jueves, 22 de agosto de 2013

El ángel





Luego  de nueve  meses   y dos días   -según sus cuentas-  y  quince días antes
-según las cuentas del médico- Ella dio a luz.  Fueron 12 horas de trabajo extenuante de parto, y luego de pujar, sudar, gritar, chillar y hasta llorar; parió por fin…  un huevo.  Fue noticia nacional e internacional. Los periodistas la asediaron hasta que por fin lograron una entrevista y fotos.   Salió en primera página de periódicos y revistas y abrió todos los noticieros de radio y televisión.
Los médicos e incluso los “felices” padres no sabían qué hacer con aquel huevo, pero a un doctor se le ocurrió ponerlo en una incubadora y esperar a ver que sucedía. 
Veintiún días después rompió el cascaron un hermoso chiquillo con piel de querubín y un par de alas pequeñas.  Luego de un tiempo de los cañones salieron plumas.  Blancas, esponjosas y muy hermosas... que brillaban al sol y producían matices que alegraban las almas.
La mujer no sabía cómo comportarse ante su recién nacido.  No lograba saber si debía cuidarlo en su casa por lo menos diez y ocho años o subir a la terraza del hospital y darle un empujón para enseñarle a volar.
-Es que ser madre de un ángel es muy complicado-

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