viernes, 31 de mayo de 2013

Amor... todo fue amor.



Y el hombre aquel enamorado con pasión malsana.  La llevó con mentiras y enredos hasta aquella casa.  La hizo entrar a la sala, la fue conduciendo como si de una galería de arte se tratara.  Hablando suavemente, la envolvía, enseñándole los cuadros los objetos.  Ella alcanzó a sentirse un poco mareada.  Ya casi al final del recorrido, entraron a un pasillo iluminado como si una mañana de primavera fuera y luego la hizo entrar a una habitación obscura.  Le dijo: “Espera", y salió cerrando la puerta tras él y dejándola sola, en silencio total.  Sintió multitud de pestañas que la acariciaban, con rápido movimiento encendió la luz y espantada por fin lo comprendió.  Multitud de mariposas amarillas intentaban entrar en su vientre.  No podía creer que había sido engañada.
Al cabo de un rato de ardua lucha infructuosa, el enamorado aquel de la pasión malsana entró en el cuarto y al ella  verlo todo fue amor.

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