No es que yo sea gris ni nada. Soy una
mujer en coloridos colores. Boca roja, mejillas sonrosadas, ojos color de
miel, pestañas negras, dientes nacarados, piel blanca, uñas multicolores y
si hablamos de ropa; más que todo negra; pero para ser
sincera no le temo a usar cualquier color.
Hay días opacos en lo externo que son muy
coloridos en lo interno o viceversa.
Los colores nos dan vitalidad, nos producen
sentires diversos, divergentes, convergentes y si estamos en uno de esos días
grises seguro nos pueden convertir en arcoíris.
No soy gris, ni negra, ni blanca. Soy arcoíris.
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