Olvidó que no quería olvidar nada, pues sentía el olvido como la muerte misma. Olvidó que lo amaba y por lo tanto no fue importante que estuviera ahí o no estuviera. Olvidó su sonrisa, el color de sus ojos, la tibieza de su piel sobre su piel y olvido también su propia realidad.
Se imaginó como una nube y ahora ahí
está ella... suspendida sobre sí misma y su olvido.
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