miércoles, 8 de mayo de 2013

Guardería


La pequeña Dulce, que apenas llegaba al mesón de la cocina, se trepó en un banco. Con la ayuda de Saúl y Laura, contemporáneos suyos y compañeros desde su primer año de vida en aquel lugar, aliñó cada trozo de carne y, con gran esmero, los tres fueron preparando la parrilla. ¡Celebraban el día de las madres! Y por ellas no querían descuidar ningún detalle. La mesa estuvo puesta y, entre trago y trago de “Bloody Mary”, madres y padres estaban entonados y “sabrositos”; tanto, que apenas notaron la ausencia de la dueña de la guardería improvisada en aquella casa, Marla, la anfitriona y supuesta organizadora de la fiesta, ni la de sus dos hijos. Todos comieron y tomaron a gusto... casi al amanecer se fue dispersando la masa de comensales y la casa quedó sola...

Tres días después, el titula de la prensa reseñana a página completa “PARRILLA MACABRA. Tres menores asesinan a su cuidadora y la sirven asada a sus padres. Llama poderosamente la atención que ni la sangre de la nana maltratadora fue desperdiciada: ¡la usaron para preparar la receta el famoso coctel “Bloody Mary” que sirvió para entonar la fiesta!; uno de los chicos la habría tomado de un viejo recetario de niñera. Las botellas de licor las guardaba Marla bajo su cama y en las tardes se daba sus “guamazos”, antes de emprenderla contra los chicos a insultos y golpes.”

Dulce, Saúl y Laura, son atendidos por un equipo multidisciplinario. Lo único que notan es que sus calificaciones han subido, son más sociables y su peso ha mejorado notoriamente.

P.S.: Es uno de los miles escenarios que me he planteado ante algo que veo y oigo TODOS LOS DÍAS
B. Osiris B.

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