miércoles, 8 de mayo de 2013

¡Y fue mujer!

Lloró hasta secarse
cada gota húmeda de su ser,
hasta ser ceniza viviente
muriendo de dolor.

Allí, seca de amores
e inundada de dolor,
se resumió en la tierra
de sus esperanzas idas,
abonada por la
soledad de un tiempo eternamente
suspendido en recuerdos
confusos de una vida pasada.

Y en la fugaz madrugada
de su ocaso,
a las puertas de un cabello
que comenzaba a encanecer,
floreció ante el
radiante sol de unos ojos
que invitaban a sonreír...
... ¡y sonrió!

Y fue vida renovada,
riachuelo de la
sierra, que en una lluvia de besos, se creció
e irrigó, tierras abajo,
sembradíos y vergeles.

Y fue flor y fruto maduro
de esperanzas renacidas,
de aromas de la serranía,
de un canto hermoso que salió de su alma.

¡Y fue mujer!

B. Osiris B.

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