La vida no se detenía, estaba harta de ir y de venir y hacer sin parar
pues parecía que no había descanso. Quería sentarse un rato solo a ver
pasar las nubes sobre su cabeza sin hacer nada más. Pero como iban las
cosas nunca lo lograría a menos que le dejaran en el camposanto una ventana
abierta al cielo... jajajajaja, pensar en eso la hizo reír. Pero continuo
haciendo lo que debía. Y es que para ella el deber era el deber y
"había" que cumplir con todo.
La gente pensaba que no hacía nada. Había escuchado decir, “Que se
levantaba, desayunaba y quedaba libre”. Pero la libertad no era no hacer
nada. La libertad era decidir qué hacer
primero.
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