sábado, 20 de julio de 2013

De afectos y distancias



Hay afectos que se quedan a vivir en el alma,
que trascienden el tiempo y las distancias.
Afectos con una inexorable tendencia a crecer
y alimentar nuestra fe en el ser humano,
¡en la vida!
Son oasis en tiempos de sequía
para guarecernos de la aridez del camino,
son remanso de paz en la tormenta.
Lazos destinados a permanecer muy adentro,
en la profundidad de los dulces recuerdos de la niñez,
en la aventura novedosa de la juventud,
en la añoranza madura de la edad adulta.
Esos afectos, atados a momentos compartidos,
sonrisas en común y pequeñas aventuras cotidianas,
me hacen quien soy,
¡me alimentan!,
y me recuerdan que eres en mí
y soy en ti
en tanto te recuerdo –y te quiero-
en tanto me recuerdas –y me quieres-
A todo eso le dicen amistad.

¿Qué opinas tú?
B. Osiris B.

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