La luna está grandísima en el cielo,
se ve como dichosa, allá en lo alto
con su faz tan brillante da consuelo
y a más de uno deja en sobresalto.
Bajo el claro de luna, en plenilunio
hay conjuros de mágicos encantos
de espíritus, fantasmas y de espantos
o de almas ahuyentando su infortunio.
Se acongojan con esta luna llena
las almas solitarias, errabundas,
sintiendo una tristeza tremebunda
marejada ardiente de dolor y penas.
Al verla tan hermosa los poetas
y poetisas le cantan extasiados
a aquel amor que un día se ha marchado
y que hiere al corazón como saeta.
Los niños a su vista no resisten
el crear y recrear historias nuevas
do princesas y príncipes existen,
batallando con dragones en sus cuevas.
Esta noche Selene está de gala
su vestido es de nácar y de perlas
ha colmado con su luz toda mi sala
¡y yo no resistí en venir a verla!
B. Osisir B.
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