Levar el ancla
arriar las velas
soltar el timón
dejar que el viento
y las corrientes marítimas
decidan la ruta.
Aceptar el destino:
la playa lejana,
el manglar salvaje,
la selva impoluta.
Subir a un globo
dejarlo galopar
entre las nubes
observar donde cae:
El desierto inhóspito,
el valle húmedo,
un campo de maíz.
Montar una cometa
arrojarse al vacío
cerrar los ojos
y dejarse caer.
Aceptar el destino
vivir el presente
el instante
el momento
abandonar la lucha
ceder.
Le he pedido a Dios
que nos de lo mejor
a veces no es lo que yo deseo
así que acepto
lo que viene
como viene
y sigo rogando
por el bienestar de todos
y no por satisfacer
mis deseos personales.
A veces lo que yo deseo
seguramente
no es lo mejor.
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