Eso de la media naranja para mí es una sin razón. Los seres
humanos somos diferentes. Completamente distintos unos de otros y si
hablamos de géneros mucho más. Dios -yo creo en Dios- nos hizo hombre y
mujer y por eso somos diferentes.
No tenemos la misma fuerza, no tenemos las mismas prioridades, pensamos
distinto. Frente a una misma situación
los hombres actúan diferente de cómo lo hacemos nosotras las mujeres.
Dios al momento de hacer su maravillosa obra; creo el día y la noche, luego separó el cielo
de la tierra y después las aguas de la tierra, procedió entonces a crear la
luna, el sol y las estrellas, hizo
después los animales y las
plantas, luego Dios fabricó de barro al hombre y por último y para coronar su
creación a la mujer de una de las costillas de aquel.
Dios empezó haciendo maravillas y terminó con lo mejor de lo
mejor. La mujer que es nido y es casa y es hogar.
La mujer que descubrió que se podía cultivar y se podían domesticar los
animales para tenerlos a su servicio. La mujer que descubrió el fuego no
solo para cocinar sino para mantener encendido el fuego del hogar y del amor. La mujer que confeccionó vestidos y
utensilios. La que deseó mejores cosas
para ella y sus seres queridos y lo fue logrando a fuerza de lucha, trabajo,
constancia y amor. Ante todo mucho amor.
Donde hay una mujer, hay flores, hay calidez, hay niños y
ancianos. Hay alegría y sonrisas… muchas sonrisas.
Por eso no debemos andar por la vida buscando una media naranja. Medio limón sería no solo ideal sino excelente.
Por eso no debemos andar por la vida buscando una media naranja. Medio limón sería no solo ideal sino excelente.
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