miércoles, 18 de mayo de 2011

Antes de que emigre la primavera


Antes de que emigre la primavera

a ser transfiguración del bello estío,

mi alma vegetal confiesa y testifica

que me ha plagado de selvas y sólidas raíces.

Caterva inmensa de aromas y colores,

inundan mi razón y mis sentidos.

Diluvio de flores inundando los parajes,

me empapan de emoción y cálidas sonrisas.

Cascada azucarada de mixtura y textura,

transformando las letras en pétalos de lluvia.

Sonetos, versos e historias transformadas

En bálsamo pletórico y pueril evocación.

Efluvio que me baña mojando cada palmo,

de amores y de estimas bordados con caricias,

coloración de tonos caprichos de natura,

semblante de palabras con ánimas creadas.

Tonalidad profunda con amistad trazada,

brote que se va abriendo con elogios y riegos,

Lectores expectantes cual sabios silenciosos,

Vivencias con requiebros sin tono lisonjero.

Las féminas perennes emanan sus fragancias,

los masculinos seres arbóreos y galantes

forman un marco y césped por donde ellas transitan,

cuidando sus pisadas, guardando sus escritos.

Y todos estos seres cual bálsamo que sana,

me cuidan y pretenden el convertirme en hada,

haciendo que mis juegos se vuelvan un presente

y su deseos anidan cual mies entre mis manos.

Y mi energía se vuelca en construirles cuentos

y ellas son las princesas y ellos eternos héroes,

donde los plasma mi alma como los miro yo,

radiantes como astros y de esplendor eterno.

Y sé que lo que fabrico como un humilde alfarero,

jamás plasmará su alma, tampoco su corazón,

pero este es mi noble intento de dar reciprocidad

a sus versos y oraciones sus risas y amistad.


Yolanda de la Colina Flores

18 de mayo del 2011

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