Fue amor a primera vista, verse y amarse. Irremediablemente perdidos en el tiempo y en la distancia. Curiosamente pasaban frente a un motel. Y al cruzarse sus manos se agarraron y caminaron hacía la puerta, y de allí a un cuarto indefinible. Se amaron lentamente primero y con un loco frenesí después. Se vistieron despacio. Él en el baño y también él recogiendo sus ropas que fueron arrojadas al piso, a la cama igual que palomas muertas.
Salieron juntos de allí, aun tomados de la mano y luego y sin verse siquiera, se dieron la espalda mutuamente.
Cada uno prosiguió su camino. Ninguno supo el nombre, el apellido, el teléfono, o dirección alguna del otro.
El amor murió así como nació. Igual nadie puede dudar que fue a primera vista.
Patricia Lara P
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