Cerró los ojos y visualizó el túnel negro; siempre lo imaginó; como esos de los que hablan en astronomía. Un hoyo de los que se traga todo, todo lo que va encontrando a su paso. Ella en ese instante solo pensaba en el túnel negro. No pensó jamás en lo que algunos llaman la luz al final. Para ella la muerte era eso... un túnel negro devorándolo todo... guardándolo en su interior por los siglos de los siglos o quizá hasta haciéndole digestión y eliminando lo malo para dejar lo bueno.
Quién sabe si al
final, ya lleno, y hasta un poco indigesto. Vomitara lo que contenía y la
vida iniciara de nuevo.
Por el momento, lo
que imaginaba no dejaba de ser más que conjeturas; suposiciones varias de una
mente que siempre pensaba.
Así que ella visualizó el túnel, y su
mente y espíritu; los dos juntos o los dos la misma cosa ¿Quién sabe?
Entraron por el boquete aquel que no conducía a nada. Se fueron
internando más y más en la oscuridad total y aguardaron.
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