lunes, 26 de octubre de 2009

Apetito

Siempre pensé que lo que más me gustaba era comer gente ensangrentada. Pero creo que era por las prisas. Un día me di mi tiempo y fui comiendo despacio, seccionando partes que luego cocinaba lentamente con finas hierbas; usando cubiertos, servilleta y mantel.
La experiencia fue tan agradable, tan maravillosa, tan gloriosa; que no la cambio por nada. Además mi comida dura mas tiempo y no tengo que salir diariamente a buscarla.
Los dejo cómodamente sentados en la bañera mientas se van desangrando lentamente. Vivos y amordazados pero imaginándome sus gritos saben mucho mejor.
¿Gustas?

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