martes, 21 de mayo de 2013

Reciclar




Se le había olvidado que el calentamiento global era a causa de su desorden y su descuido para atender las cosas triviales de la vida, entre ellas reciclar.
Sintiendo por días un calor tremendo y en otros un frío sin igual pensó que aún estaba a tiempo de tomar cartas en el asunto y aprender a hacerlo bien, a conciencia de hacer todo como era necesario para no seguir afectando la capa de ozono, las aguas y la tierra en general.
Recordó que recostada en un sillón desde hacía tiempo se encontraba su madre.  Le había caído mal ese café con arsénico que le había dado con tanto cariño un día muy frío. 
Se acercó a ella y la encontró seca, con los ojos empañados y un rictus de dolor en los labios que había perdurado desde aquel día, pero que él se empeñaba en ver como una sonrisa amorosa.  Tomó el hacha que usaba para partir la madera de cada uno de los muebles de la casa y con la que alimentaba la chimenea que le proveía de calor en los días fríos y las noches paramosas.  Y con sumo cuidado fue haciendo pedazos casi iguales el cuerpo de la madre.  Seguro serviría.  De nuevo sería de alguna utilidad... Mientras durara.

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