domingo, 22 de septiembre de 2013

Bien limpia





Soy perezosa de nacimiento.  Así que procuro suavizarme el trabajo tanto como se pueda. 
Me estoy duchando y mi mirada se dirige a la esponja de alambre que siempre tengo ahí para con el pie o con la mano dar una restregada  para que la mugre no se acumule tanto y luego resulte más sencillo asear.
Entonces mi mirada se dirige a ella.  Yo me siento tan sucia que deseo limpiarme a fondo, no como todos los días con agua caliente, estropajo y jabón.  Tomo entonces  la esponja y empiezo a frotarme bien.  Al principio con suavidad para no herirme y luego ante la resistencia de la suciedad  más fuerte.  Por fin la mugre sale y fluye purpura y dorado  hacía el drenaje.



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