Y cada vez que toma uno una actitud o situación de la vida que acaba,
termina o finaliza. La introduce en uno de los rincones de la
mente y la deja ahí. No olvidada por supuesto. Solo la deja ahí
para usarla como "experiencia" en situaciones similares de la propia
vida o de los otros miembros de nuestro círculo más cercano. Pues no solo la familia debe
conocer nuestras vivencias y aprender y aprehender de ella para no incurrir en
los mismos errores o lo que es mejor para ser mejores y más exitosos.
Y entonces esa situación duerme por ratos y otros se despierta y ahí
empieza como a carcomer o a dar vueltas como un perro que quiere dormir y uno
se dice a si mismo... "Pude haber hecho esto o aquello" o "pude
hacer" o "debí" pero eso no dejara nunca de ser
suposiciones. Pues la vida con todo y lo larga que es no da segundas
oportunidades... adicionalmente que dicen que "segundas partes nunca
fueron buenas", así que; ¿De qué valdría que las tuviéramos?
Y bueno. Esas situaciones si
fueron buenas nos hacen sonreír y nos hacen sentir mejores y más valiosas personas. Pero si fueron
malas nos remuerden y lastiman y a veces ponen en nuestras mentes actitudes
derrotistas que pueden acabar con el mejor de todos. De todas formas no hay que llorar sobre la
leche derramada y mejor tratar de recordar siempre pero sin hacernos daño por
lo bueno, lo regular o lo malo que hicimos o dejamos de hacer.
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