martes, 27 de octubre de 2009

Linda mi negra donde andará.

Linda mi negra donde andará,
déjenmela ir llorando que
yo la iré a consolar.
Si mi negra llora le
han pagado mal.
Cada vez que la bisabuela, en el rancho; escuchaba al bisabuelo llegar tarde en la noche y cantando esa canción, lo sabía. Era fija la golpiza... En aquella época las mujeres eran maltratadas por todos. Pero más por sus propios maridos, que las consideraban de su propiedad; más aún cuando había sido comprada, pagada con dinero y convertida en concubina primero, y luego por el tiempo y la necesidad, y a lo mejor por amor también; en esposa.
De esa unión de negra esclava con blanco de "buena familia" Provenía mi abuela. Negra hermosa, garbosa, alta, orgullosa, digna representante de su raza. Era mestiza ella, pero por decisión y por color, era Negra; negra como su destino tan similar al de su madre. Mi abuela, otra mujer ya no compraba por dinero pero si con mimos y mentiras. Amor y golpes o golpes y amor. Hijos a montones, muchos. Mi madre una de ellos. Pero ella si blanca, ojos castaños claro, hermosa como la madre y el orgullo de ambos; del padre blanco y de la mujer Negra.
Cuando quedé embarazada por primera vez, supe que sería un varón. En mi mente estaba claramente dibujado ese muchacho hermoso que hoy miro con amor la mayoría de las veces, ja ja ja ja. (En otras me da unas rabias que ni para que cuento). Al embarazarme por segunda vez, esperando un niño, siempre supe, adentro de mi mente y de mi corazón que sería una niña. Mi amor se desbordó por todos mis rincones y la ame con locura. Pero, la soñaba, la imaginaba, la idealizaba negra. Negra como la bisabuela maltratada, negra como mi abuela triste y no blanca como mi madre y como yo.
Quizá soñaba que el destino cruel de las dos negras, en mi niña cambiaría y significaría que todos los sufrimientos de estas dos valerosas mujeres y sus dolores serían validados únicamente y gracias, a la vida maravillosa que ella, mi muñeca llevaría. Era como si el destino de ellas, fuera  con el fin de traer al mundo un ser que las representara dignamente y las rescatara de sus anteriores agonías.
Mi princesa nació blanca igual a su hermano y hermosa como una flor en primavera y llena del rocío de la mañana, pero es la digna representante de esas dos negras maravillosas, Ella lleva su sangre con orgullo y amor.

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