martes, 17 de septiembre de 2013

Me volví vieja





Quiero ser caracol o tortuga y llevar mi casita y posesiones a cuestas.  Si salgo me sucede lo que a los niños chiquitos extraño mi cama, extraño mis tres almohadas y extraño la independencia que me da estar en mis terrenos.
Si salgo no deseo cambiar mi casa por un colchón en el piso, por amontonamientos de gentes.  No deseo cambiar mi cocina y preparar alimentos para nosotros cuatro por cocina ajena y comida para 10 o 15 o 20.
Creo que me volví vieja.  Y los viejos se vuelven "chochos".  Por ahí algún día escuche lo siguiente: “Es mejor ser un viejo chocho que una vieja chocha".  De todas formas al ser mujer no tengo opción para cambiar de género y si pudiera hacerlo tampoco lo haría pues pertenecer al gremio mujeril y brujil me encanta.
Así; que si las condiciones de vida al salir a “vacaciones”, van a cambiar y no va a ser para mejorar; mejor me quedo en mi casa, con mi cama, mis tres almohadas, mi televisor en frente, y el control del televisor en la mano,  y con mis tiestos y ollas para cocinar para cuatro.

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