Y por tener ese hermoso par de alas Ángel fue llamado. El cura de la
iglesia consideraba que no había necesidad de bautizarlo pues pensaba que
no había nacido con el pecado original, pero la madre insistió e insistió tanto
que tuvo que hacerlo.
Ángel fue creciendo y haciéndose más y más hermoso. Ya no había
forma de ocultarle ese formidable par de alas... y tampoco había forma de hacer
que las usara. Le tenía pánico a las alturas.
Intentaron cortarle un poco las puntas de las plumas pero más se
tardaban ellos en hacerlo que las nuevas en salir con más vigor. Y Ángel
para nada se sentía raro, extraño o rechazado. Las niñas lo adoraban y
los chicos se sentían atraídos por él de alguna forma extraña. Y ni decir
cómo se sentía él... es que los ángeles al parecer son asexuados y el
disfrutaba y compartía gustos con todos.
Así que al principio las niñas pensaron en él de forma romántica pero
con el tiempo terminó convirtiéndose en una amiga más (jajaja) y con los chicos
la pasaba de maravilla también.
¿Será que el sexo complica la vida?
De todas formas el tiempo pasa, los chicos y chicas se fueron
emparejando y Ángel además de no querer volar se fue quedando solo. Se tornó
huraño, triste. La soledad es mala consejera.
Empezó a pensar qué hacer con su vida y no encontraba nada que le
gustara o que le llamara siquiera un poco la atención.
Un día subió a un edificio muy alto y miró todo lo que sus ojos podían
abarcar y sintió el viento que de alguna forma lo empujaba y casi escuchó una
voz que le decía "Vuela"
Sin pensarlo dos veces se despojó de sus ropas y voló. Era como si
siempre lo hubiera hecho, voló muy alto y se sintió tan feliz que no quería
dejar de hacerlo. Por fin Ángel entendió cuál era su destino en la tierra. Él era el ángel de la guarda de sus amigos y
vecinos. Y de esa forma fue muy feliz.
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