente la última recomendación la desechó por completo, porque le pareció un poco risible y poco afortunada para quienes duermen en pareja, pensó esbozando una sonrisa: – Coloque bloques de 15 a 23 cm debajo de las patas delanteras de su cama con el objeto de levantarla-

La utilización de los antiácidos la amilanó debido a las contraindicaciones… “este producto puede causarle flatulencias o estreñimiento”. Buscó ayuda en wikipedia y eso ya la hizo tirarse al suelo de la risa…. “Busque antiácidos que contengan tanto hidróxido de magnesio como hidróxido de aluminio. Uno causa constipación mientras que el otro causa diarrea”

De pronto un sonido a lo lejos llama su atención, las noticias tan ansiadas de los amigos lejanos llegan por fin vía telefónica, alguien más le hace llegar las fotos a las que no podía acceder, le llegan recetas y consejos de amigos que han sufrido lo mismo que ella y de repente el dolor empieza a ceder, recibe mensajes que van matizando el color en su vida y por un momento ya no recuerda que afuera llueve, al fin algo que le quemaba las entrañas va saliendo de su cuerpo y ella ha vuelto a ser la misma.

¿Será que nuestra protagonista realmente tuvo un desorden alimenticio, se bebió más café de la cuenta, se sorbió uno que otro copetín?….¿o tal vez será que solo ha estado somatizando sus diversos estados de ánimo?

¿No será realmente que el cariño y atención de aquellos que nos importan y a quienes les importamos curan cualquier mal, sea una afección física real o solamente somatizada?

Yolanda de la Colina Flores

5 de mayo del 2011

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