martes, 30 de julio de 2013

Media naranja y medio limón




Eso de la media naranja para mí es una sin razón.  Los seres humanos somos diferentes.  Completamente distintos unos de otros y si hablamos de géneros mucho más.  Dios -yo creo en Dios- nos hizo hombre y mujer y por eso somos diferentes. 
No tenemos la misma fuerza, no tenemos las mismas prioridades, pensamos distinto.  Frente a una misma situación los hombres actúan diferente de cómo lo hacemos nosotras las mujeres.
Dios al momento de hacer su maravillosa obra;  creo el día y la noche, luego separó el cielo de la tierra y después las aguas de la tierra, procedió entonces a crear la luna, el sol y las estrellas, hizo  después los animales  y las plantas, luego Dios fabricó de barro al hombre y por último y para coronar su creación a la mujer de una de las costillas de aquel.
Dios empezó haciendo maravillas y terminó con lo mejor de lo mejor.  La mujer que es nido y es casa y es hogar.
La mujer que descubrió que se podía cultivar y se podían domesticar los animales para tenerlos a su servicio.  La mujer que descubrió el fuego no solo para cocinar sino para mantener encendido el fuego del hogar y del amor.  La mujer que confeccionó vestidos y utensilios.  La que deseó mejores cosas para ella y sus seres queridos y lo fue logrando a fuerza de lucha, trabajo, constancia y amor.  Ante todo mucho amor.
Donde hay una mujer, hay flores, hay calidez, hay niños y ancianos.  Hay alegría y sonrisas… muchas sonrisas.
Por eso no debemos andar por la vida buscando una media naranja.  Medio limón sería no solo ideal sino excelente.


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