martes, 16 de julio de 2013

El hogar


Un regalito para Maruchita
en el día de su santo.

Era como si todo en ese sitio te esperara.  La naturaleza cobró vida apenas te bajaste del auto.  Los árboles se mecieron al viento, las aves dejaron oír sus trinos, el perro del vecino ladró y corrió hacia tus piernas olfateándote, un gato en el alfeizar de la ventana se estiró curioso pero al mismo tiempo fingiendo indiferencia.  Las ventanas mostraron las luces del interior de la casa permitiendo ver algunas sombras; perfiles de los seres que allí te aguardaban.   Y de la chimenea surgió revoloteando el humo danzarín tan conocido.
Te sentiste en tu casa.  La casa que en tus sueños añoraste, la que fuera tu hogar por los siglos de los siglos.
Al cruzar el umbral, un ruido sin igual me metió en tus oídos de golpe.  Todo era conocido.  Incluso los olores penetraron las membranas de tu nariz y llegaron a tu cerebro de golpe dejándote casi sin aliento pero muy, muy feliz.
Habías llegado... por fin habías llegado.

1 comentario:

  1. Muchas gracias, Patujita!!! Me en-can-tóooo!! Está súper precioso, tan lindo descrito que la sensación que deja es de total protección y cobijo, tal cual en casa. Muchas gracias de nuevo. Qué rico! Un beso,

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