La palabra se me
convirtió en un vicio.
Yo hablo poco.
Escribo mucho.
Mis dedos no saben
guardar secretos
y acarician el lápiz
y el papel
o el teclado
y cantarinamente
dejan su huella.
Cristal rajado Una ventana grande, grande, vidrios empañados por la mugre de años. Grasa, sudor, agua, sal, polvo; todo tan empegotado qu...
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