domingo, 18 de agosto de 2013

Cincuenta años y un día





Llevo dando lora con mi cumpleaños más de un mes.  Mi hermosa hermanita me compró su regalo y me lo entregó ya hace tiempo.  Lo escondí para no tener la curiosidad de verlo antes.  Y es que la fecha para mí era además de muy asustadora como importante.
Osiris y Olga me sufrieron mucho.  “No sé si estar triste o feliz”  yo les decía jajajajaja.  Osi, me escribió poemas, cuentos y demás... ya al final me dijo.  Noooo si para cuando yo cumpla los 50 la fecha no va a significar nada.   (jajajaja) Olga me dijo que ella estaría allí con el bastón y las gafas cuando yo las necesitara.  Lo malo es que a ella le quedan solo unos días para cumplir los mismos años, así que ni se sienta tan polla la pobre jajajajajajaj.
Bueno, ayer llegó el día.  Me desperté Normal, me levanté a leer, copiar, pegar y responder todos mis mensajes.  Al cabo de un rato, decidí ponerme hermosa y lo logre... para que, pero sí que lo logre jajajajajaja
Destapé el regalo que me dio mi hermanita y eran un par de aretes y dije de plata y diamantes engarzados en un trabajo delicadísimo de filigrana.  Me encantó.
Mis hijos y Ricardo me dieron un celular que debía reunir muchas condiciones.  Se dieron a la tarea de buscarlo y casi... casi lo logran.  Finalmente sí,  es más inteligente que yo, pero por culpa de todo lo que ha avanzado la tecnología.  Mi hijo le puso carcaza anti golpes (por si tiemblo mucho) y también una cosa en la pantalla para que no se llene de huellas y de mugre el pobre.
Mi hija me cantó una canción que además de estar entre las que me gustan (Tácticas de guerra) me fascino pues su voz es dulce y encantadora y la forma en que vocaliza me encanta... además soy su madre y eso si no me lo quita nadie ni nada.
Llego mi sobrina Lina y me trajo un libro... no es por hacerle mala fama a la niña pero hace años le preste uno y esta es la hora que no me lo devuelve.  Para divertirse y además muy seguramente pensando que los cincuenta me tenían blandengue me lo pidió prestado (ja) estás loca le dije.  “Si quieres leerlo vienes a la casa y lo haces aquí”.  Un libro de asesinos y crímenes y demás… como me encantan.
Luego llegaron Jairo, Sandra y los niños.  Me trajeron una billetera hermosa, un par de aretes que aún no me estreno, y un collar de gata.  Ayyy que belleza.  Es lindo que la gente se tome su ratico para pensar en uno y en lo que a uno le gusta.  (Bello me pareció el detalle)
Salimos al restaurante y comimos rico, charlamos a gritos de un lado al otro de la mesa y la pasamos muy bien. 
La partida de la torta de chocolate, con adorno de chocolate y relleno de chocolate era en la casa. (¿Les dije que era de chocolate?)  Así después de salir de almorzar nos fuimos para la casa.  Apagué las velas, partimos la torta -deliciosa- la comimos y nos quedamos ahí charle que charle.  Dos noticias muy buenas.  Zoraida, Fernando y Diego compraron apartamento y ellos están felices, pero nosotros también lo estamos no solo por su compra sino por su felicidad.  Y Luz Ángela y Jahir compraron lote y construirán dos enormes casas para recibirnos a toooodos.
Me dieron ellos, de regalo un Bolso absolutamente divino y muy costoso.  (No sé si salir con él en bus o taxi) jajajajajajaja.  Me dio vergüenza y se lo dije a la comadre.  Pero ella muy dulce me dijo: “te mereces eso y más"
Ya en la tarde sentados alrededor de la mesa comiendo aceitunas y pepinitos que me obsequiaron Sandra y Jairo hace unos días.  Llaman a la puerta.  Sale Ricardo, entra, sale de nuevo y regresa otra vez y ahora atrás de él vienen tres señores bien vestidos, bonitos y con guitarras y cantandoooooo.  (Mi primera serenata de la vida y espero que no sea la última)
Pensé que era un obsequio más del consorte, él me mira con una sonrisa cómplice y me dice: “No es mía la serenata, es de tus hermanos”.
Yo que no tengo la lágrima presta, lloré.  Ahora que lo escribo se me hace un nudo en la garganta.  Y es que uno se siente realmente muy amado.  Cuando esos seres que compartieron contigo tantas cosas en la infancia y en la adolescencia, pero no muchas en la adultez por las distancia geográfica, no emocional.   Se toman el trabajo de estar a pesar de no estar.  Lloré de alegría, sentí el abrazo de mis hermanos, me sentí amada y le di gracias a Dios por hacerme sentir todas esas cosas.  Por permitirme tener estas tres familias conmigo y por ser la mujer que soy.
Dios les pague.
Me quedo corta con todo... pero las palabras no alcanzan.
Dios les pague.

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