miércoles, 31 de julio de 2013

Odio



Es una palabra que me logra superar.  Me da miedo decirla, me da miedo escucharla y me da más miedo pronunciarla y ni hablar de lo que me da pensar en sentirlo.
Pero hoy sentí Odio en realidad.
Timbran  y cuando salgo están cortando el agua.  No llegó la factura pues hubo un daño y debía ir a solicitar una copia.  Yo lo habría hecho de haberlo sabido.  Pero me entere hoy, justo cuando me cortaban el servicio vital.
Le supliqué al señor que no la cortara y no hubo forma hasta que le di algún dinero que valiera la pena si acaso venían a revisar su trabajo y encontraban el agua sin cortar.  Tres días para la reconexión me obligaron a hacerlo.  ¿Cómo vive uno tres días sin agua en una ciudad?  Bueno... en cualquier parte.
Llamo a la empresa y me dicen el monto.  No me pueden expedir y enviar una copia al correo; debo ir a un supercade a solicitarla. 
Llego al sitio,  pregunto en recepción y una persona sin modales ni buenas maneras ni ánimos de atender a un cliente que pregunta amablemente da mal la instrucción.  Debo regresar a preguntar de nuevo y la tipa me mira como si yo fuera una retrasada mental.  Una señora que esta con ella.  No sé si otra empleada o no; me indica amablemente.  Voy al sitio y me dan un "ficho".  Me corresponde el turno A 557 en la casilla 17 de acueducto.  Me siento y miro y van en el turno A 127. 
Suspiro, me apiado de mí y llamo al consorte.  Le digo que me espere en unos tres días.  Al cabo de unos 25 o 30 minutos me llaman de la casilla.  Uffff, no sé cómo sea eso de los turnos pero gracias a Dios no me tocó esperar mucho.  Me expiden una factura nueva.  Voy a las casillas de pago y hago fila de nuevo.  Unos tres turnos adelante de mi hay un hombre que tiene una factura por 300 pesos.  Uno se asombra, suspira de nuevo y se resigna.  Pago y salgo. 
No sé dónde estoy, no hay un taxi a la vista.  Camino por unas calles completamente desconocidas.  Veo un bus (hace años no me subía a un bus) veo que me sirve pues tiene el nombre del barrio en el que vivo en el letrero de la ruta.  Me subo y sigo respirando profundo.
Necesito descargar toda esa furia loca que me invadió.  Me bajo unas 7 cuadras antes de llegar a mi destino y camino despacio. 
Aun siento esa furia loca.  Esa que seguro embarga al fuego antes de consumir totalmente un madero o un edificio. 
Respiro.

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