Érase una vez un estómago adolorido y hambriento que deambulaba por un cuarto oscuro. Llegaron a sus predios dos hermosos y coquetos mangos de bocado, olorosos, tersos y turgentes. ¡Y colorín, colorado, los mangos se han acabado!
B. Osiris B.
A veces uno va A veces uno va Sin uno Y está uno tan solo Tan solo Que ni la luz del sol Lo acompaña Ni el brillo de la luna Lo acaricia Y ...
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